Por Miguel Díaz Román
Especial para EyBoricua.com
San Juan– En momentos cuando la incertidumbre sobre el precio que se debe pagar al caficultor impide que comience el recogido y venta de más de 50,000 quintales de café del país que se esperan cosechar este año y de otros 12,000 quintales de la pasada cosecha que no se han vendido, el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) evalúa decretar un alza temporera de emergencia.
La posibilidad del aumento fue revelada ayer por el secretario de DACO, Edan Rivera Rodríguez, durante una vista pública celebrada por la Comisión de Gobierno del Senado, presidida por el senador Ramón Ruiz.
La acción de DACO sólo cobijará al café local y excluirá el café semitostado importado, para el cual el secretario del Departamento de Agricultura (DA), Ramón González Beiró, también ha solicitado aumentar de $322 a $440 por quintal.
Rivera Rodríguez sostuvo que, a petición del sector de los caficultores, DACO evalúa invocar la Ley de Suministros, que le permite a la agencia congelar, reducir o aumentar el precio de un determinado producto durante una emergencia y de manera temporal.
El secretario de DACO explicó que la intención de invocar la ley de Suministros no impide que el Comité Evaluador del Café presente una nueva petición de aumento debidamente informada. El 31 de agosto DACO descartó un informe del comité porque no fue respaldado con un estudio económico elaborado con información actual. El 2 de septiembre DACO reiteró esa decisión ante una petición de reconsideración enviada por González Beiró.
Los caficultores han planteado que la incertidumbre sobre el precio que se debe pagar al caficultor ha impedido el comienzo de las ventas de café, lo que podría retrasar el inicio a todo vapor de la cosecha y la eventual pérdida del grano. El precio actual por almud-28 libras- determinado por DACO en el 2015, asciende a $14.58.
Aunque beneficiadores y torrefactores han estado pagando en los pasados años entre $18 y $20 por almud, algunos se han negado a continuar honrando esa tarifa debido, alegadamente, al incremento en sus costos de producción.
Los caficultores y beneficiadores han solicitado que el precio mínimo por almud aumente de $14.58 a $20.
Aumento reactivará las ventas
Jorge Sanders, quien acudió a la vista en representación del sector de café de la Asociación de Agricultores, sostuvo que se están registrando ventas en que se le paga al caficultor el almud a $14.58 junto con un certificado en que se garantiza el pago de la diferencia, luego de que DACO aumente el precio del almud.
“Si se aumenta el precio hoy, mañana mismo se reactivan las compras de café”, dijo Sanders.
El representante de los beneficiadores, Miguel López Hernández, sostuvo que los $20 por almud era precio justo y denunció que desde el sector de los torrefactores se ha gestionado una competencia desleal porque el café importado se ha estado empacando y vendiendo como café del país.
Incluso, López Hernández denunció una insólita práctica de fraude que consiste en mercadear las llamadas marcas “especiales” con grano importado. Las marcas espaciales deben estar integradas totalmente por grano de alta calidad cosechado en Puerto Rico y su precio a nivel del consumidor es mucho más alto que las marcas de café comercial conocidas.
Incluso, el representante de los beneficiadores agregó que el fraude incluye empacar y vender las marcas especiales con el mismo café molido que se usa para empacar las marcas comerciales conocidas, cuyo precio no excede los $5 por 14 onzas.
“Espero que se tomen cartas en el asunto y el que bien quiere venda café especial, especifique de dónde es y se haga una campaña para orientar al pueblo consumidor, pues es el mismo café que está a precio regular con otra presentación, pero el producto es el mismo, sin ninguna garantía de especialidad que no sea el bajo precio de compra y el gran precio de venta”, sostuvo López Hernández.
Café importado versus café del país
Sobre este particular la senadora Ana Irma Rivera Lassén, quien pertenece al Movimiento Victoria Ciudadana, cuestionó insistentemente al secretario de DACO por rechazar investigar las querellas sobre la presunta práctica de determinadas marcas integradas en su totalidad por grano importado pero que, a través de símbolos o expresiones en el empaque, se promueven como café cosechado en el país.
Rivera Rodríguez sostuvo que la injerencia de DACO es exclusivamente la de fijar el precio del café y que la responsabilidad de fiscalizar esa industria es de la Oficina del Café del DA, una entidad creada por ley. El funcionario dijo que la entidad tiene la potestad emitir multas para hacer cumplir su reglamentación, pero el senador Ramón Ruiz dijo a viva voz “esa oficina no existe”.
La importación de café por parte del DA se ha revelado como un dolor de cabeza para la industria del café debido a que numerosos torrefactores favorecen empacar sus marcas con café importado, cuyo precio es más bajo que el café local. La importación de café por el DA es el resultado de una exención concedida por el Congreso, que le permite al gobierno local importar café sin pagar un arancel federal.
De hecho, el café importado se ve como un mal necesario debido a que la producción local no alcanza para satisfacer el consumo desde 1998. Actualmente el consumo local de café alcanza los 260,000 quintales anuales, mientras la producción local no supera los 50,000 quintales. Alegadamente, el café local ha sufrido un desplazamiento en la medida que el precio del café importado es bajo y su calidad aceptable.
López Hernández dijo que, como resultado de esa tendencia, se han dejado de vender 12,000 quintales de café de la pasada cosecha. “Si bien el café semitostado (importado) entra para suplir una demanda no atendida localmente, cuando hay cosecha local, se debe buscar un mecanismo de incentivar el consumo del precio del café local”, dijo López Hernández.
Ante la revelación el senador Ruiz solicitó más información con el fin de presentarla a DACO la semana próxima. Fuentes de la industria del café señalaron que los 12,000 quintales no se han vendido porque los beneficiadores han estado especulando con el precio y esperan que una orden de DACO les permita cobrar más de $500 por cada quintal.
López Hernández dijo a este medio que los beneficadores esperan que DACO reconozca en su evaluación el aumento que han enfrentado en sus costos de operación.
Rechazan aumentar café importado
Sobre este aspecto Sanders arremetió contra la solicitud de González Beiró para aumentar el precio del café importado. El secretario de Agricultura ha sostenido que el aumento es necesario porque el café importado ha registrado aumentos en el mercado internacional, que han reducido los ingresos que obtiene el DA a través de la reventa a los torrefactores locales.
Sanders, quien es asesor de la torrefactora Puerto Rico Coffee Roasters, que produce 11 marcas de café y adquiere cerca del 80 % del café importado por el DA, dijo que el objetivo del programa de compraventa de café no es obtener ingresos.
“Eso es ilegal, ese programa ha tenido años en que ganó $1 millón y hasta $6 millones. En años recientes ha tenido ingresos de $30 millones y ese no es el propósito de ese programa. Su objetivo es promover el café de aquí y la industria de café”, dijo Sanders, quien indicó que tales ingresos se utilizan para pagar incentivos, gastos administrativos y hasta nómina en el DA.
Agregó que la difusión pública de que el aumento del café importado es necesario para aumentar los ingresos del DA, podría generar un cuestionamiento a los acuerdos de libre comercio entre Estados Unidos y Centro y Suramérica. “Hay que tener cuidado con eso porque el arancel federal fue motivo de mucha discusión en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio”, dijo Sanders.
Incluso, Sanders, no descartó que a largo plazo las importaciones de café la podrían realizar los torrefactores.
Tanto Sanders como López Hernández coincidieron en que el DA debe reanudar la compra de café local a través del programa de compraventa de café, las cuales fueron suspendidas tras las dificultades económicas del gobierno varios años atrás. López Hernández también reclamó que los ingresos que obtiene el gobierno federal por el arancel al café importado, que ascienden a cerca de $6 millones y que pagan algunos importadores que mercadean determinados productos de café, sean orientados al DA.
Los ingresos del arancel que tradicionalmente estaban asignados al DA, fueron asignados a los programas de seguridad y de lucha contra el narcotráfico durante la administración de Alejandro García Padilla, lo cual se realizó a espaldas de la ex secretaria de Agricultura, Myrna Comas.
Posteriormente, tras la incumbencia del ex secretario Carlos Flores Ortega y por medio de unas vistas públicas en la Legislatura, se descubrió que los ingresos del café fueron desviados por la Aduana Federal a la lucha contra el nacotráfico con el visto nuevo de la administración de García Padilla.