San Juan, 6 ene (EFE News) – La tenista puertorriqueña Mónica Puig anunció este miércoles que «desafortunadamente» no participará en el Abierto de Australia que se juega entre el 8 y el 21 de febrero, por molestias en un hombro.
«No estaré en el swing australiano esta temporada debido a algunas molestias en el hombro que persisten desde el final de la temporada pasada», dijo a través de sus redes sociales.
«¡Estoy trabajando duramente con mi equipo para volver a las canchas lo antes posible!», indica en sus mensaje la tenista boricua.
El pasado 13 de agosto, Puig celebró el cuarto aniversario de su gesta de haberse convertido en la primera deportista de la isla en ganar una medalla de oro olímpica, cuando lo hizo en los Juegos de Río 2016.
«A cuatro años de uno de los días más importantes de mi vida», destacó entonces la tenista en su cuenta de Instagram, y en la que incluyó fotos del momento en que ganó y sujetando la medalla de oro y la bandera de Puerto Rico.
De igual manera, Puig compartió en su cuenta de Twitter varias portadas de los periódicos de Puerto Rico de ese día resaltando la gesta.
Puerto Rico nunca había ganado una medalla de oro hasta que Puig lo logró el sábado 13 de agosto de 2016, fecha que quedará marcada hasta la eternidad en los libros de historia de la isla.
Puig, clasificada en aquel entonces 34 en el mundo, logró la gesta, posiblemente, más sobresaliente que algún deportista puertorriqueño haya obtenido en su historia, al coronarse en la categoría individual del tenis femenino tras derrotar en tres sets a la segunda del escalafón mundial, la alemana Angelique Kerber.
El partido fue sumamente esperado por los más de ocho millones de puertorriqueños que se calcula hay repartidos por el mundo, de los que 3,2 que viven en la isla caribeña y el resto mayoritariamente en Estados Unidos.
Desde tempranas horas de la tarde miles de boricuas se concentraron en bares, restaurantes o casas particulares para ver el histórico encuentro.
Literalmente Puerto Rico se paralizó para ser parte de la historia y hasta ceremonias religiosas, en concreto varias misas católicas, se atrasaron debido a que los propios sacerdotes seguían el encuentro en sus teléfonos celulares.