Juan Dalmau propone fortalecer la Alianza y reinscribir al MVC para enfrentar los retos políticos del 2028
Por Wilda Rodríguez
Periodista
No hay tiempo que perder. No ha acabado el primer round y tienen a la oposición contra la soga. Tiene que salir de ella sin muchas explicaciones.
Juan Dalmau dejó pasar demasiado tiempo para volver al ruedo político. Se entienden todas sus razones; pero no inciden en su resultado. Mes y medio después de las elecciones es mucho tiempo. Permitió un espacio de especulaciones que no tenían fundamento. O lo tenían, y tuvo que esperar a que dejara de tenerlos. El espacio a “la gobernadora” no procede. Ella no ha dado ninguno. De hecho, empezó a gobernar a palo limpio antes de ser juramentada.
Con el tercer partido no se ha podido contar. Está demasiado herido. Jennifer González y Tomás Rivera Schatz no perdieron un segundo. Continuaron su estrategia de campaña y el 2 de enero empezaron a cumplir sus amenazas.
María de Lourdes Santiago ha hecho un gran trabajo. Pero a ella no es a la que esperaba tener la Alianza en el ring.
Si pasar con ficha fue la estrategia, posiblemente funcione. Todavía no se puede medir y, realmente, a veces hay que pasar la página. Tuvieron la suerte de que Benito Martínez ocupó el espacio y fue la mejor oposición. Lo sigue siendo. Políticamente, es lo mejor que le ha pasado a Puerto Rico en los últimos meses, incluyendo la campaña eleccionaria. Sin restarle mérito a la Alianza hay que admitir que con Benito ha sido otra cosa.
Juan Dalmau regresa con buenas noticias para los aliancistas y para los pipiolos. Regresa confirmando que se vuelve a una buena relación con el Movimiento Victoria Ciudadana y la intención del Partido Independentista Puertorriqueño de ayudar a reinscribir ese partido. Regresa reafirmando la identidad del PIP como partido sin intenciones de fundirse en ningún otro.
Regresa anunciando que se fortalecerá la Alianza con otras organizaciones que no necesariamente son partidos: sindicatos y organizaciones protectoras del ambiente, dio como ejemplo. Regresa con la mejor noticia de todas: esta vez hay cuatro años para conformar un frente unido de cara a las elecciones del 2028.
El PIP y el MVC, ambos, han dicho que están embebidos en un proceso de reflexión y análisis de su papel en las elecciones del 2024. No están obligados (ni deberían) a hacer público ese proceso. Las estrategias no se publican. Se ejecutan.
Aparte de los pipiolos y los victorianos, hay un segmento de puertorriqueños que se comprometieron con la Alianza, no son miembros de ninguno de los dos partidos y tienen también derecho a reflexionar sobre el papel que jugaron en las elecciones y lo que creen que debe pasar con la Alianza en los próximos cuatro años. Soy una de esas. Soy de las que confía en que se trata de un movimiento en progreso que no va a desaparecer. Se va a fortalecer.
Para eso necesitamos comunicarnos y entendernos. Necesitamos participar todos de alguna manera en el plan. Necesitamos intervenir con los disociadores internos y externos a tiempo y sin paños tibios. Necesitamos hacer algo para que no nos dé calambre. Lo tendremos que hacer públicamente porque no pertenecemos a ninguna facción organizada que nos lave la ropita si la ensuciamos.
He reflexionado sobre nuestro papel en las elecciones del 2024 y creo que, dentro de la adversidad, nos lucimos. La Alianza se lució. No hay que darle tanta vuelta. Dimos un salto de sapo concho.
Creo también que la Alianza trascendió las fronteras del PIP y del MVC, por lo que una pelea por el crédito está demás. Contar los votos que obtuvieron ambos en el 2020 como miembros de sus partidos no es del todo realista. Eran muchos realengos dando un mensaje. En el 2024 fueron muchos realengos, muchos decepcionados, muchos jóvenes y muchos esperanzados.
Cada paso es un escenario distinto. Se cometen errores y aciertos. Ahora el monstruo es más grande y pisa más fuerte. El PNP va a dejar hasta su último aliento en pisotear la Alianza.
Antes de continuar el hilo quiero aclarar una cosa. Los analistas políticos no están (estamos) para mantener un balance. Se supone que años de estudio y preparación hayan delineado sus análisis desde su visión, sin hipocresías ni subterfugios. No están para dar sorpresas, para intrigar a su audiencia o para demostrar una neutralidad imposible.
La audiencia tiene que escucharlo por sus conocimientos aún sabiendo cuál es su posición política. El analista político es un asesor, bien de una colectividad o de la sociedad en pleno si utiliza un medio de comunicación social para sus análisis.
Su análisis es hacia un fin. Qué incide, qué ayuda o qué entorpece ese fin. Si lo hace honestamente se le cree. Si lo hace tratando de pasar por neutral y sin ideología, nadie le cree. Requiere de ecuanimidad, claro está, pero ecuanimidad no es deshonestidad.
Cada día veo más personas dedicándose al análisis político que no son honestos. Tratan de parecer imparciales y dar una de cal y una de arena para dar la impresión de sabiduría nivelada. Hoy con dios, mañana con el diablo. Ese no es el trabajo del analista.
El analista usa el conocimiento para ordenar pensamientos en la dirección que tras mucho esfuerzo y reflexión entiende es la mejor para su sociedad. Pero no es inteligencia artificial. Verlos hacerse los más diligentes en esconder su verdadero libreto y seguir el de otros, es patético.
Dicho esto, lo primero que añado es que hay que distinguir y escoger a quien uno escucha y no darle pauta a los demás. Hay que contenerse de reacciones que abren lo que precisamente quieren los analistas apócrifos: la tiraera. Hay que dejar de respingar cuando alguien que tiene más en común con usted que diferencias, dice o escribe algo que le enerva. Eso es lo que quieren los disociadores de oficio. No le den gusto.
Si son amigos los que se unen al corillo del gobierno, hay que enfrentarlos sin tolerancia boba y sacarlos del camino. No voy a decir que lo siento. Hemos sido indulgentes en el pasado con disociadores que conocemos y hasta amamos. Que aprovechan cualquier fisura que abre la derecha para atacar a lo que llaman la izquierda boba, melones, tibios e inconsistentes, para sus propios fines.
Antipipiolos que prefieren ver languidecer el PIP a salvar el país. Para ellos la Alianza es MVC+. Se refugiaron en el MVC en el 2020. Muchos de ellos reflexionaron, pero muchos siguen siendo antipipiolos primero.
Antivictorianos que tampoco han dejado de serlo y creen que el MVC es un nido de antipipiolos que debe desaparecer de la faz de la tierra.
Comunistas —sí, comunistas— que prefieren una caída aparatosa del sistema aunque nos lleve a todos enredados. No todos los comunistas, que son pocos, señores, son pocos, están amargados. Conozco marxistas que quieren el país y hasta aceptan a Bad Bunny como puertorriqueño. Pero los hay perversos y cínicos también. Gozan cada vez que nos acusan a todos de comunistas. A esos habrá que enfrentarlos como si fueran PNP.
Vamos a tener que ser egoístas y agresivos. La oposición oficial tendrá que lidiar con unas estrategias y una narrativa que aliente la unidad contra la corrupción y el poder del PNP. El resto tendremos que inventárnoslas. Esperar por una convocatoria es una comodidad y un lujo que no podemos permitirnos.
Si llega, llegará. Mientras tanto son las trincheras individuales y de pequeños colectivos las que se mueven hasta encontrarse. Ahí tienen la de ‘Las Playas son pa’l pueblo’ por ejemplo. Tienen la defensa de la UPR. El nuevo frente que está montando la comunidad LGBTTQ+. Saque tiempo, identifique alguna y dé una weltita por su próximo evento.
No se quede callada. Hable en voz alta. Confronte hasta los amigos con cariño, si es lo que manda, pero con firmeza. Empezando con los que son amigos, vecinos, compañeros de trabajo o de chinchorreo. El que se jacta de ser PNP en la fila. No le pasen una. “No puedo aceptar el buleo, socio.” “Bájale dos, que no estás llegando.” “¿Quieres de veras discutir ese tema? Pues vamos.”
Si se quieren enredar a golpes de palabra es mejor estar preparado. No aguantan presión. Manténganse al día, apréndase números y estadísticas. Si las tiene que buscar en las redes, hágalo. El fact checking los encrispa.
Lo que trato de decir es que si cada uno hace algo por adelantar la Alianza sin esperar a que lo convoquen, cuando llegue la convocatoria van a estar afilaítos. Por ahora, es golpe a golpe, palabra a palabra.
Muy buena y clara. Es la primera vez que estoy de acuerdo con cada palabra.
Es más ni me creo.
De todas maneras gracias, por tomar tiempo para aclarar ideas.
Ustedes están equivocados con Bad Bonny. Muchos pensaron que su apoyo a la Alianza aseguraba el triunfo y se equivocaron. Ese tipo en solo un día logró vender 400,000 boletos para sus conciertos, pero solo logró atraer para la Aluenza unos 50,000 votos. Eso para mí fue un fracaso. Así que su poder de convocatoria en la música no se refleja en la política. Los datos son los datos. Sumen y resten para que vean.
Creo que nos tenemos que ganar la confianza del pueblo a través del trabajo comunitario. El coloniaje está bien establecido en la mentalidad de los más desventajados y marginados. Trabajo voluntario entre niños, jóvenes y adultos mayores, quienes son la fuerza del PNP. Nos ven con mucha desconfianza.
Soy del PIP y me interesa comunicarme con gente de Victoria Ciudadana, dar mi firma para la inscripción y colaborar para la gran Alianza 🇵🇷🇵🇷🇵🇷🙏👍
Gracias por recordar que valió la pena todo el esfuerzo de continuar dando de frente!!!