Por Miguel Díaz Román
Especial para EyBoricua.com
San Juan, 1 de septiembre – Por intervención del alcalde Bayamón, Ramón Luis Rivera, la Fortaleza ordenó ayer al secretario de Agricultura, Ramón González Beiró, reanudar las ventas de café importado en el almacén de la agencia en Adjuntas para no afectar a las pequeñas empresas, mientras el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) rechazó una propuesta del secretario para aumentar el precio del café local y el importado, por contener graves deficiencias.
Detallistas de Bayamón que utilizan el café como uno de sus principales productos informaron ayer al alcalde que no habían repuesto sus inventarios del grano para satisfacer la demanda de sus clientes, luego de que González Beiró ordenó paralizar las ventas del café importando que se efectúan en el almacén del Departamento de Agricultura (DA), ubicado en el sector Yahuecas de Adjuntas.
De acuerdo con una fuente vinculada a la industria del café, tras la queja de los comerciantes, Ramón Luis Rivera le informó a la secretaria de la gobernación, Noelia García Bardales, el efecto adverso que la extrema decisión de González Beiró estaba causando a numerosas pequeñas empresas de Bayamón y de toda la isla.
Según la fuente, tras la intervención de Rivera, la oficina de la secretaria de la gobernación ordenó al secretario de Agricultura reanudar de inmediato las ventas de café importado en Yahuecas. De hecho, al medio día de ayer el almacén de café había abierto sus puertas y las ventas de café importando se habían reanudado.
El martes de la pasada semana el secretario de Agricultura decidió paralizar las ventas de café importado en Yahuecas con el objetivo de obligar a los torrefactores y a las pequeñas empresas a comprar café local. La decisión fue tomada por el secretario sin previa consulta con las empresas que serían afectadas.
El citado almacén del DA contiene variedades de café importado cuyo costo es más bajo que el café local y cumple con los estándares de calidad. Como resultado de la decisión de González Beiró, muchas pequeñas empresas que adquirían café importado en Yahuecas por su bajo precio y muelen el grano en sus establecimientos, estaban confrontando dificultades para cumplir la demanda de sus clientes por la esperada taza de café caliente.
Entre estas empresas figuran restaurantes, cafeterías, establecimientos especializados en la venta de café preparado por baristas, panaderías y hasta cadenas de comida rápida.
Confirman intervención de oficina del alcalde
Ayer la portavoz de prensa del alcalde de Bayamón, Migdalia Rivera, confirmó que varios comerciantes comunicaron a la oficina del alcalde su preocupación porque carecían de inventario de café debido a la paralización de las ventas en Yahuecas. Según la portavoz, un ayudante del alcalde trasladó la queja de los comerciantes a la secretaria García Bardales.
En relación con la propuesta de González Beiró para aumentar el precio del café, que fue muy difundida por los medios de comunicación aun cuando no había sido aprobada, DACO reveló ayer en la tarde que la rechazó debido a que el informe que presentó el llamado Comité Evaluador del Café, integrado por seis miembros, no incluyó estudios económicos y estadísticas para validar sus propuestas. Además, la propuesta carecía de información sobre el mercado local e internacional, contenía graves contradicciones y no ofreció un análisis detallado sobre cómo se afectará el consumidor.
La propuesta de González Beiró incluye dos renglones que integran el precio del café. En primer lugar, el costo del café cosechado por los caficultores locales y en segundo lugar, el grano importado. La propuesta, titulada “Informe sobre la revisión de los precios del café”, fue elaborada por el doctor Julio Hernández y recomienda elevar el precio del café importado en cerca de un 40% y subir de manera escalonada el precio mínimo de café al caficultor.
Propuesta sin prueba
Pero según la conclusión de DACO, la propuesta “no se acompañó de anejo alguno” y sus alegaciones “no encuentran apoyo en la información que se incluye en el documento en cuestión”. Además, la propuesta recibió la firma de cinco de los seis miembros del comité. Según DACO, faltó la firma de la representante de la agencia en el comité, la economista Camille García, quien era la secretaria del comité y encargada de llevar las minutas.
Según el informe de DACO, en la última reunión del comité, celebrada el pasado 30 de agosto, a García no se le dio acceso virtual a la reunión, lo que impidió que ella se expresara sobre el contenido de la propuesta. El informe no abunda sobre las razones por las cuales a la economista le fue vedado el acceso a la reunión. Ese día el comité entregó su propuesta en la oficina del secretario del DACO.
En esencia la propuesta propuso aumentar el precio de venta del café semitostado importado de la variedad “arábigo” a $440 el quintal (100 libras) y $300 la variedad “robusta”. Según el informe de DACO “tales aumentos, equivalentes a cerca de un 40% adicional a los precios actuales, se solicitaron sin estudios económicos o evidencia en apoyo a lo requerido”.
Además, propone subir, de modo escalonado, el precio mínimo de café cosechado por el caficultor local. Sobre este último aspecto el informe señala que la propuesta no incluyó información detallada en torno a los diferentes componentes de la industria ni el impacto que, en toda la cadena, tendría aumentar los precios mínimos.
No se incluyó evidencia del mercado local
“Aun cuando el comité tiene entre sus miembros a un representante de cada sector de la industria, el informe no provee información detallada en torno a la situación de éstos. Desconocemos si se ha explorado por qué, a pesar de la orden que establece los precios mínimos (del 2015), los caficultores no han podido mercadear sus productos a precios más altos. Tampoco se aclara cuál es la situación con los beneficiadores y los torrefactores, fallando en mencionar si estos tienen producto local en inventario, o qué otros factores pudieran afectar la compra al caficultor” señaló el informe de DACO.
También indica que la propuesta no incluyó todas los incentivos que recibe el caficultor, lo cual es imprescindible para realizar un análisis justo de las diferentes variables que pudieran afectar un cambio en los precios mínimos.
Otro de los problemas de la propuesta es que no incluye datos ni evidencia para corroborar informaciones especulativas, y carece de información esencial. También menciona que la propuesta se contradice porque, de una parte, el informe establece que no se espera que aumentos en los precios fijados de café mermen la demanda, pero por otro lado, concluye que la imposición de un precio mínimo, como establece la orden de DACO de 2015, “han causado reducciones en la demanda local total de café”.