San Juan (EFEUSA) – La criminalidad en auge en Puerto Rico que sigue sumando muertos mayoritariamente por el control de los puntos de venta de droga provoca preocupación entre una ciudadanía que siente la amenaza cada vez más cerca.
La Policía informó este viernes de que un hombre de 28 años fue encontrado muerto con varios impactos de bala en Aibonito, municipio del interior de Puerto Rico, un nuevo ejemplo de episodio de violencia de un problema enquistado en la sociedad de la isla caribeña que en las últimas semanas ha ganado actualidad por el incremento de asesinatos.
El detonante de esta crisis de inseguridad que sufre la sociedad puertorriqueña fue el asesinato, el pasado día 15, de seis personas en un tiroteo en San Juan en lo que parece fue un ajuste de cuentas por el control de un punto de venta de droga, sólo 24 horas después de otro incidente violento en el que murieron otros dos individuos en hechos similares.
La lista de muertos se incrementó durante los siguientes días, lo que llevó a la gobernadora, Wanda Vázquez, a convocar una reunión de urgencia con las agencias con competencias en materia de seguridad.
El secretario del Departamento de Seguridad Pública (DSP) de Puerto Rico, Elmer Román, pidió tranquilidad a la población ante la ola criminal y aseguró que el problema sería atajado.
«No nos estamos quedando con los brazos cruzados», aseguró el funcionario, tras reconocer que la tasa de esclarecimiento de los casos criminales en Puerto Rico es actualmente de un 31%, como recordó la «más baja de la nación americana».
El sociólogo Hiram Guadalupe señaló a Efe que la ola criminal «es constante y alarmante», además de contar con mayor repercusión social dado que en la actualidad las redes sociales, dijo, «acercan en tiempo real» cualquier incidente violento.
«Antes dependíamos más de los filtrara la Policía o del trabajo de los fotógrafos», señaló el sociólogo.
Guadalupe sostuvo que además la «escena» ha cambiado, ya que hoy los asesinatos se registran a plena luz del día y en espacios públicos.
El sociólogo sostuvo que el problema tiene una conexión directa con la droga y que, por tanto, en su opinión, hay que abordar soluciones que partan, entre otras medidas, con la despenalización y legalización.
«La legalización de la droga no es la panacea», aclaró, aunque para matizar que se trata de una medida que impactaría el mercado de las sustancias controladas.
Recordó además que el 90% de los asesinatos que se producen en Puerto Rico están relacionados con la droga.
Guadalupe resaltó que es también evidente que el problema de la criminalidad asociada a la droga tiene su origen en el aumento de la pobreza y la desigualdad en Puerto Rico.
Sostuvo que los distintos gobiernos no han sabido dar respuesta al problema al recortar las ayudas sociales, cuando en su opinión destinar más recursos a las personas en situación de pobreza es una de las medidas para acabar con esta lacra.
La directora ejecutiva de la organización social Iniciativa Comunitaria, Yorelis Rivera, dijo a Efe que el cambio de códigos en el mundo de la delincuencia ha provocado que actualmente actos criminales como los asesinatos se lleven a cualquier espacio público.
Rivera señaló que, no obstante, los actos criminales siempre han estado cerca de las comunidades más pobres, pero que otra cosa es que no se haya querido ver el problema.
Dijo que las raíces del problema son varias, pero que una obvia es el desempleo que se registra en las áreas más pobres de Puerto Rico, lo que empuja a parte de la población al mundo de la droga.
«Hay falta de educación adecuada», subrayó, tras indicar que la deserción escolar debe acometerse como forma de dar respuesta al problema.
Apostó como solución por, en primer lugar, escuchar las necesidades de los sectores más pobres y, sobre todo, potenciar el crecimiento económico entre la población.
Mejorar la educación es otra de sus propuestas, que debe incluir el inculcar el respecto a los derechos humanos.
Las autoridades puertorriqueñas anunciaron ante el alza criminal turnos de doce horas para los agentes y más presencia policial, así como incrementar acciones preventivas.
Puerto Rico sirve como «puente» hacia Estados Unidos de la droga que proviene de América Latina, ya que una ve en el Estado Libre Asociado se reducen los controles para el EE.UU. continental.