San Juan, 6 nov (EFEUSA) – La renuncia del director ejecutivo de la Autoridad de los Puertos de Puerto Rico, Anthony Maceira, cierra el círculo del «chat» que provocó la dimisión del anterior gobernador, Ricardo Rosselló, y supone de la salida del único participante que quedaba en el Ejecutivo de Wanda Vázquez.
El anuncio este miércoles de la salida de Maceira tras su renuncia, a petición de la gobernadora, pone punto final a la presencia de integrantes del polémico «chat» en el Ejecutivo puertorriqueño, situación criticada por quienes denunciaban como una anomalía mantener a personas implicadas en ese caso.
El famoso «chat» vio la luz el pasado 13 de julio y, tras masivas protestas en las calles, provocó la dimisión de Rosselló, efectiva el 2 de agosto, en la que fue una de las crisis políticas más importantes en Puerto Rico de los últimos años.
Rosselló y los otros 11 miembros del «chat» se dedicaron en ese foro privado de Telegram a hablar despectivamente de las mujeres e insultar gravemente a alguna, reirse de personas de la comunidad LGBTT, mofarse de opositores políticos e, incluso, de miembros de su propio partido.
La revelación del contenido provocó que el Ejecutivo perdiera el apoyo de su partido, del liderato de las dos cámaras legislativas y en general la población, que presionó en la calle para la salida de Rosselló y su equipo.
La mayoría de los integrantes del «chat» abandonaron sus responsabilidades en el Gobierno o ligadas al Ejecutivo poco después de estallar el escándalo.
Ricardo Llerandi, quien fue con Rosselló secretario de la Gobernación, presentó el pasado 25 de octubre su renuncia como director ejecutivo de la Compañía de Comercio y Exportación, con lo que sólo Maceira quedaba como representante de aquel controvertido episodio.
El analista político Hiram Guadalupe dijo a Efe que la salida de Maceira supone poner fin al único punto negativo que tenía la gobernadora en su equipo de trabajo, un personaje que llegó a amenazar con «volar las cabezas» a los funcionarios que se desviaran de la ley.
Guadalupe sostuvo que si la salida de Maceira se produce en estos momentos responde a que Vázquez podría contemplar su candidatura a la gobernación para 2020 y por imagen no le interesaba contar con una persona ligada al escándalo del «chat».
El analista indicó que Vázquez, que podría contar con el apoyo de los presidentes de las dos cámara legislativas, no tendría otra opción que desmarcarse del pasado, representando en su última figura por Maceira.
Dijo que Vázquez consiguió que se le vaya a pagar el bono de Navidad a los empleados públicos tras un acuerdo con la Junta de Supervisión Fiscal (JSF), la entidad federal de control al Ejecutivo de San Juan, que vería con buenos ojos seguir teniendo como interlocutora a la actual inquilina de La Fortaleza.
Guadalupe subrayó que la salida de Maceira puede no ser la última de un alto funcionario del Gobierno, ya que no es descartable movimiento en los departamentos de Sanidad, Agricultura y la Policía.
La profesora de Ciencias Sociales y analista Martha Quiñones señaló a Efe que es triste que la salida de Maceira se produzca meses después de aquella polémica.
Quiñones indicó que habría que investigar el porqué aguantó tanto tiempo en el cargo, ya que en su opinión no tiene sentido.
Dijo además que la gobernadora es responsable por haber mantenido durante este periodo a Maceira en el cargo.
La lista de participantes del chat de la aplicación Telegram incluyó, además del propio Rosselló, al exsecretario de Asuntos Públicos del Gobierno, Ramón Rosario; el exasesor legal del Ejecutivo, Alfonso Orona; el publicista Edwin Miranda, y el exrepresentante del gobernador en la Junta Federal de Control Fiscal, Christian Sobrino.
Algunos otros participantes fueron el exsecretario de Estado, Luis Gerardo Rivera Marín, y el exsecretario de Hacienda, Raúl Maldonado.
Las casi 900 páginas del foro dieron para todo tipo de asuntos de la vida pública, empezando por burlas al opositor Partido Popular Democrático (PPD), la mediática alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz o a la exconcejal municipal de Nueva York, Melissa Mark Viverito, a la que se calificaba de «puta».