Miami, 21 jun (EFE) – Inmigrantes de México y Centroamérica que trabajan en el campo y la construcción se manifestaron este miércoles en Miami (Florida) para pedir a las autoridades del condado Miami-Dade una ley que los proteja del calor, que es causante de enfermedades e incluso de muerte.
Coreando lemas como «Agua, sombra y descanso» y con carteles que decían «!Qué calor!», «Sembramos las verduras, construimos los edificios, limpiamos las casas, aportamos a la economía», unos 35 hombres, mujeres y niños se congregaron afuera de la sede del gobierno de Miami-Dade, en pleno centro de Miami.
En el interior del Government Center se celebraba una reunión de comisionados (concejales), a los que los manifestantes gritaron desde afuera «nuestras vidas están en sus manos».
Florida no cuenta con una normativa laboral para proteger a los que trabajan al aire libre, que son en su mayoría inmigrantes y muchos de ellos indocumentados, los cuales a partir del 1 de julio estarán amenazados además por una ley promovida por el gobernador Ron DeSantis contra la «inmigración ilegal».
AGUA, SOMBRA Y DESCANSO
Oscar Londoño, uno de los directores de WeCount! (!Contamos!), el grupo proinmigrantes organizador de la manifestación, dijo hoy a EFE que desde hace años han tratado sin éxito de que el Congreso de Florida, dominado por el Partido Republicano, apruebe una ley con medidas de protección para los trabajadores expuestos a las altas temperaturas que se dan no solo en el verano en este estado sureño.
Ahora han cambiado de estrategia para lograr normas a nivel local y hace dos años lanzaron el programa ¡Qué calor! en Miami-Dade dirigido a proteger a los más de 100.000 trabajadores al aire libre del condado.
Londoño dijo que básicamente lo que piden estos trabajadores es que una ley les garantice tener acceso a agua limpia y fresca y diez minutos de descanso pagado bajo sombra cada diez minutos y obligue a los empleadores a tener un programa de seguridad contra las enfermedades producidas por el calor.
Alejandro Pérez González, un trabajador del campo guatemalteco miembro de We Count!, pidió a los concejales que se atiendan sus peticiones, porque «somos humanos, merecemos tener una vida digna y un trabajo justo».
El jornalero subrayó que es un deber de las autoridades establecer unas normas de protección porque los patrones y encargados «no se preocupan de la vida del trabajador».
Para representar el peligro de las altas temperaturas para la salud, los manifestantes se arrojaron al suelo y quedaron inmóviles por unos minutos cubiertos con sábanas blancas como si hubieran fallecido y sus cuerpos hubieran sido tapados piadosamente.
«No queremos que mueran más compañeros», dijo Pérez González.
EL CALOR MATA
De acuerdo con We Count!, cada año mueren en Miami-Dade un promedio de al menos 34 personas por golpes de calor y Florida está a la cabeza de todo EE.UU. por hospitalizaciones por ese motivo.
«A medida que el sur de Florida experimenta avisos de calor récord e índices de calor que superan los 100 grados Fahrenheit (37,7 Celsius), los trabajadores al aire libre tienen 35 veces más probabilidades de morir en el trabajo debido al calor extremo que otros trabajadores», señala WeCount!.
«Cada día es peor el calor en Florida», dice Pérez, quien lleva seis años en EE.UU. trabajando en los cultivos agrícolas en Homestead, en la parte sur de Miami-Dade.
Un trabajador de la construcción, que se identificó como «Andrés» y dijo ser mexicano, se quejó de que «no hay ningún tipo de protección actualmente» para el calor, y contó a EFE el caso de un compañero suyo que «apenas anteayer se estaba desmayando en la obra».
«Estaba todo colorado y logramos rescatarlo para llamar a los primeros auxilios, porque él se bajó de allá arriba ya muy caliente», agregó.
En una aparente alusión a la cercanía de la entrada en vigor de la nueva ley contra los indocumentados los manifestantes gritaron «estamos aquí, no nos vamos», antes de que un grupo de bailarines originarios de México interpretará una danza ritual con el fin de pedir que se atiendan los reclamos de los trabajadores.
En Texas, donde el calor es también una amenaza para los trabajadores al aire libre, el gobernador de Texas, Greg Abbot, eliminó una medida que obligaba a dar pausas en el trabajo para que los obreros de la construcción tomen agua en días calurosos.
La Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), el mayor y más antiguo grupo latino del país, dijo este martes que se trata de «una amenaza potencial de muerte para los trabajadores latinos y texanos».