Nueva York (EFE) – El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó martes ante la Asamblea General de la ONU que el combate a la crisis climática exige una actuación más firme de los países ricos, que «son los más que contaminan» y los que «no cumplen» sus compromisos.
«Actuar contra el cambio climático también implica ayudar a los más pobres», sostuvo Lula, quien urgió a la ONU a asumir que los países más desarrollados y los más pobres «tienen responsabilidades comunes, pero diferenciadas», frente a la crisis climática.
Aseguró que «el Sur global es el más afectado» por ese fenómeno y, apoyado en datos de las propias Naciones Unidas, declaró que «el 10 % más rico del planeta» es responsable por más de la mitad de las emisiones contaminantes globales.
También en alusión a compromisos adoptados hace años por los países más desarrollados en el marco de las Naciones Unidas, afirmó que «la promesa de $100,000 millones» en ayudas a países más pobres para mitigar la crisis climática «sigue siendo solo una promesa».
En el caso de Brasil, subrayó que, desde que asumió el poder el pasado 1 de enero, la deforestación en la Amazonía ha caído en forma drástica y que se han recuperado los sistemas de fiscalización y vigilancia de ese bioma, virtualmente abandonados durante la gestión de su antecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Del mismo modo, denunció que, frente a esa creciente amenazas, las «bases de una nueva gobernanza económica y ambiental aún no fueron lanzadas», y que, por el contrario, «el proteccionismo ha ganado fuerza» en los países más desarrollados, lo cual también juega en contra de las naciones más pobres.