Naciones Unidas (EFE) – La ONU alertó este domingo del «rápido deterioro» de la crisis humanitaria en Sudán y dijo que enviará «inmediatamente a la región» a su jefe humanitario y coordinador de ayuda para emergencias, Martin Griffiths.
«La escala y la rapidez de lo que está pasando no tiene precedentes en Sudán. Estamos extremadamente preocupados por el impacto inmediato y a largo plazo sobre todo el pueblo de Sudán y la región amplia», indicó el secretario general de la organización, António Guterres, en un comunicado.
«Una vez más, instamos a todas las partes del conflicto a proteger a los civiles y a las infraestructuras civiles, a permitir el paso seguro de civiles que huyen de áreas de hostilidades, a respetar a los trabajadores y activos y humanitarios, a facilitar las operaciones de ayuda, y a respetar al personal, los transportes y las instalaciones médicas», dijo Guterres en una nota remitida por su portavoz.
El Ejército de Sudán aceptó prorrogar por 72 horas más la tregua que expiraba hoy, después de que el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) anunciara su adhesión al acuerdo, propuesto por Estados Unidos y Arabia Saudí, y tras las presiones de Naciones Unidas.
Se trata de la tercera propuesta de ampliar la tregua desde el pasado día 24, que aunque no supuso una pausa en los combates sí sirvió para evacuar a los extranjeros del país y que los sudaneses pudieran desplazarse a zonas más seguras.
Los combates en Sudán estallaron el pasado día 15, en medio de tensiones sobre el proceso de reforma del Ejército y la integración de los paramilitares en las fuerzas regulares, en el marco de un proceso político para volver a encauzar al país en la senda democrática tras el golpe de Estado de 2021.
La violencia ha provocado que la mayoría de hospitales en las zonas de choques queden fuera de servicio, una acuciante escasez de productos básicos, el desplazamiento de decenas de miles de personas y, según la ONU, que más de 50,000 sudaneses hayan buscado refugio en alguno de los siete países vecinos.
Al menos 528 personas han muerto y más de 4,500 han resultado heridas desde el inicio de los combates, según el Ministerio de Salud sudanés.