Tokio, 22 de julio de 2021 (EFE) – El uso de la marihuana de manera medicinal o recreativo, al igual que los esteroides anabólicos u otro estimulante por deportistas para mejorar su rendimiento, se ha convertido en uno de los temas de mayor conversación de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que arrancan este viernes.
Uno de los casos más resonantes es el de la velocista estadounidense Sha’Carri Richardson, quien fue sancionada por dar positivo a marihuana en una prueba de dopaje, costándole su oportunidad de correr en el equipo de relevos en Tokio, además de su lugar en la carrera individual de 100 metros.
La Agencia Mundial Antidopaje (WADA) detalla en su página web que todos los canabinoides naturales y sintéticos están prohibidos, incluyendo en cannabis (hachís y marihuana) y productos de cannabis Tetrahidrocanabinoles (THC) naturales y sintéticos y canabinoides sintéticos que imitan los efectos de THC.
Ante ello, varios miembros de la delegación de Puerto Rico que competirá o acudirá a Tokio, así como el exmedallista olímpico Javier Culson, reaccionaron a Efe sobre el caso de Richardson y a si apoyan o rechazan el uso de la marihuana entre los deportistas olímpicos.
«Hay medicamentos que aventajan en el rendimiento, pero hay otros que los tienen prohibido y no tienen ningún tipo de ventaja», dijo a Efe Melissa Mojica, judoca puertorriqueña que participará en sus terceros Juegos Olímpicos.
«Lo que sí me da tristeza es hacer una marca y no poder ir. Eso es un dolor de pecho indescriptible. Esto puede ser un detonante. La WADA debe identificar qué sustancias son las que te ponen en ventaja, pues la marihuana no creo que te ayude a correr más», abundó.
Por su parte, la presidenta del Comité Olímpico de Puerto Rico, Sara Rosario, sostuvo a Efe que el tema del uso de la marihuana entre los deportistas a nivel mundial «es recurrente en los últimos años, pero son las reglas de juegos que hay que jugar».
«Los atletas tienen que tener conocimiento, y a veces no saben hasta donde llegar y se ven las consecuencias como esas. Una participación olímpica no la pueden poner en riesgo. Es lamentable no poder llegar a las Olimpiadas después de eso, pero son las reglas», agregó.
Richardson dio positivo por una sustancia química que se encuentra en la marihuana después de su victoria el 19 de junio.
La atleta dijo que el estrés de la reciente muerte de su madre biológica combinado con la presión de prepararse para los juegos la llevó a consumir la droga.
«Es lamentable su situación. Hay unas normas, que por dopaje está prohibido el uso de cannabis. Por ende, parece que nadie la orientó de que no podía usarla», dijo Culson, medallista de bronce en los 400 metros con vallas en Londres 2012.
Culson, por otra parte, reconoció que el uso del cannabis «no es mortal ni te va a alterar tu rendimiento» al momento de competir.
Ante ello, apoyó el que se actualice el uso de sustancias prohibidas entre los deportistas en las Olimpiadas, tomando como ejemplo el que se autorice el uso del cannabis como un propósito médico o de salud.
En esta misma línea, el representante del Comité Olímpico Internacional en el Comité Ejecutivo de la Asociación Mundial de Atletas Olímpicos Carlos José Santiago admitió que existe un movimiento de deportistas a favor del uso del cannabis recreativo.
«Las instituciones que regulan los procesos como ese, deben estar todo el tiempo a la vanguardia», opinó Santiago a Efe.
«Es un tema que estoy convencido que se va a discutir y tomar en consideración», agregó.
Además de Richardson, la Agencia Internacional de Pruebas (ITA, en inglés) sancionó con un mes de inelegibilidad al levantador de pesas chileno Arley Méndez, luego de arrojar un resultado adverso por cannabis.
No obstante, el castigo no le impedirá competir en Tokio 2020, pues considerando que la competencia de Méndez en los JJ OO es el día 31 de julio, fecha posterior al período que contempla la sanción, la Federación Internacional de Levantamiento de Pesas (IWF, en inglés) ha confirmado oficialmente su cupo en la categoría de 81 kilos.
Además, el deportista se ha comprometido a completar un programa de tratamiento de abuso de sustancias aprobado por la IWF.
Richardson, por otra parte, reiteró que su positivo en dopaje no era de esteroides, que era joven, apenas 21 años, que no era perfecta, y que el sueño olímpico lo tenía más vivo que nunca porque sabía de todo el «talento natural» que posee y de lo que iba a ser capaz de lograr en el futuro cuando regrese de haber cumplido la sanción.
Esa misma opinión de Richardson referente a que no todo positivo pudiera ser por el uso de algún esteroide para mejorar el rendimiento, podría recaer en el medicamento dexametasona.
Este medicamento es un esteroide que ayuda a las personas a mejorar su oxigenación luego de contagiarse con el covid-19 y que posiblemente algunos deportistas olímpicos lo han tenido que usar.