Ciudad de Panamá, 13 de agosto de 2021 (EFE) – Barro Colorado, una isla formada por la construcción del Canal de Panamá y del lago artificial Gatún que lo alimenta, perdió en una centuria cerca de una cuarta parte de sus especies de aves pese a estar protegida de la perturbación humana, dijo este jueves el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.
Esta situación se deriva de una combinación de factores que ha transformado lentamente la comunidad de aves de Barro Colorado en una que se asemeja a la de los bosques más secos y perturbados de la región, aseguró la organización en un comunicado.
«Excepcionalmente, la comunidad de aves de Barro Colorado ha sido documentada por ornitólogos durante 90 años. Cuando se iniciaron los estudios, a principios del siglo XX, se podían encontrar alrededor de 228 especies de aves en la isla», informó el científico visitante del Smithsonian, Douglas Robinson.
Robinson integra el equipo de investigación que exploró las razones por las que Barro Colorado «ha perdido biodiversidad, aproximadamente una cuarta parte de sus especies» de aves.
El ente científico explicó que Barro Colorado, con una extensión de 15 kilómetros cuadrados, nunca fue una isla regular: era un fragmento de bosque en la cima de una colina que se había aislado por la creación de un lago artificial, lo que presentó algunas ventajas para la conservación de la biodiversidad, como la resistencia a invasores exóticos y la protección de perturbaciones humanas.
Pero por otro lado, después de aislarse del bosque continental, algunas aves de la isla comenzaron a experimentar nuevos desafíos, como aquellas asociadas con bosques húmedos y lluviosos, pues Barro Colorado no tiene arroyos o fuentes de agua permanentes y está expuesta a los vientos que azotan el lago Gatún, lo que la hace más seca.
En ese contexto, explicó el instituto, «la comunidad de aves de BCI ha perdido aproximadamente una cuarta parte de sus especies. La mayoría tenían rasgos similares: eran sensibles a la sequía, no eran muy abundantes al principio o tenían dietas muy particulares».
Además, «muchas aves terrestres también desaparecieron, incluso cuando seguían siendo abundantes en los bosques continentales adyacentes, porque no podían volar largas distancias y no podían cruzar el lago para mantener las poblaciones en la isla».
El equipo investigador, que describió sus hallazgos en Scientific Reports, indicó que los patrones de lluvia también están cambiando, con períodos secos extremos más frecuentes en toda la región.
En el pasado, estos períodos secos puedieron haber conducido a un aumento de las tasas de extinción de aves, y es posible «que se pierdan unas 12 especies de aves más en las próximas dos décadas, si los patrones del cambio climático siguen siendo los mismos».
«La propuesta de que la simple protección de las selvas tropicales mantendrá su diversidad a largo plazo es cada vez menos respaldada dados los hallazgos recientes sobre la disminución de aves en vastos bosques amazónicos intactos», apuntó Robinson.
El Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, una unidad de la Institución Smithsonian con sede en la Ciudad de Panamá, fomenta la comprensión de la naturaleza tropical y su importancia para el bienestar humano, según indica en su página web.