Las autoridades japonesas acusan al activista de haber agredido a cazadores de ballenas y de haber entorpecido su actividad en dos episodios ocurridos en 2010
Copenhague (EFE) – El tribunal de distrito de Sermersooq en Groenlandia, región autónoma de Dinamarca, ha decidido este miércoles prolongar hasta el 2 de octubre la prisión preventiva al activista y defensor de ballenas Paul Watson, sobre el que pesa una orden internacional de arresto.
Watson, de 73 años y fundador de la organización ecologista Greenpeace, fue detenido el pasado día 21 de julio cuando su embarcación atracó en Nuuk, capital groenlandesa, y un tribunal decretó entonces que permaneciera en prisión preventiva hasta el 15 de agosto, decisión que ha sido prolongada tres veces.
«La detención se ha prolongado con el objetivo de asegurar su presencia para cuando se tome una resolución sobre la cuestión de la extradición», señaló en un comunicado la Policía de Groenlandia.
El Ministerio de Justicia danés informó a principios del mes pasado de que había recibido una solicitud de Japón, pero no ha revelado cuándo tomará una decisión al respecto.
Las autoridades japonesas acusan al activista de haber agredido a cazadores de ballenas y de haber entorpecido su actividad en dos episodios ocurridos en 2010.
La defensa de Watson, que ha denunciado que el caso tiene un carácter político, ha apelado la prolongación de la prisión preventiva a la Audiencia Nacional de Groenlandia, que en los casos anteriores rechazó su recurso.
En el momento de su detención, Watson se dirigía a una misión al Paso del Noroeste como parte de la campaña llamada ‘#OpKangeiMaru’, destinada a interceptar a un nuevo barco ballenero japonés en el Pacífico Norte.
El activista es actualmente responsable de la Fundación que lleva su nombre, la Fundación Capitán Paul Watson (CPWF en su siglas en inglés).
También fue director de la organización Sea Shepherd Conservation Society, y es conocido por su participación en la serie de telerrealidad ‘Whale Wars’, y por sus enfrentamientos con barcos balleneros.
Más de setenta políticos de distintos países enviaron una carta a principios de agosto a la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, en la que pedían la liberación de Watson.