Nairobi, EFE – Recortar la contaminación creada por los sectores farmacéutico, agrícola y sanitario es fundamental para reducir la aparición, transmisión y propagación de superbacterias, advirtió hoy el Programa de la ONU para el Medioambiente (Pnuma).
Ese es el principal mensaje del informe «Preparándose para las superbacterias: fortalecimiento de la acción ambiental en la respuesta sanitaria a la resistencia a los antimicrobiana», publicado este martes por el Pnuma, con sede en Nairobi.
Las superbacterias, recuerda el estudio, presentado en Barbados en la Sexta Reunión del Grupo de Líderes Globales sobre Resistencia Antimicrobiana, son cepas de bacterias que se han vuelto resistentes a todos los antibióticos conocidos.
El desarrollo y la propagación de la resistencia antimicrobiana significa que los antimicrobianos usados para prevenir y tratar infecciones en humanos, animales y plantas podrían volverse ineficaces, con los medicamentos modernos ya incapaces de tratar incluso las infecciones leves.
Catalogado ese problema por la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre las diez principales amenazas globales para la salud, unos 1.27 millones de muertes se atribuyeron en 2019 directamente a infecciones resistentes a los medicamentos en todo el mundo.
Y 4.95 millones de muertes en todo el mundo se asociaron con resistencia antimicrobiana bacteriana, según el informe.
De acuerdo con el Pnuma, se espera que la resistencia antimicrobiana provoque diez millones de muertes directas adicionales cada año para 2050, número similar al de fallecimientos causados a nivel mundial por el cáncer en 2020.
Asimismo, estima el estudio, el costo económico de esa resistencia resultará en una caída del producto interior bruto (PIB) de al menos 3.4 billones de dólares anuales para 2030 en el mundo, empujando a 24 millones de personas más a la pobreza extrema.
«La contaminación del aire, el suelo y las vías fluviales socava el derecho humano a un medioambiente limpio y ambiente saludable. Los mismos impulsores que causan la degradación del medioambiente están empeorando el problema de la resistencia a los antimicrobianos», afirmó la directora ejecutiva del Pnuma, Inger Andersen.
«Los impactos de la resistencia antimicrobiana podrían destruir nuestros sistemas alimentarios y de salud», advirtió Andersen en un comunicado.
Para la directora ejecutiva, «reducir la contaminación es un requisito previo para otro siglo de progreso hacia el hambre cero y la buena salud».
El informe propone medidas para afrontar el declive del medioambiente y el aumento de la resistencia antimicrobiana, abordando las principales fuentes de contaminación de saneamiento deficiente, alcantarillado y desechos comunitarios y municipales.
Para prevenir y reducir tales contaminantes, el Pnuma considera «crucial» crear «una gobernanza, planificación, regulación y marcos legales» y establecer «mecanismos de coordinación y colaboración».
También insta a incrementar los esfuerzos globales para «mejorar la gestión integrada del agua y promover agua, saneamiento e higiene para limitar el desarrollo y la propagación de la resistencia antimicrobiana en el medioambiente».
Otra propuesta pasa por fijar «estándares internacionales para lo que constituye un buen indicador microbiológico de resistencia antimicrobiana de muestras ambientales», que se puede utilizar para guiar decisiones de reducción de riesgos.