Por Ruz I. Deliz
Directora Ejecutiva de Organización Pro Ambiente Sustentable (OPAS)
El ‘basura challenge’ ha causado conmoción en las redes sociales a nivel internacional y local adentrándose también en los medios tradicionales. ¿De qué se trata? De un grupo de ciudadanos con la loable tarea de rescatar espacios llenos de basura, espacios que otros ciudadanos han convertido en vertederos clandestinos. Muchos de éstos son cuerpos de agua donde un domingo es bueno para disfrutar de un chapuzón pero no para recoger la basura que generaron luego de pasarla bien gracias a la naturaleza. Irónico ¿no?
Hoy podemos limpiar un sector en Piñones pero al regresar la próxima semana encontraremos, tristemente, que el lugar esta igual o peor que antes. El #basurachallange o #trashtagchallenge con sus buenas intenciones no logra llegar a la raíz del problema, la falta de educación. ¿Por qué el “reto” no es la solución? Porque el que recoge basura no fue quien la arrojó, porque el que la arroja continúa su mal hábito en cualquier parte.
La limpieza de un país está directamente relacionada con la educación a sus habitantes. Los espacios sucios no solo son un problema estético, son agravantes para la salud pública (plagas, mosquitos), fomentan estados de ánimo bajos y criminalidad. Pueblos más limpios contribuyen al bien público y al beneficio personal de todos.
Singapur o Irlanda, como parte de su plan y por sobre 20 años, han realizado actividades de educación pública, desarrollaron concursos para destacar los espacios y edificios más limpios y también los sucios. Los hábitos se construyen, como resultado, Singapur se conoce como la ciudad más limpia y verde del sur de Asia, Irlanda posee sobre 700 comunidades más limpias y saludables.
El escenario local justifica la necesidad de innovar en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Estadísticas muestran que a nivel isla una sola persona genera diariamente 5.5 libras de basura, tristemente somos los más altos desperdiciadores a nivel de E.E.U.U. El programa internacional Eco-Schools comenzó en Puerto Rico en el año 2006.
Su metodología trabaja directamente hacia la educación por un desarrollo sostenible empoderando niños y jóvenes en su manera de pensar y actuar en todos los contextos. Trabajamos reorientando la educación para desarrollar conocimientos, habilidades, valores y comportamientos necesarios para formar ciudadanos responsables.
Eco-Shools estimula procesos de enseñanza mediante proyectos, experiencias y vivencias basadas en las necesidades y problemáticas de la comunidad escolar. Sobre 22,000 estudiantes de 32 escuelas y un campus universitario participan de nuestro modelo.
Nuestra mejor arma contra el “reto basura” es el “Education Challenge”, nuestras ecoescuelas forjan niños, jóvenes y adultos que conocen los efectos de sus acciones, como es el de arrojar basura. Toman decisiones que repercuten en la problemática global en diferentes ámbitos incluyendo la resiliencia climática, crecimiento económico, paz y justicia.
Gracias a los héroes que donan su domingo por el bienestar común en el “reto basura”. Gracias a los educadores y patrocinadores de la ecopedagogía a nivel local que entienden y reconocen el dilema socio-ambiental en que nos encontramos teniendo presente que sólo con la educación se podrá lograr un mundo sostenible y equitativo.
Ruz I. Deliz es Directora Ejecutiva de Organización Pro Ambiente Sustentable (OPAS) que en Puerto Rico maneja el programa internacional Eco-School de la Foundation for Environmental Educaction con sede en Dinamarca.