Washington (EFE) – El Servicio Forestal de Estados Unidos matará a aproximadamente 150 vacas salvajes que habitan en el Bosque Nacional de Gila, en Nuevo México, alegando que «suponen una amenaza significativa para la seguridad pública y los recursos naturales».
Lo hará disparando desde helicópteros en una operación que empezará este jueves y durará hasta el domingo, según un comunicado. La medida se desarrollará en colaboración con el Departamento de Agricultura de EE.UU. y el programa del Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal.
La supervisora del Bosque Nacional de Gila, Camille Howes, dijo en el comunicado que la decisión de eliminar letalmente el ganado fue difícil pero «necesaria para proteger la seguridad pública, los hábitats de las especies amenazadas y en peligro de extinción, la calidad del agua y el carácter natural de los Parques Nacionales de Gila».
Según Howes, el ganado salvaje que habita en esa zona es agresivo con los visitantes y su paso por las orillas de los arroyos y los manantiales provoca «erosión y sedimentación», por lo que esta es la forma «más eficaz y humana de abordar el problema».
Tras el anuncio de esta radical medida, los ganaderos de la zona están preocupados por la posibilidad de que el ganado marcado se haya extraviado en la zona silvestre, ya que sus vayas fueron dañadas por una temporada fuerte de monzones.
En este sentido, el Servicio Forestal se comprometió a seguir trabajando para retirar los animales marcados de las zonas en las que no están autorizados.
La Asociación de Productores de Ganado de Nuevo México, junto a otras organizaciones como la Asociación de Ganadería Humanitaria, presentaron una demanda este martes contra el Servicio Forestal de EE.UU. y el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal en el Tribunal Federal del distrito, en un intento de bloquear la «cruel e inhumana» matanza.