Por Ana Martínez
Santiago de Compostela (España) (EFE) – El 8 de diciembre de 2023, el Toconao, carguero de bandera liberiana, perdió seis contenedores frente a las costas de Portugal, uno de los cuales transportaba 1,050 sacos de pellets (26,250 kilos), unas bolitas de plástico que han comenzado a llegar a las costas del norte de España.
Esta es la única fecha que nadie discute, la del día en el que este portacontenedores, que transportaba cargamento de la empresa Bedeko Europe, compañía polaca especializada en producción y distribución de aditivos y polímeros, extravió su carga, que incluía también pasta de tomate, neumáticos, rollos de papel film y barras de aluminio.
A partir de ahí, hay un baile de cifras que ha desencadenado una guerra abierta entre el Gobierno de España, presidido por el socialista Pedro Sánchez, y el Ejecutivo regional de Galicia, donde el 18 de febrero hay convocadas elecciones y donde gobierna el partido conservador con Alfonso Rueda a la cabeza.
1. EL AVISO DE PORTUGAL. Portugal sostiene que el 8 de diciembre, el día de autos, dio el aviso. Es la versión ofrecida por el Ministerio de Economía y Mar luso, que indica que la alerta fue enviada por su Dirección General de Recursos Naturales, Seguridad y Servicios Marítimos (DGRM) a la Dirección General de Marina Mercante (DGMM) española a través de un mecanismo automático que existe a nivel europeo.
2. EL PARTICULAR QUE LLAMÓ AL 112. El 13 de ese mes, un particular llamó en Galicia al teléfono de Emergencias para comunicar que había encontrado en una playa de Ribeira (A Coruña) un saco de pellets en la costa. El Ejecutivo de Pedro Sánchez entiende que esa alerta del episodio de contaminación tendría que haber sido el detonante para que el presidente gallego, Alfonso Rueda, activase los preceptivos protocolos de actuación. La Xunta gallega alega, no obstante, que la vía para ello es una notificación formal.
3. EL CORREO ELECTRÓNICO. El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible de España ha indicado que contactó con el Gobierno gallego el 20 de diciembre, jornada en la que el jefe del Centro de Coordinación de Finisterre recibió un correo electrónico de un abogado representante de los armadores del Toconao con detalles de lo sucedido y con datos acerca de la contratación de técnicos especializados que detectaron la llegada de pellets a playas de Corrubedo y Porto do Son, en A Coruña. En ese escrito queda constancia de la disposición de sus clientes a colaborar con todas las actuaciones que resulten necesarias. La naviera, de ser así, asume la responsabilidad.
4. EL WHATSAPP. El Gobierno regional de Galicia replica que el 20 de diciembre les entró únicamente un WhatsApp, sucinto, y que el email detallado no llegó hasta el 3 de enero, cuando entienden que se produjo la constancia formal. El Ejecutivo de Pedro Sánchez no comparte esta teoría y habla de otras dos advertencias, además de la comunicación con el 112 y el WhatsApp, una el 26 de diciembre a la dirección del Parque Natural de las Dunas de Corrubedo y otra el 27, con responsables de Protección Civil, ante la aparición de sacos de microplásticos.
4. EL CONTENIDO. El buque, que perdió su carga a 80 kilómetros de Viana do Castelo, en aguas lusas, llevaba, según la Delegación del Gobierno en Galicia, 1,050 sacos de pellets, de 25 kilos cada uno. Es la materia prima con la que se fabrican los productos plásticos. Dado su pequeño tamaño (bolitas), Greenpeace sostiene que se integran en las cadenas tróficas y que aves y peces pueden creer que es alimento al parecerse a pequeños huevos.
5. EL MOVIMIENTO DE LA FISCALÍA DE MEDIO AMBIENTE. El fiscal español de Sala de Medio Ambiente, Antonio Vercher, advirtió el pasado lunes en un decreto de que los pellets de plástico vertidos en la costa gallega, como el resto de este tipo de material, presentan «indicios de toxicidad», «no son biodegradables» y «no pueden eliminarse». En el documento, Vercher manifiesta su decisión de investigar el vertido que se produjo en las aguas de Portugal y que se expandió a Galicia, la cornisa cantábrica e incluso Francia.
6. ¿QUÉ DICE BRUSELAS?. El comisario europeo de Medioambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, dijo este mismo miércoles que el vertido de pellets de plástico en las costas de Galicia «amenaza el medio ambiente y actividades económicas como la pesca», al tiempo que se ha mostrado «ansioso» por discutir cómo «ayudar mejor».
7. EMPIEZA LA COLABORACIÓN. El Gobierno español colabora desde este miércoles con la región de Asturias en la limpieza de sus playas y está a la espera de que Galicia pida ayuda concreta para proceder del mismo modo.
Galicia, una vez activado el nivel 2 de emergencia, aguarda ahora que el Ministerio de Transición Ecológica de España ponga a su disposición todos los medios, tanto aéreos como marinos, para localizar y retirar los sacos en el mar, donde la «competencia es exclusiva» del Estado.
Este miércoles hay un dispositivo regional de unas 200 personas trabajando en 29 playas de 22 municipios gallegos, ha explicado en esa comparecencia Vázquez, y hasta el momento se han retirado unos cien sacos de los 1,050 que cayeron al mar.
8. LAS DENUNCIAS. Varios partidos de izquierda han demandado al Gobierno regional por «inactividad» y «falta de ejercicio» de sus competencias en la gestión de esta crisis. Ecologistas en Acción ha cursado una demanda penal contra la armadora propietaria del portacontenedores y su capitán por un delito contra el medio ambiente y los recursos naturales.
En su demanda se evidencian los daños sustanciales a la calidad del agua, a los suelos de las playas, animales y plantas de estos ecosistemas, además del riesgo de perjuicios a la salud.
9. LA PROXIMIDAD DE LAS ELECCIONES GALLEGAS. El 18 de febrero, la fecha fijada para los comicios regionales gallegos, está cerca y se nota. Los candidatos a la Presidencia de la Xunta de los partidos con representación parlamentaria han estado visitando diferentes zonas de costa afectadas y se ha desatado un fuego cruzado de declaraciones.
10. LA PREOCUPACIÓN DE LOS PESCADORES. Hay inquietud entre los pescadores y una versión compartida: la recogida es complicada, pero hay que quitar lo máximo posible porque las rías, cuanto más limpias, mejor.