Brasilia, 10 nov (EFE) – El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reaccionó este martes, de forma velada, a una advertencia del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, sobre la destrucción de la Amazonía y afirmó que «cuando acaba la saliva, hay que tener pólvora».
«Vimos hace poco a un gran candidato a jefe de Estado diciendo que si yo no apago el fuego de la Amazonía va a levantar barreras comerciales contra Brasil. ¿Cómo vamos a hacer frente a todo eso?», cuestionó sin mencionar de forma directa a Biden.
«La diplomacia no es suficiente. Cuando acaba la saliva, tiene que haber pólvora. No hace falta ni usar la pólvora, pero tiene que saber que hay», agregó Bolsonaro, aliado de Donald Trump y uno de los pocos mandatarios que no ha felicitado al demócrata Biden tras el triunfo proyectado en las elecciones de Estados Unidos.
Durante su pronunciamiento en un acto oficial en Brasilia, en el que volvió a defender la soberanía sobre la Amazonía, Bolsonaro no profundizó en la declaración realizada por Biden en la campaña electoral y no ofreció más detalles sobre el asunto.
En el primer debate con Donald Trump el pasado 30 de septiembre, Biden dijo que Brasil tenía que ponerle coto a la «destrucción» de la Amazonía pues de otro modo debería enfrentar «consecuencias económicas significativas».
Asimismo, adelantó que conversaría con otros países para ofrecerle al Gobierno de Bolsonaro la suma de $20,000 millones a fin de acabar con la deforestación.
En ese momento, el mandatario brasileño reaccionó de inmediato y advirtió que «no aceptaba «sobornos, criminales demarcaciones o infundadas amenazas».
También afirmó entonces que «algunos no entienden que Brasil cambió», que la soberanía del país «es innegociable», y calificó la declaración de Biden como «lamentable».
Bolsonaro, líder de una ultraderecha alienada ideológicamente con Trump, manifestó durante todo el proceso electoral su deseo de que el presidente fuera reelegido y ha mantenido silencio sobre la victoria de Biden.
La posición de Bolsonaro en relación a las elecciones en Estados Unidos es similar a la adoptada por potencias como Rusia o China, o por unos pocos países latinoamericanos, como México.
Estas naciones han optado por esperar el resultado de las acciones promovidas por Donald Trump para impugnar los resultados a raíz de sus denuncias de supuestos fraudes en el proceso.
El mandatario estadounidense aún no ha reconocido su derrota, muy clara en todas las proyecciones hechas por los medios de comunicación estadounidenses, que históricamente han sido aceptadas en un país que no tiene unos tribunales electorales.