Nueva York, 8 dic (EFE) – El asesinato de John Lennon a las puertas de su residencia en Nueva York hace cuatro décadas es algo que los ciudadanos de la Gran Manzana no pueden olvidar, y lo han demostrado este martes cientos de ellos acudiendo a cantar y bailar alrededor del mosaico de «Imagine» de Central Park con el que se rinde honor al músico.
«Es una manera para que la gente saque su frustración, porque aun hay personas que están muy enfadadas», cuenta a Efe Dave Muñiz, un fan de los Beatles que, en los últimos años, se ha convertido en el encargado de mantener una lista de cantantes que le rinden homenaje a Lennon en el aniversario de su muerte, con la que se mantiene cierto orden en una jornada tan marcada.
Frente a unas 100 personas que cantan y bailan al ritmo de canciones de los Beatles como «Dear Prudence» o himnos de Lennon como «New York City», Muñiz, que también se dedica a la canción, explica que en territorio estadounidense, se consideraba al de Liverpool como parte de la monarquía.
LA REALEZA DE EE.UU.
«John Lennon escogió EE.UU. para vivir, pero podía haber escogido cualquier lugar en el mundo. Así que él era como nuestra realeza. Igual que Yoko Ono», asegura el cantante.
«Nosotros no tenemos monarquía, porque tampoco consideramos a la gente de Hollywood como realeza. Pero Lennon no era eso. Era un filósofo, un pensador, un compositor de canciones. Imagina -agrega- las cosas que hubiera dicho ahora con todo lo que está pasando, y todo lo que aportarían sus opiniones».
Sobre el mosaico de «Imagine» de «Strawberry Fields», como se bautizó la zona de Central Park cercana a la residencia de Lennon en Nueva York por la que paseaba el británico con frecuencia, los fans han ido dejado flores, velas, símbolos de paz, revistas con la cara de Lennon, y fotos del antiguo Beatle, tanto de sus épocas iniciales con su banda como de sus últimos años de carrera en solitario.
EL FRÍO Y EL CORONAVIRUS EMPAÑAN LAS CELEBRACIONES
Pese a que se trata de un aniversario especial, los -3 grados de sensación térmica que se vivieron en Nueva York este martes y la pandemia del coronavirus han llevado a que el número de personas que se acercaron a celebrar la vida del músico y pacifista fuera bastante más reducido de lo normal.
«Normalmente hay aquí unas 2,000 personas más de las que hay ahora mismo, pero el frío está haciendo que la gente no venga», asegura Muñiz a escasos metros de donde Lennon fue abatido a tiros una fría noche de diciembre cuando regresaba, acompañado de su inseparable Yoko, de un estudio de grabación.
Cada uno de los músicos que acude con su guitarra a rendir homenaje a Lennon, la mayoría de ellos desconocidos, canta lo que quiere, pero las tres canciones que más suenan, apunta, son «Imagine», «Let it Be» y «Here Comes the Sun».
«Aun así, el mensaje principal que se oye es ‘Give Peace a Chance’ (Dale una oportunidad a la paz), no puedes esperar que diga otra cosa. Es un pequeño trozo de paraíso en Central Park», agrega.
En otras ocasiones, destacadas figuras de la música han acudido a «Strawberry Fields» para rendirle homenaje al exBeatle, como Al Jardine, uno de los miembros fundadores de la banda «The Beach Boys», que cantó ahí el 9 de octubre de 2015, cuando hubiera cumplido 75 años.
Muñiz, que ha pasado años cantándole a Lennon en el parque neoyorquino, asegura haber visto también ahí a músicos como Rod Stewart o Simon Le Bon, el cantante de la banda Duran Duran.
Este martes no se han presentado grandes estrellas, pero los fieles músicos que le cantan diariamente, como Sean Yox, Mike Porter, Dave Muñiz o James Dalton, seguían al pie del cañón.
LOS BEATLES, COMO UNA RELIGIÓN
Tampoco falló María Martini, de Brooklyn, que ha acudido a Central Park los últimos 40 años para celebrar tanto el nacimiento como la muerte de Lennon.
«He sido una enorme fan de los Beatles desde que era una niña, cuando mis hermanas mayores traían a casa su música. (…) Su música es inspiradora, es emocional, transmite felicidad pero también tristeza, pero es parte de mi vida. Es como una religión para mí», cuenta a Efe Martini, que observa los conciertos improvisados subida a uno de los bancos cercanos.
«A veces conozco más de la música de los Beatles que de la Biblia. La música es lo que me inspira para levantarme cada día e ir a trabajar, y llenar mi vida de libertad, amor y luz», agrega.
Yoko Ono, de 87 años y que ya depende de una silla de ruedas para desplazarse, no ha bajado a Central Park, pero sí ha expresado su dolor en las redes sociales.
«La muerte de un ser querido es una experiencia que te deja vacío. Después de 40 años, Sean, Julian y yo aun le echamos de menos», dijo Ono en Twitter en referencia a los dos hijos de Lennon sobre un texto que afirma que más de 1,4 millones de personas han fallecido como resultado de heridas de bala en EE.UU. desde el 8 de diciembre de 1980.