Los Ángeles (EFE) – El cantante y actor Aaron Carter, hermano de Nick Carter -integrante de los Backstreet Boys-, fue hallado muerto este sábado en su casa ubicada en la ciudad de Lancaster (condado de Los Ángeles, California), adelantó el medio especializado en celebridades TMZ.
El fallecimiento fue confirmado más tarde por el representante de su hermano a la prensa estadounidense y se concretó que el cuerpo fue encontrado sin vida en el interior de una bañera de dicho domicilio tras haberse ahogado.
Carter (Florida, 1987) comenzó de telonero del grupo de su hermano con apenas 10 años, llegando a publicar un primer álbum, que portaba su propio nombre, a tan temprana edad y convirtiéndolo en disco de oro.
En el año 2000, el hermano pequeño de Nick Carter amplió su producción discográfica con «Come and Get It», configurando las bases de su estilo, ligado a la música electrónica y al ‘dance’, con tal impacto que alcanzó la categoría de triple platino.
En su faceta como actor, Carter apareció en series televisivas como «Lizzie McGuire» o «Sabrina the Teenage Witch», otros programas de tipo ‘reality’ como «Dancing With the Stars»; protagonizó una serie familiar sin guionizar titulada «E! House of Carters», e incluso se prodigó en Broadway con «Seussical the Musical».
La imagen de Aaron Carter aparecía asiduamente en programas del corazón debido a diferentes polémicas personales en las que se vio envueltas y a su etiqueta de rompecorazones.
El alcohol y a la marihuana habían hecho que su figura se viera perjudicada, llegando a perder la custodia de su hijo Prince e ingresando en diversos centros de rehabilitación para tratar de superar su adicción.
Esta situación afectó a su producción artística, que se redujo hasta tal punto que su último disco, «LØVË»», data ya de 2018.
Además, también tuvo problemas familiares con el propio Nick, quien en 2019 presentó una orden de alejamiento contra él alegando que amenazó con matar a su esposa embarazada y a su hijo.
Por otra parte, su hermana mayor, Leslie Carter, falleció en 2012 por una sobredosis en Nueva York con tan solo 25 años.