El trabajo social y la solidaridad comunitaria son claves para enfrentar desastres naturales y crisis socioambientales
San Juan, Puerto Rico – Durante las últimas décadas, Puerto Rico ha sido escenario de múltiples emergencias socioambientales que han desafiado la capacidad de respuesta del país. Desde el impacto devastador de los huracanes Irma y María en 2017, hasta los terremotos de 2020 y las prolongadas sequías, sumadas a la crisis generada por la pandemia de COVID-19, el pueblo puertorriqueño ha tenido que adaptarse a nuevas realidades y fortalecer su preparación.
La preparación ante este tipo de emergencias no es solo una responsabilidad individual, sino un esfuerzo colectivo que, de llevarse a cabo de manera adecuada, puede salvar vidas y fortalecer a las comunidades. Colegio de Profesionales del Trabajo Social de Puerto Rico en la isla ha tomado un rol clave en la creación de planes de emergencia adaptados a las particularidades de cada comunidad, así como en la orientación sobre medidas de seguridad, la importancia de los suministros y la correcta evacuación.
“La solidaridad y el apoyo mutuo son nuestras mejores herramientas para enfrentar adversidades. El trabajo comunitario permite que las familias no solo se protejan, sino que también construyan vínculos más fuertes para resistir cualquier crisis que pueda surgir”, expresó el Colegio de Profesionales del Trabajo Social de Puerto Rico (CPTS).
El trabajo social ha demostrado ser indispensable en la planificación de respuestas ante desastres, no solo atendiendo las necesidades inmediatas de las personas afectadas, sino también promoviendo el desarrollo de habilidades esenciales a largo plazo. Entre las recomendaciones para fortalecer a las comunidades ante futuras emergencias se destacan talleres de primeros auxilios, manejo de estrés y técnicas de supervivencia, así como la creación de sistemas de comunicación alternativos.
Es importante, por ejemplo, el uso de radios de manivela o solares que no dependan de la red eléctrica, y la enseñanza de señales visuales o sonoras en caso de que los sistemas convencionales de comunicación fallen. Igualmente, se recomienda almacenar agua potable, alimentos no perecederos y aprender técnicas de recolección de agua de lluvia para garantizar el acceso a recursos básicos durante un desastre.
Otro aspecto fundamental es la promoción de la seguridad alimentaria. “El trabajo social fomenta la creación de huertos comunitarios con plantas nativas resistentes, la organización de intercambios de alimentos y conocimientos sobre la preservación de los mismos. Estas iniciativas no solo ofrecen sostenibilidad en momentos críticos, sino que también refuerzan el tejido social”, señalaron los expertos.
Para obtener más información sobre preparación ante emergencias y el trabajo del Colegio de Profesionales del Trabajo Social de Puerto Rico, los interesados pueden comunicarse al 787-768-5700, visitar su página web www.cptspr.org o acceder a su perfil en la red social de Facebook.