Washington/Pekín (EFE) – El enviado especial de Estados Unidos para Asuntos Climáticos, John Kerry, urgió este martes a China a descarbonizar el sector eléctrico, recortar las emisiones de metano y reducir la deforestación.
Kerry se reunió en Pekín con el jefe de la Comisión de Asuntos Exteriores del Partido Comunista de China (PCCh), Wang Yi, para discutir la cooperación en materia de crisis climática y estabilizar las relaciones entre ambos países.
Según informó el Departamento de Estado en un comunicado, el enviado especial hizo las citadas demandas a Yi, y además recordó los «esfuerzos» que Estados Unidos está haciendo para cumplir con los compromisos de mantener el aumento de las temperaturas globales en 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales.
Por eso reclamó a China que tome medidas «adicionales» en la misma dirección para evitar «los peores impactos de la crisis climática».
Durante el encuentro, Wang enfatizó la importancia de “mantener relaciones estables” entre ambos países, actualmente en mínimos históricos, y la necesidad de “eliminar cualquier interferencia” para regresar a un camino de desarrollo saludable, informó hoy en un comunicado el Ministerio de Exteriores chino.
“China se muestra dispuesta a fortalecer el diálogo, explorar la cooperación mutuamente beneficiosa y abordar de manera conjunta el cambio climático”, afirmó el representante del gigante asiático.
Ambas partes reconocieron el “enorme potencial” de cooperación en el ámbito del cambio climático y la importancia de contar con el entendimiento y apoyo de sus respectivos ciudadanos, indica la nota.
Además, el país asiático espera que EE.UU. adopte una “política racional, pragmática y positiva” hacia China, mientras mantiene el principio de ‘una sola China’ y aborda adecuadamente la cuestión del estatus político de Taiwán.
Según el comunicado de Exteriores chino, Kerry aseguró que su país siempre ha mantenido el principio de ‘una sola China’ y está dispuesto a “fortalecer la cooperación” con un “espíritu de respeto mutuo”.
A su vez, expresó que EE.UU. otorga “gran importancia” a la estabilización de las relaciones con China y espera “manejar adecuadamente” las diferencias entre ambos países y “abordar conjuntamente” desafíos globales como el cambio climático.
Más tarde, Kerry también tuvo un encuentro con el primer ministro de China, Li Qiang, que señaló que la respuesta global a la crisis climática es una «ardua tarea», además de pedir la práctica del multilateralismo y afirmar que «todas las partes deben asumir sus respectivas responsabilidades».
«Los países desarrollados deben tomar la iniciativa en la reducción de emisiones y cumplir con sus compromisos financieros lo antes posible, mientras que los países en desarrollo deben hacer contribuciones dentro de su capacidad», declaró el primer ministro.
Las reuniones de este martes siguen a la de cuatro horas que Kerry sostuvo el lunes con Xie Zhenhua, representante especial para el Cambio Climático de China.
Durante el encuentro de ayer, se destacó que la cooperación climática entre China y EE. UU. es «fundamental para estabilizar las relaciones bilaterales», a pesar de los desafíos y diferencias existentes.
Estados Unidos busca una cooperación estrecha en el ámbito climático, al tiempo que mantiene la presión sobre China en otros aspectos, como en la reducción del uso de carbón y en las emisiones de metano.
Por su parte, China espera promover un diálogo sustancial y que se enfoque en la transición verde.
La visita de Kerry se produce apenas días después de la llevada a cabo por la secretaria estadounidense del Tesoro, Janet Yellen, quien pidió más comunicación con China pese a reconocer que hay «desacuerdos importantes».
Por su parte, las autoridades chinas reclamaron a EE.UU. «medidas concretas» para dar respuesta a sus «preocupaciones» sobre las sanciones impuestas contra empresas del país asiático.
Antes de Yellen, el secretario de Estado, Antony Blinken, efectuó otro viaje oficial a China en junio, en un nuevo intento de rebajar la tensión entre las dos potencias y evitar que la competencia desemboque en un conflicto abierto.