San Juan – La música, la alegría y la confraternización se apoderaron toda la semana pasada de la academia Abadá Capoeira en Santurce.
Era la fiesta grande, eso por lo que tanto se había trabajado. Había llegado el momento del Batizado, ceremonia de graduación y cambio de cuerdas (color para identificar el nivel del capoerista).
Fueron cuatro días de talleres intensos, antes de la ceremonia de Batizado, en la que los estudiantes del instructor Pixaim (Gerardo Guzmán), director de Abadá Santurce, tuvieron la oportunidad de compartir y recibir conocimiento de un grupo de capoeristas del mejor nivel.
El grupo estuvo encabezado por mestra Márcia Treider, primera mujer en recibir el título de mestre en Abadá y quien lleva 40 años involucrada con la capoeira. También estuvieron presentes los profesores Jabutí (Río de Janeiro), Ferrugem (Aparecida, Sao Paulo), profesora Iguana (Río de Janeiro), profesor Prego (Marin County, California) y las instructoras Ciranda (Marin County, California) y Sucuri (San Francisco, California).
No importa que idioma hablaban los capoeristas, español, inglés o portugués, allí no hubo barreras de comunicación porque el capoeira, como el amor, es un idioma universal.
Un idioma que se vuelve verbo al mutar en comunidad. Y eso, precisamente, es esta disciplina para los que la practican y los padres que semana a semana llevan a sus hijos a la academia. Amor por este arte marcial y amor por la comunidad que lo sostiene y de la cual son parte, no importa si es en Puerto Rico, en San Francisco o Río de Janeiro.
Abadá Capoeira es amor convertido en comunidad, en solidaridad, en empatía.
“La capoeira trae un poco de Brasil a muchos países. He visto el trabajo de Pixaim por muchos años y he visto el crecimiento, la visión y la dedicación en preservar la tradición en su academia”, manifestó mestra Márcia, fundadora y directora artística de Abadá San Francisco.
“Ser capaz de hacer tuyo este arte y pasarlo con tanta pasión, dedicación y lealtad a las raíces es maravilloso. Es maravilloso también ver como desde los niños, los adolescentes, los adultos, los padres, todos se lo viven y se vuelven una familia, una comunidad. Capoeira hace eso y siento eso fuertemente aquí. Esa es una de las razones por las que el trabajo de Pixaim es tan fuerte y sigue fortaleciéndose”, agregó mestra Márcia.
El berimbau (instrumento tradicional) sonó y sonó. La academia fue pura música, alegría y gozo para los 56 capoeristas boricuas que participaron del evento.
“Estoy agradecido. Me siento súper bien de recibir a tantos capoeristas de tan alto nivel y de que los estudiantes puedan recibir sus enseñanzas. Tener a mestre Márcia, que ha estado lado a lado con mestre Camisa, es un gran honor”, dijo Pixaim.