Suiza, Antonio Broto/EFE – La escasez de nieve en esta temporada invernal en Suiza, que ha obligado a muchas estaciones de esquí a abrir tarde o a permanecer cerradas, ha profundizado la preocupación en el país por el cambio climático, que amenaza con poner en peligro uno de sus principales atractivos turísticos.
Pequeñas estaciones del país, como la de Val de Travers, en los montes Jura próximos a la frontera con Francia, no han podido a estas alturas de febrero abrir sus pistas a los esquiadores: a pie de pista, donde numerosas piedras y claros asoman en el manto blanco de la nieve, el jefe de la estación, Vincent Bouquet, es muy pesimista.
«Puede que tengamos que cerrar la estación los inviernos, ya llevamos unos 20 años centrados sobre todo en actividades veraniegas como las bicis de montaña o el senderismo», comenta a EFE e indica que prevén un 80% menos de ingresos en la temporada invernal debido a la cada vez mayor dificultad para abrir en esos meses.
La estación de Val de Travers, con 13 pistas y 20 kilómetros esquiables, abrió en 1969 inicialmente sólo para las actividades invernales, pero dos décadas después comenzó a operar también en verano y poco a poco los meses de mayor temperatura se han ido convirtiendo en su principal temporada turística.
Más de una década con poca nieve
Bouquet calcula que los inviernos menos fríos, con nevadas inestables, afectan desde hace 10 a 15 años a la estación, con una cota máxima de 1,400 metros, hasta el punto de que «en invierno la financiación es difícil y se ha convertido en la estación más complicada de superar».
«Ante las malas condiciones existen ayudas (públicas), pero no está garantizado y hay ciertos criterios que se deben cumplir», señala.
Este invierno está siendo especialmente complicado para las estaciones prealpinas y del Jura en Suiza: tras un diciembre tremendamente cálido, que obligó a mantener cerradas la mitad de las instalaciones de esquí suizas durante la temporada navideña, el frío y la nieve llegaron en enero, pero en los últimos días el sol ha regresado y las temperaturas han empezado a subir otra vez, lo que amenaza de nuevo los resorts más pequeños.
Los Alpes concentran el 40% del turismo de esquí global, pero son a la vez uno de los entornos más vulnerables al cambio climático, y por eso su subsistencia misma está en peligro.
Los expertos advierten que todos los glaciares de esta zona de Europa podrían desaparecer de aquí a 2100.
Por su parte, Suiza recibe cada año alrededor de 10 millones de visitantes extranjeros -con el turismo de montaña como atractivo estrella- y sus estaciones de esquí emplean a 17,000 trabajadores. La industria del turismo de deportes de invierno representa el 1% del PIB del país.
La pandemia dejó cifras engañosas
Las buenas cifras de los últimos años, en las que se consiguió una cifra récord de 25 millones de visitantes nacionales y extranjeros en las estaciones del país, son bienvenidas, pero no hacen olvidar que los Alpes perderán un 26% de su masa glaciar de aquí a 2100.
Ello incluso si se cumplen los objetivos del Acuerdo de París sobre Cambio Climático y se logra limitar el aumento de la temperatura a 1.5 grados.
Las cifras de 2021 y 2022 se beneficiaron además del hecho de que las estaciones suizas permanecieran abiertas durante la pandemia, a diferencia de lo que ocurrió en países vecinos como Francia o Italia, lo que causó que muchos esquiadores extranjeros escogieran Suiza como destino.
La falta de nieve se puede suplir en algunas estaciones con cañones que la producen de forma artificial, pero ello requiere un elevado gasto de electricidad y agua que, al reducir la rentabilidad, puede hacer que las estaciones pequeñas ya no sean sostenibles como negocio.
Para colmo, el uso de estos cañones de nieve, en un momento de creciente activismo climático, es visto como un despilfarro en medio de la emergencia climática y este mismo invierno grupos que militan por esta causa, como «Rebelion Extinction», han atacado maquinaria de este tipo en Suiza y Francia.
Ante esto, la asociación Remontes Mecánicos de Suiza, que aglutina a los operadores de las estaciones de esquí del país, ha presentado el dato de que el sector sólo consume un 0.34% de toda la energía a nivel nacional.
Con alrededor de 20 millones de visitantes en sus 90 estaciones de esquí, Suiza es el quinto mayor destino para este deporte en el mundo, sólo por detrás de Estados Unidos, Francia y Austria (con 50 millones cada uno) e Italia (28 millones).