San Juan, 20 de septiembre de 2021 (EFE) – La comisionada residente en Washington, D.C., Jenniffer González, anunció este sábado que ella y la congresista Barbara Lee presentaron la Resolución cameral federal 649, que propone esfuerzos continuos para los servicios de prevención, atención y tratamiento, y programas de investigación para las personas mayores infectadas con el VIH.
Lee y González son copresidentas del Caucus del VIH/SIDA del Congreso en apoyo a los objetivos del Día Nacional de Concientización sobre el VIH/ SIDA y el Envejecimiento, que se observa cada 18 de septiembre cada año.
«Es hora de acabar con los ataques y estigmas hacia los pacientes con VIH/SIDA», enfatizó González en un comunicado de prensa.
Agregó que esta medida bipartita exhorta a formular políticas públicas que permitan un mayor acceso a servicios de salud, que eliminen la criminalización y prejuicios y promuevan la orientación, tratamiento y empodere a los pacientes, con énfasis en los adultos mayores.
«Nuestro objetivo como copresidentas es reforzar y abogar por iniciativas de prevención de esta epidemia, al igual que asegurar recursos de investigación para encontrar una cura», explicó González.
«A todos aquellos viviendo con el VHI/SIDA sepan que no están solos y que continuaremos abogando por fondos y recursos para combatir esta epidemia», agregó.
La comisionada residente busca, además, ayudar a la población adulto mayor LBGTQ+ a no ser rezagada y que su condición no sea impedimento para recibir servicios como cualquier otro ciudadano.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos estiman que en el país norteamericano viven más de 1.2 millones de personas con VIH/SIDA. Más de la mitad son personas de 50 años o más.
Y, según la Escuela de Salud Pública Rollins de la Universidad Emory en Georgia, para el 2018 había 15,848 personas diagnosticadas con VIH en Puerto Rico, de las cuales el 42.7 % son mayores de 55 años de edad.
Las investigaciones muestran que los adultos mayores tienen más probabilidades de ser diagnosticados con el VIH al final del curso de su enfermedad que las personas más jóvenes, lo que significa que las generaciones mayores tienen más probabilidades de ser diagnosticadas tanto con el VIH como con el SIDA.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. detalla que las personas que viven con el VIH durante muchos años pueden exhibir características clínicas observadas en el envejecimiento, incluyendo múltiples enfermedades crónicas o afecciones coexistentes, el uso de múltiples medicamentos, cambios en las capacidades físicas y cognitivas y mayor vulnerabilidad a los factores estresantes.