Por Héctor Luis Coca Soto
Psicólogo Licenciado
San Juan (10 de mayo de 2021) – Caminas con alguien hacia ese restaurante nuevo que decidiste visitar para probar su menú y ver el ambiente. Llegas animada y notas que el lugar está oscuro y el olor no es muy agradable. Las mesas se ven desordenadas y sin recoger. Los empleados pasan de un lado a otro y no te atienden. En cuestión de minutos, quizás segundos, le dices a quien te acompaña: “Vamos a otro lugar.”
Todavía no te has puesto a pensar porqué decidiste irte. Pero la realidad es que abandonaste el restaurante por el efecto que tuvo en ti el clima que imperaba en él.
Los maestros especialistas en bullying y relaciones saludables en la escuela, Rick Philiips, John Linney y Chris Pack, en su libro “Safe Schools Ambassadors”, definen el clima como todos estos eventos que suceden en un lugar determinado que al ser percibidos por nuestros sentidos estimulan unas sensaciones e influencian nuestra conducta.
Imaginemos el lugar donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo contaminado de ruido, malas actitudes de otras personas, suciedad, apariencia deprimente, peligros, riesgo de abuso e intimidación, falta de recursos, sobrecarga y riesgo a la salud. Prácticamente es la receta para un problema de salud mental.
A pesar de que los adultos tenemos más recursos emocionales y materiales, estos climas suelen afectarnos. Imagínense el impacto que puede tener en los niños. Es importante tener conciencia del tipo de clima que tenemos en nuestro hogar cuando estamos criando. Todo lo que esté en tu casa va a afectar emocional, conductual y cognoscitivamente a tus hijos.
Tener un familiar enfermo que se cuida en la casa, un adicto activo, una casa no segura, miembros de la familia con otros problemas de salud mental que no se han tratado, peleas, exposición a noticias o información adulta, sobrecarga de estrés de uno o varios de los cuidadores primarios, son algunos ejemplos de situaciones típicas que cargan el clima de hogar y afectan a los menores.
Entre las reacciones más comunes de los niños a este tipo de clima figuran la irritabilidad, peleas frecuentes entre hermanos, pobre aprovechamiento escolar y notas bajas. También es posible que ocurra aislamiento y uso excesivo de la computadora y de las redes sociales, coraje con uno o con varios adultos en el hogar, autoagresión, uso de substancias, ataques de pánico y ansiedad.
Donde exista aislamiento hay rezago en destrezas sociales, lo que puede estar asociado con problemas futuros de salud mental.
Si estás criando, mantén una observación continua del clima de tu hogar. Al criar, el bienestar de los menores es lo que primero se toma en cuenta. La interacción de juego diaria con estos y un estilo de comunicación adecuado entre los miembros de la familia son necesarias.
Reducir ruidos y tensiones entre adultos es importante. Si hay más niños en la casa, la disciplina no debe estar basada en gritos o cantaletas. Si crías y tienes dudas, es importante que te orientes. No debemos esperar a que pasen diez años y luego descubras, a través de los eventos que enfrenten tus hijos, que debimos tomar acción temprana y nunca lo hicimos.
Héctor Luis Coca Soto
Consultor en Adiestramiento y Manejo de la Conducta
Marginal Acuarela C-9 Guaynabo, PR 00969
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