Roma (7 de abril de 2021) – Los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de los países del G20 pactaron este miércoles una última moratoria de los pagos de la deuda bilateral para los países más vulnerables hasta final de año, en su segunda reunión virtual bajo la presidencia italiana.
Se trata de la «Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda», que el año pasado el G20 bajo la presidencia de Arabia Saudí prorrogó hasta junio de este año y que afecta a las 73 naciones más pobres del mundo, 38 de ellas africanas.
«A la luz de la persistencia de importantes necesidades de liquidez relacionadas con COVID-19, acordamos su extensión final por 6 meses hasta finales de diciembre de 2021», afirmó el ministro italiano de Economía, Daniele Franco, en una rueda de prensa al término de la reunión. «Esta extensión final permitirá a los países beneficiarios movilizar más recursos para hacer frente a los desafíos de la crisis y, cuando proceda, adoptar un enfoque más estructural para abordar las vulnerabilidades de la deuda, incluso a través de un tramo crediticio superior de calidad respaldado por el FMI», añadió un comunicado final.
El ministro italiano explicó que «hay un consenso general en la necesidad de fomentar la cooperación internacional para afrontar los desafíos de la economía global» y también en apoyar a los países más vulnerables. En este sentido, los ministros y gobernadores pedirán al Fondo Monetario Internacional (FMI) que presente una propuesta integral para una nueva asignación general de derechos especiales de giro (DEG), su moneda nominal, «por valor de 650.000 millones de dólares», que mejoraría la liquidez mundial y ayudaría a la recuperación mundial. Esto, además, evitaría incrementar la carga financiera a los países que enfrentan mayores problemas de endeudamiento.
Los ministros y banqueros del G20 también solicitarán al FMI «que explore opciones para que los miembros canalicen los DEG de forma voluntaria en beneficio de los países vulnerables, sin retrasar el proceso de una nueva asignación», añade el comunicado. En la reunión no se debatió si incluir a los países de ingresos medios en el llamado «Marco común para el Tratamiento de la Deuda», iniciativa impulsada por el G20 el pasado año y que contempla la reducción de las cargas de la deuda para los países con mayores dificultades, dijo el ministro italiano.
MANTENER LOS ESTÍMULOS
Otro de los puntos de consenso fue la necesidad de mantener las políticas financieras expansivas para fomentar la recuperación tras la pandemia, ya que «la actual incertidumbre» exige que «sigan en vigor y que la retirada no sea inminente, sino gradual y dirigida a minimizar los riesgos de la estabilidad financiera», destacó el gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco, en la rueda de prensa.
«El G20 renueva su compromiso para evitar la eliminación prematura de los estímulos», insistió Franco.
El comunicado final también explica que «superar la pandemia es una condición previa para una recuperación estable y duradera» y que el G20 está comprometido a reforzar «los sistemas de salud y facilitar el acceso equitativo y rápido a vacunas y terapias» contra el coronavirus de todos los países. Y reconoce la importancia de que los países desarrollen unas finanzas sostenibles para promover las transiciones hacia sociedades y economías más verdes, resilientes e inclusivas.
No obstante, no se menciona por el momento la posibilidad de imponer un precio mínimo a nivel internacional para las emisiones de carbono en lugar del mecanismo de ajuste en las fronteras en el que está trabajando la Unión Europea (UE), como ha recomendado la OCDE en un informe presentado al G20.
NO HAY ACUERDO EN UN IMPUESTO GLOBAL A LAS SOCIEDADES
El ministro de Economía italiano también señaló que se ha hablado de la posibilidad de imponer un impuesto global a las empresas, pero que este tema seguirá sobre la mesa con la intención de llegar a un acuerdo en la reunión que tendrá el G20 de Finanzas en Venecia en julio.
La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, anunció el lunes su disposición a trabajar con los países del G20 para pactar una tasa mínima global para las empresas que permita sistemas fiscales «estables y justos». Tras el anuncio, el ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, celebró que EEUU quiera consensuar un tipo mínimo del impuesto que pagan las empresas por sus beneficios y expresó su voluntad de que Washington se implique también en la tasación de las grandes compañías digitales.