El caso inició con una millonaria demanda que el intérprete de «Fuego de noche, nieve de día» interpuso contra su sobrino por daños y difamación. El joven contraatacó con una demanda imputándole agresión sexual
Por Manuel Ernesto Rivera
Periodista
SAN JUAN, Puerto Rico – El litigio civil que mantiene enfrentados al cantante Ricky Martin y su sobrino se ha extendido por demasiado tiempo y en la más reciente vista judicial sobre el estado de los procedimientos se confirmó que las dilaciones en gran medida se han debido a los incumplimientos y tropiezos que ha tenido el contrademandante Dennis Sánchez Martin.
A lo largo del proceso que comenzó en el 2023, el joven intentó sin éxito llevar su propia representación, pero ya ha tenido cuatro abogados, tres de ellos renunciaron a representarlo y las razones no se han dado a conocer porque están protegidos por el privilegio de confidencialidad entre abogado-cliente.
No obstante, ese aspecto levanta bandera sobre la estabilidad emocional de Sánchez Martin.
En la vista celebrada el miércoles, 25 de septiembre, se dio a conocer que el joven intentó, presuntamente a espaldas de su actual representante legal, Alejandro Rodríguez Sequeira, demandar al astro boricua en una corte de Manhattan en Nueva York, donde ocurrió el alegado abuso sexual del que dice fue víctima por parte de su tío cuando era un menor con 11 años de edad. Pero, esa demanda no está activa, no existe, afirmó su abogado tras un reclamo del juez a cargo del caso, Arnaldo Castro Callejo, quien le advirtió que no permitirá que otras acciones legales por parte del joven le quiten su jurisdicción para resolver la controversia legal.
De acuerdo con el joven, la alegada agresión sexual ocurrió en el Teatro Marquis en Nueva York, donde Martin protagonizó la obra Evita. Según su relato, entre otras alegaciones, el artista lo mandó a buscar y él viajó de Puerto Rico a Nueva York a encontrarse con su tío.
Ciertamente, las alegaciones del joven son muy serias y, de probarse en su día como ciertas, serían devastadoras para el artista y habría que ver cómo eso repercutirá, de alguna forma, en su prolífica y laureada carrera.
Martin ha negado las imputaciones que, en un momento dado, incluyeron las emisiones de órdenes de protección exparte.
El caso inició con una millonaria demanda que el intérprete de «Fuego de noche, nieve de día» interpuso contra su sobrino por daños y difamación. El joven contraatacó con una demanda imputándole agresión sexual.
Pero hay múltiples interrogantes que levantan dudas sobre las alegaciones: ¿Por qué sus progenitores le permitieron viajar solo siendo menor de edad y cómo es posible que la agresión sexual se produjera en el teatro sin que nadie se percatara con tanto personal que labora en una producción teatral de
Broadway?
Otra duda me lleva a preguntarme cuánto poder tendría el artista como para lograr quedarse solo en el teatro con el entonces menor de edad sin levantar sospechas de nadie.
Además, con tanto dinero, ¿no era más fácil para Ricky Martin negociar un acuerdo económico directamente con su familia y mantener todo el asunto oculto? Sin embargo, optó por demandarlo para limpiar su imagen por una cantidad exorbitante que evidentemente el joven no tiene.
El caso se ha extendido por mucho tiempo y hasta que no se vea un juicio civil en su fondo, pautado para mediados del 2025, se seguirá prestando para especulaciones de todo tipo.
Entretanto, parecen cobrar sentido las declaraciones del principal abogado del artista, José Andreu, quien solicitó al juez ponerle un detente.
“Este muchacho no está bien de la mente y nadie lo detiene y ya es hora de que alguien lo detenga y yo espero que el tribunal de Puerto Rico lo detenga finalmente”, sentenció el togado.