Por Víctor Alvarado Guzmán
Secretario Asuntos Ambientales, Partido Independentista Puertorriqueño
San Juan, Puerto Rico – En los últimos años, Salinas ha surgido como un epicentro de controversias ecológicas. A menudo se percibe que los desastres ambientales, derivados de la negligencia gubernamental (tanto estatal como municipal) y la codicia individual de algunos, parecen interminables en este pueblo sureño.
La devastación de la naturaleza en Bahía de Jobos, la polémica con las cenizas tóxicas de carbón y el campo de tiro, la deforestación, la construcción de un puente ilegal sobre el río Nigua, y el impacto en las comunidades de proyectos de placas solares construidos sobre suelos agrícolas, son algunas de las situaciones que afectan el bienestar de las familias salinenses.
A este catálogo de calamidades podemos añadir el crítico escenario que enfrentan varias comunidades, desde hace poco más de un año, con el polémico proyecto Salmar y que, ante la inacción de las agencias, se ha convertido en otra tragedia ambiental.
El proyecto
Desde 2022, la empresa Clasiofertas LLC, cuyo presidente es el Sr. Luis F. Caballero González, ha estado proponiendo construir el proyecto Salmar, en terrenos localizados en la Carr. 701 Km. 0.9 en Salinas, lugar conocido como el Paseo Ladis y donde anteriormente el Municipio realizaba el Festival Internacional del Mojo Isleño.
En la propaganda difundida por la empresa a través de las redes sociales y la página oficial de Salmar, se dice que el proyecto incluiría la venta de 50 solares de 400 metros cuadrados cada uno, para establecer un parque de casas rodantes (trailer’s park) que podrían utilizarse para alquiler a corto o largo plazo, camiones de comida (food truck), guardería de botes, y áreas recreativas.
Según la información que ofrece el Departamento de Estado, Clasiofertas es una empresa que desarrolla los conceptos de una revista y una página web de clasificados. Ninguno de sus objetivos incluye el tipo de construcción que propone en Salinas.
Por otro lado, en la página web oficial del proyecto dice que Salmar Inc. es una “compañía de inversiones y bienes raíces”. Sin embargo, en el Departamento de Estado no aparece ninguna empresa registrada con ese nombre.
Desastre ambiental y comunitario
La controversia con Salmar comenzó el 10 de febrero de 2023, cuando la División de Permisos para el Manejo de Árboles de la Secretearía Auxiliar de Permisos, Endosos y Servicios Especializados del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) le otorgó un Permiso de Corte, Poda, Trasplante y Siembra de Árboles (O-R3-PMA01-GU-02419-30012023) al Sr. Luis Caballero González, para el corte y remoción de setenta y nueve (79) árboles.
Residentes de la Urb. La Margarita y el Comité Diálogo Ambiental, impugnaron dicho permiso, por el efecto que tendría la destrucción de los árboles en el área ecológica, y el impacto a la seguridad y vida de las familias cercanas, que incluye también a las comunidades de Villa Cofresí, Res. Brisas del Mar y Villa Esperanza. El Municipio de Salinas también sometió una impugnación al permiso.
Las organizaciones aseguraban que, al ser una zona altamente inundable, especialmente cuando el río Nigua sale de su cauce, la remoción de los árboles provocaría que el flujo del agua llegue directamente y con más fuerza a las residencias de las comunidades adyacentes.
Además, el relleno y construcción en el lugar se convertiría en una barrera que provocaría un aumento en el impacto de las inundaciones en los hogares al norte del lugar.
Finalmente, el permiso fue declarado nulo por la propia agencia que lo había otorgado, acogiendo uno de los argumentos de la comunidad: el proponente solicitó el “permiso de corte para mensura, cuando en realidad la intención era la de vender los solares para urbanizar”.
El pasado mes de enero, Clasiofertas reincidió en su estrategia al comenzar a supuestamente limpiar los terrenos, cuando en realidad era el inicio de una vil estocada a la arboleda y ecología del área.
Durante días, los residentes cercanos escucharon y vieron sobrecogidos como las máquinas destrozaban y trituraban la vegetación, incluyendo decenas de árboles, mientras distintas aves y otros animales que se protegían en el bosque se alejaban despavoridos.
Un video mostró cómo se utilizaba una cadena para amarrar un flamboyán a una máquina para intentar arrancar el árbol. Según un vecino, la empresa procedió a talar y eliminar árboles de gran altura, estimándose que solo el 14 de febrero se derribaron alrededor de 50 árboles. En esa misma jornada, la maquinaria se encargó de extraer material de la corteza terrestre, la cual fue transportada a destinos fuera del sitio en camiones.
Clasiofertas logró su acometida sin tener permisos para ninguna de sus crueles acciones.
Esta masacre ecológica tuvo lugar a pesar de las persistentes advertencias, denuncias y querellas realizadas por diversas personas al DRNA, y mientras sus Vigilantes y la Policía Estatal protegían al perpetrador del crimen, asegurando que allí solo se hacía una limpieza y recogido de basura.
Incluso, la administración municipal no tomó acciones concretas para detener la agresión en contra del bosque, más allá de indicar que estaban en contra del proyecto propuesto.
La Reserva Natural
Mientras las organizaciones exigen justicia contra las acciones ilegales del promotor de Salmar, estas también han propuesto la creación de la Reserva Natural Abey para proteger y conservar la variedad de elementos ecológicos y arqueológicos que aún permanecen en el área.
Además de los árboles sobrevivientes de las recientes acciones, el lugar alberga un humedal, que se extiende hasta el mar, y el cual es vital para la recarga del acuífero y para canalizar el agua de escorrentía. También existen yacimientos arqueológicos que deben ser estudiados y protegidos.
Estos suelos están clasificados por la Junta de Planificación como Suelos Rústico Especialmente Protegidos (SREP) que, por su especial ubicación, topografía, valor estético, arqueológico o ecológico, recursos naturales únicos u otros atributos, se identifica como un terreno que nunca deberá utilizarse como suelo urbano.
La propuesta Reserva está recogida en el Proyecto del Senado 1157 y el Proyecto de la Cámara 1661, presentados por la senadora María de Lourdes Santiago Negrón y el representante Denis Márquez Lebrón, respectivamente, y que sufren desde hace un año la inacción de las Comisiones pertinentes en Senado y Cámara.
Es el momento de atender esta otra cicatriz infligida a la piel sensible de nuestra naturaleza. Renovemos nuestro compromiso con las presentes y futuras generaciones, deteniendo el desastroso proyecto Salmar y dando vida a la Reserva Natural Abey.
¡Ni un desastre ambiental más en Salinas!