Por: Héctor Coca
Psicólogo Licenciado
Consultor en Adiestramiento y Manejo de la Conducta
Cuando se estudia alguna ciencia en una Universidad, una de las primeras cosas que se va descubriendo, y que te enseñan, es a investigar lo que muchas personas con autoridad en un tema dicen sobre algo en particular. De igual forma, a revisar lo que diversos trabajos de investigación serios encuentran sobre un tema. Este comportamiento es el que nos acerca con mayor posibilidad a la realidad objetiva. Los números en rojo de COVID19 en Estados Unidos son un ejemplo de lo que sucede cuando no se hace esto.
El excolumnista en el área de finanzas del Wall Street Journal, Morgan Housel, en su libro The Psychology of Money, dice una frase que yo encontré muy interesante: “el éxito financiero no es una ciencia complicada. Es una destreza suave en la cual, cómo tú te comportas es más importante que cuánto sabes”.
Presenta como ejemplo el caso de Ronald Read, un hombre original de un area rural de Vermont. Trabajó toda su vida en una gasolinera de su pueblo. La primera persona de su familia en graduarse de escuela superior. Su vida era sencilla, los que lo conocían tenían poco que decir de él. Fue mecánico en la gasolinera por 25 años, y trabajó en mantenimiento con JCPenney por otros 17. Compró una casa sencilla a los 38 años donde vivió el resto de su vida. Fue viudo a los 50 años. No se casó de nuevo. Tenía 8 millones en el banco cuando murió a los 92. Read hizo dos cosas básicas: guardar lo mas que pudo, e invertir en lo que se llama los blue chips stocks. Estos hacen referencia a las compañías sólidas con las mejores reputaciones y solidez financiera. La ficha azul en el póker es la de mayor valor.
De otra parte, Richard Fuscone era todo lo que Ronal Read no era, explica Housel. Educado en Harvard, ejecutivo de la compañía de inversiones Merril Lynch; con un MBA y una reputación distinguida como líder en el campo de los negocios.
Fuscone quiso expandir y compró una casa en Connecticut que tenía once baños, dos elevadores, dos piscinas, siete garajes, y su mantenimiento mensual era de $90,000. Entonces, explotó la crisis financiera mundial en el año 2008. El ingreso dejó de entrar con la fuerza que la salida se mantenía. Fuscone perdió todo. En un momento dado comentó no tener ingreso.
Según Housel, Read fue paciente y consistente, Fuscone impulsivo (el le llama codicioso). Cuando lo miramos desde el punto de la ciencia conductual se refiere a inteligencia emocional.
Esta historia es consistente con lo que han presentado otros autores en el área de la conducta y las finanzas.
Hemos discutido previamente que Napoleon Hill, el primer motivador, a principios del siglo pasado, escribía sobre los 17 principios del éxito. Todos se referían a emociones pensamientos y conducta.
Kevin Trudeau, el experto en finanzas, hacía alusión a pasos básicos para lograr el éxito financiero. Estos iban desde propósito y metas claras, hasta relacionarte con personas con metas comunes.
Daniel Goleman, el psicólogo que descubre cómo todo esta en función de nuestra capacidad de control emocional y no el intelecto o nivel de conocimiento.
Por último, autores como Salovey y Meyer, quienes validan la consistencia de los planteamientos anteriores por medio investigaciones sobre éxito y comportamiento, y su relación con perseverancia, consistencia y relaciones con los demás.
Interesante la consistencia entre todos.