Nos quieren brutos. El gobierno y el sistema que nos arropa quiere que todos, especialmente las próximas generaciones, sean brutos. Incultos, maleducados. Fáciles de manipular.
El que no concluya esto, ya es bruto. Por eso han convertido al Departamento de Educación en su gallina de los huevos de oro. Es la cuenta bancaria de donde sacan su dinero para saciar su sed de poder.
Ayer, ese personaje vergonzoso al que le han regalado el puesto de secretaria de Educación, Yanira Raíces Vega, admitió con su boca de comer en una vista pública conjunta de la Cámara de Representantes y del Senado, que podría tener menos empleados de confianza, pero intentó justificarse diciendo que tiene menos que otros exsecretarios.
O sea, para Raíces Vega está bien tener 93 achichincles en puestos de confianza por los que el pueblo de Puerto Rico gasta (no paga, gasta) $700,000 al mes, $8.4 millones al año, $32 millones en todo el cuatrienio. Piénselo bien.
¿Cuántos de esos $700,000 necesitan los maestros en su salón de clases? ¿Cuántos estudiantes se hubiesen ahorrado el tiempo de grabar y subir vídeos a TikTok hace unas semanas si ese dinero se hubiera usado para arreglar sus escuelas?
Si usted es padre o madre y tiene que salir corriendo de su trabajo para ir a buscar a los niños a la escuela porque el maestro faltó ese día y no hay maestros sustitutos porque “no hay chavos”. Piénselo. Si tiene algún hijo de Educación Especial y no les dan las terapias, piénselo.
Raíces Vega ha intentado esconderse de la opinión pública para que no le sigan cuestionando sobre esa nómina tan alta. El viernes en esa vista pública de las comisiones de Hacienda y Presupuesto no le quedó más remedio que hablar. “Yo no quisiera tener empleados de confianza porque ese empleado es el que hace la política pública que se lleva a cabo. Si todos tuviéramos que hacer lo que tenemos que hacer, no necesitaríamos empleados de confianza”, respondió la secretaria. ¿Qué… es eso? ¿No se supone que todos los empleados tengan que hacer lo que tienen que hacer? Para eso se les paga.
De una mente tan altamente politizada no se puede esperar mucho. Recordemos que Raíces Vega venía de una trayectoria de meter la política en su función pública en un nivel que para ellos es indistinguible, y no les importa.
Para justificarse dijo que antes había más empleados de confianza, que ella solo tiene 100 pero que en 2004 había 265 y para 2013 esa cifra alcanzó 274. O sea, ¿si alguien nos robó antes, pues, ella puede seguir robando ahora porque son menos?
Sus palabras demuestran la gran tragedia que vive Puerto Rico, viene del Departamento de Educación, porque de ahí es que parte todo lo demás en una sociedad.
Educación se ha convertido en la mina de oro para contratistas, políticos y politiqueros, pero su razón de ser, que es educar, queda en último punto. Todavía hoy hay jóvenes estudiando en vagones en escuelas del sur del país, tras los terremotos, pero tienen $700,000 al mes para la nómina de confianza y millones para contratistas que aportan al partido. Es eso. Lo que me lleva a pensar en nuestra sociedad en general.
“La escuela es un fundamento de moral”, dijo una vez hace dos siglos uno de los más importantes pensadores de la historia de la humanidad, considerado el fundador de la sociología y de la pedagogía en toda América. Me refiero al puertorriqueño Eugenio María de Hostos.
Este gran pensador definía la enseñanza como una actividad artística y científica dirigida al desarrollo de la razón humana. Decía también que el objeto de la pedagogía es educar la razón, por lo tanto, “antes que nada, el maestro debe ser educador de la conciencia infantil y juvenil”.
En Educación hemos tenido ya dos exsecretarios convictos. El primero fue Víctor Fajardo, que se chupó 12 años de cárcel por corrupción, pero todos los que cubrimos la noticia en aquella época sabíamos que se decía que él cumplió cárcel para no culpar a quien se quedó con el dinero de verdad. Ya hoy Fajardo está libre y gozando de su pensión.
La segunda convicta fue Julia Keleher, quien conspiró y cometió fraude electrónico, pero solo fue condenada a seis meses de prisión y un año de arresto domiciliario. Ya está libre y tenía en agenda dar una serie de charlas vía Zoom con el exsenador del Partido Popular Eduardo Bhatia.
Tenemos también al exsecretario Eligio Hernández, investigado por el Fiscal Especial Independiente por supuestamente autorizar el pago por locales arrendados cuyos contratos no estaban vigentes.
También está la pesquisa federal del 2022 en la que cayó el entonces gerente de educación técnica Kelvin Pagán La Luz. Además, está el exsubsecretario, Héctor Joaquín Sánchez Álvarez, que renunció en medio de alegaciones de corrupción.
La corruptela en esa agencia es tal que al gobierno de Pierluisi impuso a un ingeniero de Transportación y Obras Públicas, Luis González Rosario, como subsecretario. Luego llegó Raíces Vega y ya. Se completó la politización.
Hay que preguntarse si es casualidad de que todos esos nombres vinculados a la corrupción son bajo gobiernos del Partido Nuevo Progresista.
Lo que me lleva a pensar en Hostos. El prócer decía que “Sin educación del pueblo no habrá jamás verdadero pueblo; y que, sin pueblo verdadero, la democracia es una palabra retumbante, no un sistema de gobierno.”
Y también pensé en lo que dijo el expresidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, que nunca olvido. Decía: “Un pueblo educado tiene las mejores opciones en la vida y es muy difícil que lo engañen los corruptos y mentirosos.”
O sea, esto es por diseño. Nos quieren brutos. Un pueblo sin educación es más fácil de controlar.