La posible victoria de Juan Dalmau frente al bipartidismo y el riesgo de fraude electoral
Por Wilda Rodríguez
Periodista
Si las matemáticas y la educación política me han servido de algo, me atrevo a decir que Juan Dalmau debe ganar las elecciones este martes 5 de noviembre por un 2% aproximadamente. También me atrevo a decir que el Partido Nuevo Progresista va a hacer lo indecible porque eso no pase mediante un fraude masivo del que todos sabemos es capaz.
Nunca he visto una elección totalmente limpia. Si el fraude electoral se mantuviera dentro de una línea razonable, Juan Dalmau, en mi opinión, debe ganar la gobernación por un 2%, Manuel Natal la alcaldía de San Juan por un 4 a 6% y Pablo José Hernández como Comisionado Residente por 1 a 3%.
¿Por qué hago esto? ¿Por qué me meto en ese mundo inseguro de las predicciones? Razón sencilla. Puede que esta sea la última oportunidad de hacerlo y no la voy a eludir. Me siento responsable después de haber observado y escrito para ustedes sobre catorce elecciones consecutivas. Esto no es una predicción. Es una historia que les cuento y firmo.
Admito también que me divierte un poco (mucho) la reacción que provoque en algunos. Gane quien gane el martes los puertorriqueños seguiremos haciendo el miércoles los mejores memes. Lo que sí también espero es que un fraude masivo nos saque el boricua decente que llevamos la mayoría por dentro y se derroque a Jennifer González como derrocaron a Ricardo Rosselló. Si les roban esta, ¡pa’ la calle! No me escondo para decirlo.
Vamos primero al razonamiento numérico. No soy matemática, aunque algo sé de esa ciencia que me fascinó desde niña haciéndome buena estudiante en la disciplina de relacionar cantidades, magnitudes y lógica. Pero de lo que tengo es una educación política tanto como periodista como estratega al interior de partidos políticos, aquí y en Estados Unidos, y de una experiencia con ambas cultivada con esmero. Es lo suficiente para medir por mi cuenta el pulso electoral para el martes 5 de noviembre.
Observo que Juan Dalmau ha avanzado consistentemente un promedio de dos puntos porcentuales por mes desde mediados de julio hasta mediados de octubre. Dije que si esa tendencia se sostenía alcanzaría a Jennifer González antes de las elecciones. Se colocó en un empate técnico con Jennifer González antes de mediados de octubre si tomamos en cuenta los márgenes de error de encuestas y sondeos que han proliferado como nunca este año. Ustedes han escuchado y visto esa afirmación de empate técnico en muchos lugares.
Demás está decir que no le doy crédito a todos los sondeos. Hay algunos que sí puedo evaluar hasta entre líneas. Por ejemplo, todo el mundo esperaba con ansiedad la encuesta del periódico más grande del país. Yo no. Sabía lo que diría, porque sé observarla con cuidado y experiencia personal.
Seguimos. El compás obtenido por los excelentes estrategas de la campaña de la Alianza hace concluir que Dalmau avanzará al menos dos puntos porcentuales más desde mediados de octubre hasta el martes. Aplicando la ciencia de las operaciones numéricas lógicas, la Alianza pondría por ese margen ganarle a González si no ocurre nada que desvíe la lógica matemática.
Podrían, pues, ocurrir dos cosas:
- Que el ánimo electoral —que se evidencia en una lucha cuerpo a cuerpo entre el electorado tradicional fiel, o «corazón del rollo», que miden los dos partidos tradicionales; un electorado disgustado y defraudado por esos mismos partidos; y un nuevo electorado que puja por un cambio drástico en la administración del país— llene las urnas de un voto decidido contra el bipartidismo PNP/PPD. Eso le daría el margen a Juan Dalmau.
- Que los pronósticos de fraude por parte del partido que controla el sistema electoral se materialicen. Eso derrotaría a Juan Dalmau.
Lo que les quiero decir es que no tengo duda de que Juan Dalmau será el ganador en las elecciones del martes si nada anormal ocurre.
Ahora bien, las advertencias de la gerencia PNP del sistema electoral son descaradas. He escuchado principalmente tres que debemos tomar en consideración seriamente:
- Han dicho que el martes 5 de noviembre la Comisión Estatal de Elecciones certificará un candidato preliminar sin haber contado unos 100 mil votos (adelantados). Eso es un botín de guerra.
- Han advertido un traspiés en el voto electrónico que saque de carrera el conteo electrónico y obligue a hacerlo a mano. Retraso y competencia en cantidad y experiencia de funcionarios a su favor.
- Han aconsejado rellenar completos los encasillados en las papeletas en vez de colocar una cruz. Eso parecería favorecer el voto íntegro.
No sabemos qué más se les ocurrirá aconsejar de aquí al martes. Pero hay una constante que todo el mundo tiene en la cabeza: LUMA. Un apagón si las cosas no le van bien al PNP. No digo al bipartidismo tradicional, que es lo ideal para el status quo del neoliberalismo que dominan dos partidos y una derecha engreída y corrupta, incluyendo medios de comunicación, empresarios y extranjeros interesados. No dejen de notar que están tratando de colocar a Jesús Manuel Ortiz como candidato a la segunda posición en la elección a gobernador.
¿Quién se cree eso? Por favor.
El plan de fraude masivo organizado se viene cuajando desde el 2020 cuando el PNP cambió el Código Electoral. Desde entonces ha manejado a su antojo y favor dos primarias y una elección.
Regreso a mis números iniciales. Mi posible falla (admitida) es que solo doy crédito a las encuestas y sondeos cuyas fuentes conozco mejor. Esas son las que me dicen del avance consistente de Dalmau a un ritmo de 2% en tres meses hasta mediados de octubre. Esos mismos números que estudié me dicen que, por el contrario, González viene perdiendo a un ritmo de 4% en ese mismo período.
Tracé un principio promedio en el que Jennifer empezaba con un 45% del voto frente a un 25% de Dalmau. Si hasta mediados de octubre Jennifer había perdido 12% del voto y Dalmau había ganado 6%, tendríamos que a esa fecha (15 de octubre) González habría tenido 33% frente a un 31% de Dalmau.
Después del 15 de octubre Dalmau ha ganado más que González. No solamente por el sentimiento familiar boricua ante el percance grave de salud de su esposa, sino porque la Alianza supo sostener su estrategia de eso precisamente —Alianza— y Dalmau se comportó como un soldado disciplinado.
Ahora viene mi observación educada por la experiencia y el trabajo político. No creo que el PNP haya crecido. Para el 2020 eran dueños de una tercera parte del voto de forma sólida. No estoy tan segura de que esa sea la realidad ahora, pero digamos que lo han logrado sin desangrarse en el Proyecto Dignidad o por encono de los seguidores de Pierluisi. Digamos más bien que pudieron sustituir ese voto perdido con Populares de derecha que dejaron a su partido decepcionados unos, molestos otros.
Por otro lado, hay que reconocer que la campaña negativa más fuerte en esta contienda ha sido contra González. Se la merezca o no, González ha tenido que gastar millones en anuncios ya que campaña positiva no ha tenido mucha. El americano tampoco le ha ayudado. Para Trump y los republicanos ella maneja el timón de una isla basura que no admitirán nunca en su mapa geopolítico. Para los demócratas, González es peor de lo que pueden pensar los puertorriqueños. Para medios norteamericanos de prestigio como el HuffPost, que se publica en ocho idiomas, González es una embustera consuetudinaria que se adjudica el crédito por los aumentos en fondos federales dados a Puerto Rico; y miente al decir que se opone a LUMA. No le ha ido bien con la metrópolis.
Para las elecciones del 2016 el PNP (con Ricardo Rosselló) ganó con un 41.80% de los votos de un universo de 1.6 millones de electores que participaron de un total de 2.9 millones de inscritos (55.45%).
Para las elecciones del 2020 el PNP (con Pedro Pierluisi) ganó con un 33.24% de los votos de un universo de 1.3 millones de electores que participó de un total de 2.356 millones de inscritos (55.02%).
Para el 2024 hay inscritos 1,987,317 electores hábiles. Probablemente haya más participación porque todos sabemos que hay más de 90 mil nuevos inscritos. Pero también sabemos que de esos nuevos inscritos González se lleva muy pocos.
De ahí, que la última encuesta que han leído contiene una cosa y no contiene otra. Contiene un disclaimer bastante pendejo: “Sin embargo, si estos votantes indecisos decidiesen a última hora confiarle su voto a Dalmau, los resultados de la gobernación podrían tomar otro giro.” Ujú.
Lo que no contiene es una ecuación de votos de la zona metropolitana versus el interior de la Isla. Y les voy a decir por qué. Porque eso no se ha medido nunca como corresponde.
Habrán notado que Jennifer González no ha hecho una campaña determinante en San Juan con Miguel Romero. Se ha concentrado en los electores que considera más vulnerables a su discurso de miedo en los pueblos del interior. Buena movida. ¿Le será suficiente? Esa es una buena pregunta. Pero también lo es especular que los electores del interior están aislados de las zonas metropolitanas de este país. No ven, no oyen y no huelen lo que está pasando.
Tengo datos que abonan a que González ha hecho un trabajo de proselitismo político partidista excelente en esas zonas rurales. No los tengo de que comparativamente sus electores “rurales” sumen más que los urbanos y semiurbanos. Pero sí sé de números que desfavorecen al PNP en zonas urbanas claves.
Lo que me lleva a terminar esta columna diciéndoles que mis cálculos para San Juan es la victoria de Manuel Natal y para Comisionado Residente apuesto a que Pablo José hace un gran papel en las elecciones del martes. En el primer caso, Manuel Natal estaría repitiendo el triunfo que le robaron en el 2020. En el segundo caso, William Villafañe no ha dado la talla y los aliancistas están concentrados en Juan Dalmau. Para muchos de ellos la Comisaría Residente es menos importante.
De hecho, en las redes sociales muchos populares están difundiendo un mensaje: “Nosotros sacrificamos a Jesús Manuel y ustedes sacrifican a Ana Irma”. ¡Los melones viven!
Nos vemos después del martes.
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