Por Víctor Alvarado Guzmán
Asesor Ambiental PIP
Hace dos años, Salinas era el centro de una controversia por la destrucción de mangles y el relleno de la zona marítimo-terrestre para colocar casas rodantes (campers), construir muelles y otras estructuras en terrenos de la Reserva Nacional de Investigación Estuarina de Bahía de Jobos.
Las imágenes de la devastación ecológica se mantuvieron durante meses como tendencia en las redes sociales y las noticias. Estos actos causaron una vorágine de reportajes periodísticos, investigaciones legislativas y reclamos de la opinión pública.
La alcaldesa de Salinas, Karilyn Bonilla Colón, fue fuertemente criticada por su falta de acción al agravarse la situación entre el 2014 y 2015, y al revelarse que el Municipio de Salinas endosó la instalación del servicio de energía eléctrica a un camper en la Finca La Cuarta, en el camino Los Indios.
Lo que mantenía oculto la alcaldesa era que, en otra parte del litoral sureño, ella había abierto una puerta adicional para que ocurriera un nuevo agravio contra el ambiente, con unas consecuencias nefastas a largo plazo en la seguridad y la vida de los residentes en Salinas.
Un hotel en la costa
El 5 de agosto de 2014, la alcaldesa de Salinas le envió una carta al entonces presidente de la Junta de Planificación (JP), Luis García Pelatti, donde sometía sus comentarios al Plan de Uso de Terrenos (PUT).
El PUT, aprobado finalmente en el 2015, es el “instrumento de planificación que rige a nivel macro la política pública sobre el uso de los terrenos en Puerto Rico, su desarrollo y conservación en un término de 10 años” (https://jp.pr.gov/plan-de-usos-de-terrenos/).
En sus comentarios, Karilyn Bonilla solicitó a la JP desproteger suelos agrícolas y ecológicos en el municipio, cambiando las clasificaciones propuestas por la agencia, para dar paso a diversas construcciones.
Entre las peticiones que hizo la alcaldesa resaltaba la solicitud sobre “los terrenos al suroeste” del municipio de Salinas, donde se planificaba “desarrollar un hotel”. Esta área está en la desembocadura del Río Nigua y parte de ella en la zona marítimo-terrestre.
Según la mandataria, esos terrenos debían “…tener una clasificación que haga viable ese proyecto que cuenta con nuestro endoso y no la propuesta del PUT de suelo rústico especialmente protegido”.
La JP clasifica como Suelo Rústico Especialmente Protegido (SREP) aquellos terrenos no contemplados para uso urbano o urbanizable en un Plan Territorial y que, por su especial ubicación, topografía, valor estético, arqueológico o ecológico, recursos naturales únicos u otros atributos, se identifica como un terreno que nunca deberá utilizarse como suelo urbano.
Al momento del requerimiento de la alcaldesa, el Plan de Ordenamiento Territorial del Municipio de Salinas tenía clasificado dichos terrenos como SREP y en el Mapa de Calificación de la JP aparecían como Agrícola Productivo (AP) y Conservación de Recursos (CR).
¿Por qué la alcaldesa promovía la desprotección de estos suelos, aumentando la vulnerabilidad del ecosistema y las comunidades cercanas?
Venecia Resort and Marina
El proyecto de hotel, por el cual Bonilla Colón cabildeaba, era Venecia Resort and Marina, propuesto por Salinas Waterfront Investment Corporation (SWIC) y cuyo presidente es el Sr. Orlando R. Ortiz Báez.
SWIC se incorporó el 30 de abril de 2014 y ese mismo día adquirieron la finca donde proponían construir el hotel, según información que obra en el Centro de Recaudación de Ingresos Municipales (CRIM) y en la Oficina de Gerencia y Permisos (OGPe).
Según la descripción que el proponente detalló en los documentos sometidos a OGPe (2015-052379-REA-071464), el proyecto contemplaba “un Hotel Resort de unas 150 habitaciones, un edificio de Administración, áreas de recreación pasivas y pesca recreativa”. También contaría con una Marina, “con un área comercial de 10,000 pies cuadrados para restaurantes y venta al detal”, y 500 espacios de estacionamiento.
Hay que señalar que la cantidad real de habitaciones no queda muy clara, pues en otra parte del documento se mencionaba que serían 200 unidades de 2 habitaciones, y 150 de 1 habitación.
En conversaciones con un funcionario de la JP, este aseguró que la alcaldesa de Salinas coordinó una reunión entre Orlando R. Ortiz Báez y el entonces presidente de la agencia, García Pelatti. Según la fuente, el proponente del hotel insistía en que el presidente de la agencia otorgara el permiso para su proyecto. Reiteradamente, García Pelatti reafirmó su negativa a endosar el mismo.
Acceso a los terrenos
Otro problema que confrontaba el proponente del hotel era el acceso a sus terrenos, pues la única forma de entrar a los mismos era a través de la comunidad Villa Esperanza.
Esta comunidad había perdido su vía principal de entrada y salida, debido a la construcción de un nuevo puente sobre el Río Nigua en la carretera PR 1. Hoy día, la comunidad solamente cuenta con una salida hacia la costa que, en tiempo de fuertes lluvias o tormentas, los deja incomunicados.
En febrero de 2014, los residentes de Villa Esperanza sostuvieron una reunión con la alcaldesa en la cual ambas partes presentaron alternativas para construir un nuevo camino de acceso a la comunidad. Los residentes no aceptaron la propuesta de Bonilla Colón. De igual forma, la alcaldesa tampoco aceptó la alternativa de la comunidad.
Sin embargo, el 18 de diciembre del mismo año, y luego de que la alcaldesa abogara ante la JP por el cambio de clasificación de los terrenos para beneficiar el proyecto de hotel, la Legislatura Municipal de Salinas aprobó la Resolución 106 Serie 2014-2015.
Esta medida autorizaba a la alcaldesa “a entrar en negociaciones con Salinas Waterfront Investment Inc. y formalizar un acuerdo de colaboración para el desarrollo y construcción de forma conjunta de un acceso vehicular a través de un terreno municipal para dar acceso a la comunidad Villa Esperanza y a terrenos de una finca propiedad de Salinas Waterfront Investment Inc.”
Según la Resolución, el Sr. Orlando R. Ortiz construiría el acceso vehicular a sus terrenos “de conformidad con el diseño que tiene el Municipio”. El mismo diseño que había rechazado la comunidad de Villa Esperanza, pero que beneficiaba el acceso al hotel propuesto por SWIC y endosado por la alcaldesa.
¿Por qué la alcaldesa interpuso los intereses privados de una corporación por encima de los intereses de una comunidad?
A pesar de que el hotel nunca se construyó, los hechos en esta historia demuestran que la génesis de la destrucción ambiental en Salinas, fomentada por la alcaldesa Karilyn Bonilla Colón, se puede rastrear hasta los inicios de su mandato, y no se limita a la Bahía de Jobos.
Estas acciones han tenido un impacto en el ambiente y la seguridad de la gente en varias comunidades… eso será motivo de análisis próximamente.
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