Nunes, que ya había demostrado tener fuertes vínculos con la iglesia, lideró el movimiento que pedía excluir la palabra «género» del Plan Municipal de Educación
São Paulo (EFE) – Conservador de talante moderado, católico y con algunas polémicas al hombro, Ricardo Nunes ganó la reelección como alcalde de São Paulo con el apoyo a última hora del expresidente Jair Bolsonaro, líder de la extrema derecha brasileña.
Nunes, de 56 años y del partido de centro Movimiento Democrático Brasileño (MDB), consiguió un 59.57% de los votos y derrotó holgadamente a su rival en la segunda vuelta, Guilherme Boulos, el candidato de izquierdas apoyado por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
En el éxito de Nunes ha sido clave su buena sintonía con el gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, un político con el que comparte una visión pragmática y una retórica que prefiere centrarse en la gestión de la economía antes que en el enfrentamiento político.
En lo social, es profundamente conservador, se opone a la enseñanza de cuestiones de género e identidad sexual en las escuelas.
A pesar de tratar de posicionarse como un candidato moderado, en la recta final de la campaña no ha dudado en aparecer en un acto junto a Bolsonaro, quien en la primera vuelta estuvo distante de las elecciones de São Paulo, porque el electorado de derechas se había dividido entre Nunes y el candidato ultra Pablo Marçal.
Durante la campaña, Nunes prometió «continuar lo que viene haciendo» desde que asumió el cargo de alcalde en 2021 tras la muerte de su antecesor, Bruno Covas, por un cáncer.
Considerado un político moderado y poco carismático, un interino de bajo perfil, en su primer discurso como alcalde, ante la pregunta de los periodistas, afirmó que los cuatro años que le quedaban por delante iban a ser «un gobierno de continuidad» teniendo presente los parámetros de gestión que habían establecido con su antecesor.
Un empresario devenido en político
Hijo de un comerciante portugués y una ama de casa, Nunes se crió en un hogar de clase media del sur de São Paulo y desde sus primeros años estuvo interesado en la política.
A los 18 años se afilió al MDB -«el mismo día que recibió su carnet de votante» según él- y comenzó a estudiar abogacía en una universidad paulista, aunque luego se vio obligado a abandonar la carrera para trabajar.
En ese período universitario, Nunes dio sus primeros pasos como empresario, creando un periódico que cubría acontecimientos de la zona sur de la ciudad, núcleo que luego se convertiría en su punto de apoyo electoral.
Inició su carrera pública trabajando en el departamento de Obras Públicas del estado y posteriormente dio vida a una empresa de control de plagas: Nikkey, su pequeño imperio inaugurado en 1997, que actualmente se encuentra bajo el mando de su hijo mayor.
Nikkey se convirtió en una de las empresas nacionales más importantes del sector, aunque durante este año electoral le causó varios dolores de cabeza, luego de que una extrabajadora de la firma haya sido involucrada en un supuesto plan de malversación de dinero destinado a guarderías públicas, causa que se mantiene abierta y en la que Nunes no figura como investigado.
Antes de lanzarse a la aventura de ser vicealcalde, Nunes ganó sus primeras elecciones como concejal en dos ocasiones, 2012 y 2016, y su nombre comenzó a sonar fuerte por sus posiciones contra las políticas de igualdad de género.
Nunes, que ya había demostrado tener fuertes vínculos con la iglesia, lideró el movimiento que pedía excluir la palabra «género» del Plan Municipal de Educación, lo que causó la indignación y manifestación de distintos colectivos de diversidad sexual y feministas.
La incógnita alrededor de su denuncia por violencia doméstica
Durante ambas campañas municipales (2020 y 2024), la denuncia contra Nunes por parte de su esposa, Regina Carnovale, presentada en 2011, ocupó la agenda política.
Carnovale lo había acusado de violencia doméstica, amenazas e insultos en una Comisaría de la Mujer, hecho que fue confirmado por la Secretaría de Seguridad, a pesar de que el matrimonio se encarga de desmentirlo.
«¡Dejen en paz a mi familia!» respondió la primera dama paulista cuando le preguntaron recientemente si había sufrido violencia por parte de su marido.
Nunes, en ese mismo episodio, pidió «respeto» y afirmó que «en una campaña vale todo no se puede permitir».