San Juan (EFE) – Mundi, la elefanta del zoológico de Puerto Rico Dr. Juan A Rivero en Mayagüez, en el oeste de la isla caribeña, que clausurará permanentemente, fue trasladada este jueves a su nuevo hogar en Georgia, Estados Unidos.
A sus 41 años, Mundi viajó en una caja de transporte en un vuelo desde Puerto Rico a Jacksonville en Florida, y posteriormente será trasladada en camión al Refugio de Elefantes de América del Norte (ERNA, en inglés).
«Nunca voy a olvidar que me diste el privilegio de ser tu cuidador por más de 10 años. Sí, fuiste tú quien me escogió a mí como tu cuidador. Me gané tu cariño, te mimaba como a mi propia mascota, siempre te enseñé muchas cosas, al igual que tú me enseñaste a mí», expresó en su página de Facebook el cuidador de Mundi, Ramón Stricker.
El zoológico, con más de 300 animales, era el único que existía en la isla y cerró al público hace seis años tras los daños causados por el devastador huracán María.
«Tomaron la decisión de separarte de nosotros sin importarle tu estado emocional a los políticos que fueron al parque. Gracias por nada porque en sus manos estuvo el futuro del Zoológico de Puerto Rico y lo enterraron», criticó Stricker ante la clausura del zoológico.
La organización sin fines de lucro Ayuda Internacional Para Elefantes (EAI, por sus siglas en inglés) informó a finales de marzo de que Mundi tendría un nuevo hogar en un refugio en Georgia.
Según explicó EAI, Mundi nació en estado salvaje en 1982 en Zimbabue y quedó huérfana por un sacrificio masivo organizado por el Gobierno.
Fue una de los 63 jóvenes elefantes africanos transportados a Estados Unidos en 1984.
A consecuencia de un altercado con otro elefante cuando era pequeña, Mundi es ciega de un ojo y tiene un colmillo dañado.
La titular del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Anaís Rodríguez informó a finales de febrero que Puerto Rico clausuraría su único zoológico.
Imágenes difundidas por la periodista puertorriqueña Valeria Collazo en redes sociales a principios de noviembre denunciaron que los animales vivían en condiciones insalubres y el área más alarmante por las altas temperaturas de las instalaciones es la de los osos.
Tras la publicación de estos archivos audiovisuales, la población puertorriqueña reclamó soluciones al Gobierno, entre ellas planteó enviar a los animales a santuarios acreditados.
Al finalizar el traslado de todos los animales a sus respectivos santuarios, el Gobierno de Puerto Rico aseguró que reconstruirá el área para crear «un concepto» que cuente con espacios abiertos para que la gente pueda caminar, acampar y disfrutar de la naturaleza.