San Juan, 14 de septiembre de 2021 (EFE) – Puerto Rico sufre un recrudecimiento de asesinatos ligados al control de puntos de venta de droga, una situación que hace una década se convirtió en uno de los principales problemas sociales del país y que las autoridades aseguran está bajo control.
La Policía de Puerto Rico informó este martes de que en lo que va de año se han cometido 424 asesinatos, lo que supone un 16.7 % más que en las mismas fechas de 2020, un incremento de muertes violentas que ha hecho que se vuelva a reabrir el tema de la criminalidad en las calles de la isla.
Las autoridades policiales dieron a conocer hoy cinco asesinatos registrados en incidentes separados en el espacio de 12 horas en los municipios de Juana Díaz, Guayanilla, Carolina, Bayamón y San Juan, repartidos por toda la geografía de la isla.
Estos últimos datos han hecho que suenen, de nuevo, las alarmas ante un problema que en los últimos años parecía controlado después de que el 2011 las calles vieran como la disputa de los puntos de venta de droga provocaron un problema social que requirió un gran esfuerzo de las autoridades.
MUERTES ASOCIADAS AL NARCOTRÁFICO
Desde el pasado viernes, el número de asesinatos suman ya 14, una cifra de muertes violentas prácticamente asociadas en su totalidad a ajustes de cuentas por asuntos relacionados con el narcotráfico.
El escenario que se encuentra la Policía al atender estos casos es casi idéntico, el de normalmente hombres jóvenes encontrados en el interior de sus vehículos o tirados en la calle con varios disparos en el cuerpo.
El jefe de la Policía de Puerto Rico, Antonio López, apareció en los medios para señalar que las mayoría de los últimos crímenes cometidos lo fueron por acecho, es decir, ajustes de cuentas, además de enviar un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía.
El funcionario aseguró que la incidencia criminal no se ha salido de control y que se trabaja para que las investigaciones lleguen a los tribunales con evidencia contundente.
«Que Puerto Rico esté tranquilo», destacó el jefe de la Policía, tras insistir en que muchos de estos asesinatos están ligados al narcotráfico.
ESCALA SIN CONTROL
A pesar de las buenas palabras del jefe policial algunos medios de la isla ya hablan de una escalada sin control de los asesinatos, titulares que recuerdan la situación de hace años en la que las calles parecían fuera de las manos de las autoridades.
Especialmente sangriento fue el lunes, en el que uno a uno fueron cayendo hasta siete personas, un hecho que no ha pasado desapercibido y que ha hecho que vuelva la pregunta de qué está pasando en la isla.
Aunque es difícil determinar por qué llega este «pico» en estas fechas, los protagonistas son, casi siempre, los mismos, hombres en la veintena o treintena relacionados con el narcotráfico que pierden la vida en ajustes de cuentas.
El gobernador Pedro Pierluisi todavía no ha tenido que afrontar una crisis relacionada con la criminalidad, pero si las cifras siguen en alza tendrá que hacer frente a uno los problemas sociales más graves que afronta Puerto Rico.
EL PROBLEMA YA SE DIO EN 2019
En 2019, Ricardo Rosselló vio cómo tenía que poner todos sus esfuerzos para atajar una crisis iniciada a comienzos del año, cuando una serie de asesinatos en las principales vías de la Isla y a plena luz del día levantaron la voz de alarma.
Entonces, incluso, todo el mundo pudo ver -se difundió en las redes sociales- cómo delincuentes dirimían sus diferencias a tiros en horas de la mañana en Isla Verde, una de las principales áreas turísticas de San Juan, con el resultado de una muerte.
El escándalo provocó que el entonces gobernador convocara una cumbre sobre seguridad y la promesa de un refuerzo de la vigilancia en las calles.
El problema de los ajustes de cuentas se pensaba encauzado a partir de 2011 con el incremento de la colaboración entre la Policía de Puerto Rico y las agencias estadounidenses que operan en la isla.
Puerto Rico tuvo en 2011 el triste honor de escalar posiciones entre los países más violentos del mundo al alcanzar una media de 30 asesinatos por cada 10,000 habitantes.