San Juan, 29 nov (EFE) – El secretario del Departamento de Salud de Puerto Rico, Carlos Mellado, informó este lunes de que la agencia estudia imponer nuevas restricciones a algunos viajeros que lleguen a la isla debido a la amenaza que supone para la salud la variante ómicron de la covid-19.
«Vamos a trabajar con el refuerzo de las medidas en los aeropuertos, vamos a aumentar la cantidad de pruebas que se hacen y además respecto a cualquier persona que venga de estos lugares -países con casos confirmados de la variante ómicron- vamos a tomar determinaciones, si pedimos PCR o cuarentena», señaló el funcionario en una entrevista radial.
Las palabras del secretario de Salud coinciden con la entrada en vigor a partir de hoy de las restricciones impuestas por Estados Unidos a los viajeros procedentes de Sudáfrica y otros siete países del sur del continente africano ante la aparición de la nueva variante.
Las restricciones afectarán a Sudáfrica, Botswana, Zimbabwe, Namibia, Lesotho, Eswatini, Mozambique y Malawi.
La variante ómicron no ha sido identificada todavía en Puerto Rico ni EE.UU. continental, aunque sí en Canadá y varios países europeos, además de Israel y Australia.
Mellado indicó que el sistema de vigilancia de Puerto Rico puede identificar la variante de ómicron, considerada de riesgo por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El funcionario subrayó que hay probabilidades de que esta variante llegue a Puerto Rico y que por ello lo importante es disponer de un buen sistema de rastreo.
Además, dijo que es esencial avanzar en la vacunación de la ciudadanía, lo que incluye que se vayan sumando personas inoculadas con la dosis de refuerzo.
La variante ómicron fue detectada el pasado fin de semana en Europa, poco días después de ser identificada en Sudáfrica.
Anthony Fauci, el experto del gobierno de EE.UU. sobre enfermedades infecciosas, dijo que no le sorprendería que la variante ómicron ya esté en territorio estadounidense.
Un total de 222.000 personas contagiadas y 3.269 muertes es el saldo de la covid-19 en Puerto Rico desde el comienzo de la pandemia en marzo de 2020.