Por Sandra D. Rodríguez Cotto
En Blanco y Negro con Sandra
San Juan, Puerto Rico – El presidente del Partido Popular Democrático (PPD), Jesús Manuel Ortiz, lo botó de la colectividad el domingo porque no sólo fue a un evento del partido competidor, sino que endosó al alcalde de San Juan del Partido Nuevo Progresista (PNP), Miguel Romero. Pero desde ese mismo momento, múltiples comentaristas radiales y políticos llevan días en una apología de José Ronaldo “Rony” Jarabo. Lo que olvidan hasta ahora es el contexto y las graves polémicas que tuvo el expresidente de la Cámara de Representantes.
Eso es lo que recordó ayer la psicóloga y feminista Katherine Angueira, quien hizo un repaso de las principales controversias con Jarabo, su caso de violencia de género contra la exreina de belleza Elizabeth Zayas, y cómo esto, irónicamente, ocurrió poco después de haberse aprobado en el 1988 la ley contra el hostigamiento sexual en el trabajo y la carta de derechos de víctimas y testigo, así como la Ley 54 Contra la Violencia Doméstica, en el 1989.
Lo que no se cuenta de Jarabo
“Mi primera reacción es que demasiados años tardaron en expulsarlo de ese partido porque desde 1991 lo debieron haber expulsado. Debieron haberlo sacado de raíz de ese Partido Popular, porque ya sus actuaciones en el 1991 dejaban mucho que desear de una figura que en un momento se pretendía impulsar de alguna manera para su candidatura a la gobernación. Se decía que después de Rafael Hernández Colón, el próximo gobernador del Partido Popular hubiese sido José Ronaldo Jarabo, así que están bien tarde en expulsarlo. Son 32 años, muy tarde”, dijo Angueira.
Relató que durante toda la vida ha habido acciones indebidas de Jarabo, así como comentarios sobre su vida desde que era maestro en una escuela de Caguas hasta que llegó a ser legislador por unos 20 años, incluyendo que fue ‘Speaker’ de la Cámara de Representantes por el PPD.
Puedes escuchar la entrevista a Katherine Angueira aquí.
La feminista tuvo que enfrentar a Jarabo desde los ochenta. En el año 1984, cuando Angueira presidió el Comité Asesor de Asuntos de la Mujer, desde donde se impulsó legislación a favor de los derechos de la mujer y que trascendía líneas partidistas, tuvo que luchar contra políticas antimujer que se promovían en la Legislatura. Una de estas fue la ley que prohibía el hostigamiento sexual en el trabajo.
Jarabo fue legislador por casi 20 años. Entre el 1973 y el 2002. El incidente de violencia de género lo tuvo en el cuatrienio del 1989 al 1992.
“Cuando se aprobó la Ley 54, quien presidía la Cámara de Representantes era él”, dijo Angueira.
Bajo la presidencia de Jarabo se pretendía poner una tranquilla a la Ley 54. A espaldas de las feministas que lograron la medida, el caucus del Partido Popular, presidido por Jarabo en la Cámara, quería que se celebrara una vista de conciliación entre las parejas, antes de que se pudiera acusar a alguien de violencia doméstica.
“Nosotras nos trancamos. ¿Cómo iban a poner eso que hubiera permitido más violencia?”, dijo Angueira. En la Cámara se impuso como condición para aprobar la Ley 54, la necesidad de establecer un programa de desvío.
“Esa era la cabeza del entonces presidente de la Cámara, que en estos días han salido hasta columnas de personas alabándolo, que si es un gran estratega político, que si era una cosa maravillosa, pues no. Es una persona que de forma distorsionada manipulaba la opinión pública porque él tenía el verbo. Lo que pasa es que en el camino se encontró con personas como esta que le está hablando, que a mí no me manipuló nunca”, agregó.
El famoso incidente
En el 1991, Jarabo llegó hasta la casa del matrimonio entre la exreina de belleza Elizabeth Zayas y su esposo, Frank Kolodziej. Se comentaba que el presidente de la Cámara fue a reclamar que supuestamente Kolodziej tenía una relación extramarital con su esposa, Tere Bengoa. Se trataba de un caso controversial entre figuras ricas, de poder político y de la alta sociedad en Puerto Rico. Fue allí donde presuntamente Jarabo cometió actos lascivos contra Zayas, aunque luego fue exonerado.
“Jarabo entró en ese apartamento, trata de forzar la entrada. Ella empieza a forcejear con él para sacarlo de su apartamento y evitar que él llegue al baño donde estaba Kolodziej. Como parte del forcejeo, él acaba agarrándola por la espalda, por la cintura, y se la pega a su cuerpo y a su genitalia, mientras ella lo empujaba y se resistía. Todo eso salió en el tribunal y la apoyamos para que ella (Zayas) estuviese fortalecida para declarar esa agresión”, dijo Angueira.
Eso fue un claro caso de abuso, un acto lascivo, pero la feminista dijo que el grupo de amigos de Jarabo y del mismo Kolodziej, intentaron que Zayas no radicara cargos. Entre esos amigos mencionó al exanalista estadista Benny Frankie Cerezo y el exlegislador independentista David Noriega.
Como un acto de desespero para defenderse públicamente, Jarabo llegó al extremo de desnudar su pecho en público. “Ese señor era tan chabacano y rastrero que dentro de su oficina se desabotonó su camisa y se abrió así para él tratar de convencer a la prensa que era él quien había sido golpeado, y por no decir las especulaciones que había de cómo fueron esos golpes. Él fue una deshonra a la oficina de la presidencia cameral”, dijo Angueira.
Posteriormente, Cerezo luego fue abogado de los Kolodziej en el Tribunal federal en un caso en el que ellos intentaban evitar pagarle los honorarios a la psicóloga, quien resultó airosa. Cabe señalar que la esposa de Cerezo era jueza presidenta del Tribunal Federal, Carmen Consuelo Vargas de Cerezo.
Angueira recordó que incluso Bengoa, entonces esposa de Jarabo, acudió a un tribunal estatal, donde abofeteó en la cara a Kolodziej, luego de este haber declarado de unos acercamientos íntimos entre ellos.
Uno de los primeros casos en el FEI
La entonces fiscal Iris Meléndez, a cargo del Centro Metropolitano de Denuncias, fue quien originalmente tomó las declaraciones juradas y se refirieron, como uno de los primeros casos en la entonces recién creada Oficina del Panel Especial Independiente (FEI).
“En ese momento se dio una discusión pública también si el panel del FEI tenía que haberse activado o no, porque esto era un asunto personal. Yo recuerdo haber interceptado a Melo Muñoz, que era senadora en ese momento, y le llamo la atención a ella de que se tenía que activar el FEI porque ese caso era un asunto público que iba a la médula de su propio trabajo de política pública”, dijo Angueira.
Manifestación en España
Luego de todos esos incidentes, el entonces gobernador Rafael Hernández Colón ganó el premio Príncipe de Asturias por su defensa del idioma español. Jarabo presionó para acompañarlo en el viaje en el 1991. Angueira y un grupo de feministas en Madrid se movilizaron y piquetearon allá en España la presencia de Jarabo por ser un hostigador y maltratante de mujeres. La noticia fue ampliamente difundida por la prensa española.
“El tema les interesaba porque el nombre Jarabo tiene una resonancia por su padre haber sido la última persona que sufrió la sentencia de muerte con el garrote vil”, dijo Angueira.
El padre de Jarabo era español y fue acusado en varias ocasiones, por crímenes de odio y por asesinato.
“Fue una movida atrevida de nuestra parte, bien atrevida. El reclamo era cómo Rafael Hernández Colón permitió que lo acompañara en esa delegación para recibir ese honor que para ellos era una cosa bien grandiosa, a un hombre que agredía mujeres y una deshonra al cargo que él ocupaba”, dijo Angueira.
“Jarabo es una figura que distorsiona la realidad porque él domina el verbo, y confunde a la gente, pero la verdad es una. Él es una deshonra para la política de este país”, dijo Angueira.