Por Miguel Díaz Román
Especial para EyBoricua.com
San Juan (6 de enero de 2022) – Mientras se registra una marcada escasez de leche fresca en determinados establecimientos comerciales del país, la Oficina para la Reglamentación de la Industria Lechera (ORIL) ha ordenado decomisar cerca de 627,000 litros de leche cruda, en lo que representa uno de los mayores decomisos realizados en la industria lechera local en los últimos años.
El masivo decomiso se realizaría en tres días y comprende descartar 340,000 litros de leche de los ganaderos que alimentan a la planta Suiza Dairy, que se efectuaría ayer miércoles mientras se celebraba la víspera del Día de Reyes. Hoy jueves, Día de Reyes, serán decomisados 220,000 litros a los ganaderos que entregan su producto a la planta Tres Monjitas.
Los restantes 112,000 litros serían decomisados en el tercer día, pero no está claro si pertenecen a los ganaderos de la planta Suiza Dairy o a la planta Tres Monjitas.
No obstante, fuentes de EyBoricua.com indicaron que existía la posibilidad de que finalmente se decomise menos que los 627,000 litros anunciados ayer por el secretario de Agricultura, Ramón González Beiró.
Orlando González Núñez, gerente general de Vaquería Tres Monjitas, sostuvo que este decomiso se debe a la alta producción de leche para esta época, retos relacionados con la distribución del producto debido a ausentismos de empleados por la aplicación de los protocolos relacionados con el COVID-19 y la baja demanda de productos durante estos días de la época navideña.
“Para mañana jueves 6 de enero se llevarán a cabo decomisos de leche en las Vaquerías asignadas a Vaquería Tres Monjitas, de unos 220,000 cuartillos. Al momento, no se contemplan decomisos para las próximas semanas, esperanzados en que los factores antes mencionados sean superados durante ese periodo”, expresó González.
Sobre las causas del decomiso, la gerente general de Suiza Dairy, Luz Adriana Osorio, dijo que “desde hace unos meses, no hemos logrado tener el personal suficiente para cubrir el 100% de nuestra plantilla necesaria para la operación. Ello ha generado complicaciones operativas que se agravan con el reciente repunte de casos de Covid. Estos inconvenientes son complejos de resolver en tan corto tiempo”.
Sobre la interrogante si prevé otros decomisos en el futuro, la ejecutiva indicó que “es muy difícil de predecir este tipo de situaciones, ya que el contexto histórico que actualmente vivimos nos está ofreciendo cambios en muy corto tiempo. Estamos invirtiendo nuestro mayor esfuerzo y dedicación para superar y evitar estos inconvenientes en el futuro cercano. Sepan que, como siempre ha sido nuestro norte, Suiza está más comprometida que nunca en atender nuestro mercado de la mejor manera”.
González Beiró evita los cuestionamientos
Las órdenes de la ORIL para impulsar el decomiso de leche se conocían desde el martes, pero en la mañana de ayer González Beiró, acudió voluntariamente a la prensa a revelar el masivo decomiso de leche.
El funcionario evitó dialogar con los medios que conocen el tema y que podrían colocarlo en una situación embarazosa, al exigir explicaciones sobre la escasez de leche fresca en el comercio mientras la ORIL obliga a los ganaderos a descartar su leche sin garantizarles una compensación económica que al menos garantice sus costos de producción.
En las pasadas semanas el representante Jorge Alfredo Rivera Segarra, presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara, informó que investigará la escasez de leche fresca y los decomisos ordenados por la ORIL.
Los decomisos de leche sin una justa compensación al ganadero acontecen en momentos cuando por razones presupuestarias, se ha registrado una reducción de hasta del 80 % en los incentivos por producción que tradicionalmente distribuye el Departamento de Agricultura en este sector.
Una situación de la que es directamente responsable González Beiró, quien promovió unas modificaciones en la manera de pagar los incentivos a los agricultores, que no fueron bien recibidas por la Junta de Supervisión Fiscal. El secretario ya lleva un año en el cargo y hasta el momento no ha ofrecido explicaciones sobre la reducción experimentada en los incentivos.
Para agravar el panorama los ganaderos enfrentan cuantiosas pérdidas por los altos costos de producción, mientras la mayoría de las ganaderías están atestadas de deudas, lo que limita su acceso al financiamiento.
Indulac ya no es planta de balance
A este incongruente escenario habría que añadir que la planta Indulac, reconocida como “planta de balance” en los reglamentos de la ORIL y cuya función histórica fue procesar los excedentes de leche y convertirlos en diversos productos lácteos, en la actualidad opera como otra planta comercial bajo el liderato de una nueva generación de ganaderos organizados en la Cooperativa de Productores de Leche de Puerto Rico (Copple).
Además, ni la ORIL, Copple o el Departamento de Agricultura han acordado revisar la cuota de producción de las vaquerías activas con el fin de ajustarla a los niveles de consumo y evitar o reducir los decomisos de leche.
De hecho, con el fin de provocar una “autorregulación” en la producción de leche, un grupo de ganaderos promueve establecer una estructura de precios que asigne distintos pagos de menor cuantía, según el uso que se le asigne a la leche cruda, ya sea para mantequilla, queso o yogurt.
Pero tales pedidos no han tenido oídos en la ORIL y en Copple, que favorecen la estructura vigente que prácticamente le paga al ganadero el precio máximo, independientemente del uso que se le asigne a la leche cruda.
La renuencia a ajustar la producción con el consumo acontece a pesar de que se ha registrado una marcada reducción en el consumo de leche fresca por diversas razones, entre las que figura la preferencia del consumidor por sustitutos de la leche que son manufacturados con granos, y de que el país experimenta una merma poblacional a causa de la migración y una baja constante en la tasa de natalidad.
Posible colapso de una planta procesadora
Se desconoce si la ORIL y el Departamento de Agricultura han examinado profundamente la viabilidad de tres plantas comerciales en un mercado que cada vez se achica más y cuál ha sido o será su recomendación al gobierno, con el fin de establecer una política pública agrícola sobre este aspecto.
De hecho, se desconoce si la ORIL y el Departamento de Agricultura han evaluado la posibilidad de que la reducción del mercado provoque el colapso de una de las plantas y la grave distorsión económica que ese evento causaría en el sector agrícola, especialmente entre los productores de leche.
El ex secretario de Agricultura, Carlos Flores Ortega, ha señalado que existe una falta de sincronía entre la producción, la elaboración de las plantas procesadoras y las ventas en el mercado, lo cual genera elevados excedentes y simultáneamente, escasez en el mercado.
Esta situación se ha agravado con los atrasos causados por el Covid, tanto en las plantas procesadoras como en la distribución del producto en el mercado. Pero Flores Ortega también ha sostenido que la conversión de la planta Indulac de una “planta de balance” a una planta comercial, abona a la falta de sincronía.
Según Flores Ortega, la renuencia a reducir la producción obedece al objetivo de mantener un suplido constante de leche a Indulac, que se ha convertido en la principal elaboradora de leche UHT, que es el segmento del mercado de leche de mayor crecimiento.
Error “por desconocimiento”
El ex secretario dijo que los decomisos de leche es el resultado de que Indulac ya no opera como una planta de balance. Sostuvo que la conversión de Indulac en otra planta comercial fue un error “por desconocimiento”, cometido por los asesores de los ex gobernadores Ricardo Rosselló y Wanda Vázquez Garced, quienes avalaron sin considerar sus efectos a largo plazo.
Aunque los excedentes de leche son más frecuentes en el invierno, cuando las bajas temperaturas estimulan que las vacas produzcan más, en la isla se han registrado excedentes desde el verano, cuya ocurrencia se atribuye a la incapacidad del consumo de absorber la alta producción.
Pero el ex secretario de Agricultura, Fernando Toledo, minimizó el efecto de los decomisos al sostener que por diversas razones todos los sectores agrícolas descartan una porción de su producción. “El año pasado se decomisaron 1.9 millones de cuartillos, que es menos del 1 % de toda la producción de 230 millones de cuartillos”, indicó el ex secretario.
Toledo, quien figura como asesor del sector de leche de la Asociación de Agricultores, ha dicho que Indulac dejó de ser planta de balance como resultado del acuerdo alcanzado entre el gobierno y el Tribunal Federal en el caso contra la ORIL, que radicaron Suiza Dairy y Tres Monjitas. Agregó que Indulac ha estado por más de 30 años produciendo leche UHT y que en la actualidad, el fin de la planta y de Copple es “defender a los ganaderos”.
Flores Ortega también ha denunciado que la ORIL ha avalado que Indulac exporte excedentes de leche a la República Dominican a precios bajos, mientras el organismo le niega a la industria emergente de quesos acceso a los excedentes de leche y a precios similares bajos similares a los que pagan las empresas dominicanas.
Anticipan dificultades para la industria lechera
El economista Carlos La Santa avizoró graves dificultades para la industria lechera en el futuro “porque en un mercado tan pequeño y sin espacio para crecer, solo permitirá que Indulac crezca quitándole “market share” (cuota de mercado) a Suiza Dairy o Tres Monjitas y eso a la larga afectará a esas dos plantas o una de ellas”.
El economista dijo que el gran problema de la industria lechera es que la ORIL es una entidad que básicamente defiende los intereses de los ganaderos, lo cual le ha impedido alcanzar la distancia y objetividad necesarias para convertirse en un regulador efectivo que garantice la evolución y crecimiento del sector.
Advirtió que otra dimensión del dominio del sector ganadero sobre las estructuras públicas como la ORIL o el Departamento de Agricultura, es que “ los ganaderos buscarán monopolizar” cada vez más el mercado de leche local y arrinconar o eliminar la competencia.
“Mi preocupación con todo esto es que al eliminar la competencia y buscar el monopolio, al final el agricultor, el ganadero, será el afectado. Y esos eventos siempre terminan causando un alza en los costos de producción y los ganaderos pidiendo con aumento en el precio de la leche, lo que al final a quien afecta es al consumidor”, dijo La Santa.
Sostuvo que la industria lechera goza de exenciones y protecciones garantizadas por el gobierno que no han redundado en un sector más eficiente y que provea un producto al consumidor a precios accesibles.
El economista argumentó que favorece abrir el mercado a la importación de leche para generar una competencia real en la industria lechera, que obligará a las plantas y los productores a ser más eficientes y “así se garantizará precios accesibles a los consumidores”
“Todas esas exenciones contributivas no han servido de nada, pues tenemos la leche más cara del hemisferio”, concluyó La Santa.