San Juan, 12 nov (EFEUSA) – La Sociedad Americana de Ingenieros Civiles (ASCE, en inglés) anunció este martes que le otorgó a Puerto Rico una calificación de «D» en infraestructura para el año 2019, y ante ello, advirtió que «gran parte» de la infraestructura de la isla «está llegando al final de su vida útil».
La puntuación de «D» se dio por el grado acumulativo entre los puentes (D +), presas (D +), el servicio de agua potable (D), el sistema energético (F), puertos (D), carreteras (D-), residuos sólidos (D-) y aguas residuales (D +) en Puerto Rico, según indicó la ASCE en un comunicado de prensa.
Fue la primera vez que la organización, fundada en 1852 y que representa a más de 150,000 ingenieros civiles en todo el mundo, publica los resultados para Puerto Rico.
«Este documento es uno de los más importantes que se han trabajado en la infraestructura local, porque da a conocer la infraestructura en Puerto Rico y las recomendaciones que tenemos para mejorarla», dijo a Efe Héctor Colón, presidente de la ASCE -capítulo de Puerto Rico-.
El sistema energético recibió el grado más bajo, «F», lo que significa que su infraestructura «está en condiciones inaceptables y tiene signos avanzados de deterioro», indicó la ASCE.
El informe revela que gran parte de la infraestructura de la isla «está llegando al final de su vida útil», y que las redes de infraestructura aún se reconstruyen después del paso de los huracanes Irma y María en 2017.
La estatal Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) de Puerto Rico propuso un plan de $20,000 millones para renovar la red de energía en la isla.
Hasta ahora, se han proporcionado fondos para restaurar el acceso a la electricidad, pero la red aún es frágil y los apagones son frecuentes.
Del mismo modo, el sistema de agua potable y recursos hidráulicos «es de particular preocupación» para la ASCE.
En 2018, se reportaron 65.697 fugas de agua y roturas de tuberías, para un promedio de 4.38 fugas o roturas por milla de línea instalada, o 180 fugas por día.
Además, el 97% de las represas en la isla tienen un potencial de alto riesgo, lo que significa que la falla podría provocar la pérdida de vidas.
Igualmente, se estima que entre el 40 y el 60% de la capacidad de almacenamiento en los depósitos de agua se pierde por la acumulación de sedimentación, y que el 58% del agua sin ingresos (que no se contabiliza) se pierde como resultado de tuberías con fugas, desbordamientos de tanques y otros problemas.
Como resultado, los residentes están sujetos a racionamiento de agua casi todos los años, a pesar de las importantes precipitaciones anuales.
Ante ello, la ASCE indicó que la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados carece de fondos suficientes para la reparación y el reemplazo de la infraestructura de aguas residuales con uso intensivo de capital, lo que causa fugas, desbordamientos y roturas más frecuentes que los promedios nacionales.
La ASCE reveló además que solo el 19% de los puentes de Puerto Rico están en buenas condiciones.
De acuerdo con la ASCE, Puerto Rico cuenta con cuatro de los 250 puentes estructuralmente más transitados de Estados Unidos, dos de ellos entre los primeros diez.
Para todas estas mejoras, la ASCE indicó que el Congreso de los Estados Unidos le asignó a Puerto Rico -mediante la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias- $42,500 millones para los esfuerzos de recuperación, pero hasta mayo pasado, la isla solo había recibido $15,000 millones.
Igualmente, para modernizar la infraestructura y apoyar el crecimiento económico y la competitividad en la isla, el informe calculó que Puerto Rico debe aumentar la inversión recibida en $1,230 millones a $2,300 millones anuales o elevar de $13,000 a $23,000 millones en 10 años.
Sin embargo, de acuerdo con la organización, cuando se considera el mantenimiento diferido y los proyectos de recuperación relacionados con huracanes, la brecha de inversión es aún mayor.
El informe enfatiza la necesidad de que la isla se reconstruya de manera «más inteligente» al construir códigos y estándares adecuados, adquirir fondos de todos los niveles del Gobierno e incorporar resiliencia en los planes de infraestructura mediante el uso de materiales resistentes al clima.
«El mensaje que queremos llevar es que la infraestructura nos afecta a todos. Al mejorar la infraestructura, mejoras la economía y su competitividad», agregó Colón.
La capacidad en los vertederos existentes es una preocupación urgente, especialmente después de que los huracanes Irma y María produjeran aproximadamente 2.5 millones de toneladas de escombros, o un valor de 2.5 a 3 años de desechos sólidos que luego fueron eliminados en los vertederos.
Entre las soluciones que mencionó la ASCE para enfrentar los desafíos de infraestructura de la isla están el aumentar la capacidad de recuperación de la infraestructura mediante la construcción de estándares de la organización, incorporando el análisis de costos del ciclo de vida en los proyectos y manteniendo los activos existentes.