San Juan (17 de junio de 2021) EFE – En Puerto Rico, las personas con piel más oscura sufren un peor estado de salud que las que tienenla piel más clara, según las conclusiones de una investigación desarrollada por la Universidad de Puerto Rico (UPR) que evaluó el impacto de la raza en la salubridad de las personas.
El economista José Caraballo, autor junto a la antropóloga e investigadora Isar Pilar Godreau del estudio «Colorismo y disparidades en la salud en los países de origen: el caso de Puerto Rico», señaló este jueves que la conclusión más destacada de este estudio es que el color de la piel incide en la salud.
«El racismo está vivo en Puerto Rico», aseguró el catedrático del recinto de Cayey de la UPR.
El estudio analizó el impacto del color de la piel en la salud, tras las respuestas recogidas entre los puertorriqueños a través de una muestra representativa de 5,794 individuos, utilizando varios modelos estadísticos.
Los resultados mostraron -después de extrapolar al conjunto de la población esa muestra matemáticamente- que 202,817 personas de piel oscura en Puerto Rico reportaron un peor estado de salud general que las 425,415 personas de piel más clara.
INVESTIGACIÓN BAJO ENCUESTA DEL DEPARTAMENTO DE SALUD
La investigación se realizó utilizando la encuesta que se realiza a la población por medio del «Behavioral Risk Factor Surveillance System» (PR-BRFSS) federal, que en Puerto Rico lleva a cabo el Departamento de Salud.
A raíz de un acuerdo entre el Departamento de Salud y la UPR, el PR-BRFSS añadió un módulo especial que incluyó preguntas en torno el color de piel.
Caraballo precisó que para realizar el estudio se implementó una escala que permitía que los participantes pudieran clasificarse ellos mismos según su tonalidad de piel, siendo 1 la tonalidad más clara y 6 la más oscura.
El catedrático, que es director del Centro de Información Censal de la UPR en el Campus de Cayey, precisó que la investigación analiza la relación que tiene la salud de las personas encuestadas en Puerto Rico con el colorismo (término utilizado para describir el trato diferenciado que se le da a una persona por la tonalidad de su piel dentro de su propio grupo étnico).
DISCRIMINACIÓN POR PIEL MÁS OSCURA
El estudio concluyó que las personas con color de piel más oscura tienden a sufrir más discriminación, pobreza y malos resultados de salud.
En definitiva, las personas con piel más oscura mostraron a través de sus respuestas sufrir más problemas de salud que sus compatriotas blancos.
Caraballo sostuvo que las personas de piel oscura en Puerto Rico sufren racismo estructural, algo que, según indicó, puede estar condicionado por tratarse de una sociedad que ha sufrido la esclavitud.
El catedrático dijo que espera que el resultado del estudio sirva para la sociedad puertorriqueña se cuestione sobre el racismo instalado en la isla.
«Hay que establecer políticas públicas para evitarlo», subrayó, tras decir que las autoridades de la isla deben «medir dónde se manifiesta» el racismo en la actualidad.
PROBLEMA NO RECONOCIDO INSTITUCIONALMENTE
Godreau señaló por su parte que el racismo es un problema instalado en Puerto Rico que, sin embargo, no es reconocido a nivel institucional.
Dijo que en sociedades estratificadas por raza como la de Puerto Rico, al igual que en todas las que sufrieron la esclavitud en América, la tonalidad del color de piel es un elemento importante para conocer el nivel de vulnerabilidad de una persona frente al racismo.
Subrayó que aunque estudios previos realizados en EE.UU. habían confirmado que la discriminación racial afecta la salud de poblaciones latinas, algunos asumen que dichos efectos surgen como consecuencia de la migración hacia Estados Unidos.
«Los resultados de este estudio en Puerto Rico demuestran que los latinos no están exentos de los efectos perniciosos de la discriminación en la salud en su propio país de origen», precisó.
Godreau mantuvo que esto conlleva que reconozcamos el racismo como un problema de pertinencia para Puerto Rico que afecta la salud de los que están más expuestos a sus efectos, incluyendo el estrés, el trato desigual en los servicios y el acceso diferenciado a recursos.
Señaló que «el Estado no se ha encargado del reconocimiento del racismo», razón por la que el problema es ignorado, aunque como aclaró ello no evita que se trate de un asunto que está presente en la sociedad y que debe atenderse.