El reconocido geomorfólogo dice que la tormenta tropical Ernesto recordó lo vulnerable que está el país y abogó por una moratoria a los permisos de construcción en zonas peligrosas
Por Sandra D. Rodríguez Cotto
En Blanco y Negro con Sandra
San Juan, Puerto Rico – Para el reconocido geomorfólogo puertorriqueño, José Molinelli, el paso de la tormenta tropical Ernesto cerca de la zona fue un recordatorio, una alerta, de cuán vulnerable hemos puesto a Puerto Rico.
El experto en el estudio de las características propias de la corteza terrestre dijo que las inundaciones y el daño de las lluvias a la agricultura demuestran que hace falta detener las construcciones en las zonas costeras y terrenos cerca de cuerpos de agua. En ese sentido, abogó por una moratoria en los permisos de construcción.
“Hay que tomar acción proactiva porque vamos a llegar al punto de la irreversibilidad”, advirtió el experto.
Molinelli concedió una extensa entrevista en el programa de radio En Blanco y Negro, en las que analizó el impacto de las lluvias de esta semana en las distintas zonas del país.
Política sostenible
El experto dijo que es momento para que el Gobierno establezca una estrategia inteligente para hacer un país sostenible, abogó para que se hagan moratorias a la construcción en zonas inundables y que se prohíba la construcción en las costas. Si viene un evento y se destruyen viviendas en la costa, como pasó en Rincón o en Barceloneta tras el huracán María, que no se permitan más construcciones allí, dijo.
“Pero eso requiere una estrategia, eso requiere un pensamiento. Hay que empezar desde ahora a construir un país sostenible, un país que utiliza la ciencia en el proceso de planificación. Un país que en vez ser cada vez más vulnerable a cualquier tipo de fenómeno natural sea más resiliente. Que cuando ocurran inundaciones y no se inunden casas porque no hay casas en zonas inundables. Que cuando haya derrumbe, no se pierda vida y propiedad porque no construimos en zonas vulnerables. Que tengamos una estrategia para irnos saliendo de esas zonas peligrosas”, manifestó el experto.
“Puerto Rico es en realidad sencillo de guiar y controlar. Complejo es la China, que tiene más de 1,300 millones de habitantes. ¿Cómo es posible que una isla de solo 3.2 millones de habitantes no pueda ser manejable de forma inteligente y sostenible?”, dijo el profesor de la Universidad de Puerto Rico.
Ernesto no fue como María
Molinelli precisó varias cosas. Lo primero, que Ernesto sí impactó muchos sectores, especialmente en la zona este del país, pero no necesariamente fue un evento grande como lo fue el huracán María.
“No ha sido un evento grande. Lo que estamos viendo es un país altamente vulnerable. Y esa vulnerabilidad que presenta el país a un evento relativamente pequeño y cotidiano, es producto ciertamente de una serie de factores. Entre ellos está la mala planificación”, precisó.
“En Puerto Rico tenemos más de un cuarto de millón, se ha estimado en sobre 250,000 estructuras ubicadas en zonas inundables que fueron la mayor parte construidas en las llanuras inundables de los ríos, con aprobación de la Junta de Planificación, que en teoría, debería ofrecer unos unas protecciones, pero que operacionalmente, cuando vienen eventos mucho más grandes que los previstos, las áreas se inundan. Así que ahí tenemos áreas, como todas estas urbanizaciones en la llanura inundable del río de la Plata y del área de Dorado”, señaló.
El experto criticó que en Puerto Rico se sigan aprobando permisos para la construcción de proyectos nuevos en esas zonas inundables a través de rellenar terrenos. “El efecto acumulativo de eso lo que hace es que va reduciendo el espacio que tienen las aguas. ¿Cómo se ve? Pues cuando hay inundaciones, y por lo tanto con un mismo volumen de agua, las aguas llegan a niveles mucho más altos que las inundaciones de los 100 años”, dijo.
Problemas en la montaña
Zonas como los municipios de Toa Baja, Dorado y todas las obras de construcción cerca del río La Plata son altamente vulnerables a las inundaciones. Igualmente lo son las que están en municipios del centro de la isla como Cidra y Cayey, es decir la Cordillera Central, que son terrenos agrícolas. Las llanuras que son terrenos fértiles que deberían protegerse para la agricultura, dijo Molinelli, están siendo rellenadas por urbanizaciones y construcciones en cemento, así como fincas de paneles solares.
“Es un uso totalmente ineficiente del terreno, porque lo inteligente es reconstruir los cascos urbanos y ciudades que están ubicadas en lugares de uso seguro en vez de destruir los campos donde hay susceptibilidad a deslizamientos y movimientos de casas”, dijo el experto.
Para agravar la situación, dijo, en los campos hay decenas de miles de viviendas y estructuras que están sobre columnas largas de longitud desigual que son altamente vulnerables a deslaves, deslizamientos y despeños, no solo por lluvias, sino en caso de un sismo. Dijo que, si se repitiera un evento como los terremotos del 2020, pero en el centro de la isla, sería una destrucción total.
Dijo que esas zonas montañosas no se han sabido identificar adecuadamente en el proceso de planificación para así tomar medidas en las áreas que son de alto riesgo de deslizamiento. Mencionó como ejemplo, la formación geológica de San Sebastián que demarca la zona de contacto entre las rocas ígneas de finales de la era del Cretácico y que se une a las rocas calizas del Carso. Esa zona viene desde el oeste, de pueblos como Aguada, hacia San Juan, y pasa por el norte. Allí se están dando permisos de construcción sin contar con los movimientos de tierra que provocan deslizamientos, como pasó cuando se perdió el Centro de Diagnóstico y Tratamiento de Corozal, o cuando se empezaron a abrir las tumbas en el cementerio de Lares, tras el huracán María.
“Aquello fue un horror. Ahí en esa misma franja fue donde Pesquera hizo unos cambios cuando construyó la carretera PR-10 de Arecibo. Ese último segmento donde está la formación San Sebastián, que es bien inestable, creó un problema de estabilización de terreno brutal. Ese kilómetro de carretera hoy ha sido el más costoso bajo la bandera de los Estados Unidos en términos de reparación, porque trataban de estabilizar y volvía y se venía la montaña hacia abajo. Así que hay formaciones que nosotros sabemos que existen, y eso no se considera en el proceso de planificación”, dijo Molinelli.
Problemas en la costa
En la costa también hay unos riesgos que no se toman en consideración. El experto dijo que se sabe por los mapas de tsunamis que todos los años revisan la Red Sísmica y Manejo de Emergencias.
“Están los mapas que te dicen cuáles son las zonas seguras donde tienes que ir. Sin embargo, la Junta de Planificación, a pesar de que esto yo le he dicho por años, no considera si está en una zona de maremoto o no a cualquier proyecto que le soliciten de construcción”, dijo Molinelli.
En ese sentido, criticó que se permita la construcción de viviendas y escuelas en zonas más vulnerables a las vibraciones de terremotos, como, por ejemplo, Isla Grande, y las playas.
Cataño con mayor peligro
“La zona más vulnerable en Puerto Rico es el perímetro costero. Un ejemplo de un pueblo que tiene riesgos combinados de todo tipo es Cataño. La mayor parte de Cataño es un relleno del fondo de la bahía. Está sujeto a amplificación de onda sísmica. En caso de terremoto está sujeto a licuación en caso de un terremoto fuerte. Es un pueblo que está la mayor parte en zona inundable y tiene que haber sistemas de bombeo de recursos naturales con bombas que se activan inmediatamente, que llueve, porque si no el pueblo queda inundado para sacar el agua”, advirtió el experto.
“Hay una estación, una serie de esclusas que regulan el control del nivel del agua en la ciénaga, Las Cucharillas con respecto a la bahía de San Juan y tú te paras en la zona de Bayview, donde está la estación de bombas y tú ves que el nivel del mar en la bahía es más alto que el nivel de la de la ciénaga Cucharilla que está más bajo este. Entonces tú no puedes seguir construyendo infraestructura en esa zona hasta el nivel del mar”, reclamó Molinelli.
Que piensen en las elecciones
El geomorfólogo hizo un llamado al pueblo a que piense bien en este año electoral.
“Aquí se está vendiendo el país. Las infraestructuras que antes eran del gobierno que producían, ahora mismo se están transfiriendo a fuentes privadas. Se está vendiendo todo a intereses extranjeros y nos quedamos sin país, y una vez que eso ocurra, prácticamente perdimos el país. Excedemos un umbral si acabamos con todos los terrenos agrícolas. Ya eso es irreversible. El tiempo para reparar eso es demasiado largo. Y este es el momento donde se nos está haciendo tarde, pero aún estamos a tiempo. Y por eso este proceso electoral de este año es clave en la historia de Puerto Rico”, indicó Molinelli.
“Hay que buscar la esperanza, Hay que oír el análisis. Hay que oír a la gente que está dispuesta a volver a formar un gobierno decente, con visión de futuro, que utilice las mejores cabezas de Puerto Rico para que vuelvan a servirle al país como una vez le sirvieron”, agregó.