San Juan (EFE) – El chef español José Andrés aseguró este jueves que en los días posteriores al paso del huracán María salió lo mejor del espíritu de Puerto Rico, cuando sus ciudadanos lo dieron todo por el prójimo, a la vez que alabó el papel del sector privado en ayudar a que pudiera entregar miles de comidas a aquellos que lo necesitaban.
«Todo Puerto Rico tiene que aplaudir a Puerto Rico ya que alimentó a toda la isla», remarcó tras recordar que los primeros días tuvo que poner sus propias tarjetas de crédito para pagar a los suministradores de alimentos.
En un acto celebrado en la Casa de España en San Juan, donde «celebró» su libro «Alimentamos una isla», escrito con Richard Wolffe y publicado en 2018 coincidiendo con el primer aniversario del embate de María sobre la isla, el cocinero español también quiso resaltar el hecho de que la ayuda prestada por EE.UU. a los haitianos tras el terremoto en 2010, no se iguala a la que le brindó a la isla tras el paso del ciclón María.
«La prestada a Haití fue más directa y rápida», dijo.
Con ayuda de más de 20,000 voluntarios sirvió 3.7 millones de comidas para los damnificados de María.
Tras rememorar que su primera visita a la isla se produjo cuando era joven voluntario en el buque escuela de la armada española Juan Sebastián de Elcano, reiteró que los cocineros se mueven bien en el caos ya que las cocinas donde trabajan suelen ser un «caos maravilloso».
Por ello están acostumbrados al mismo y, personalmente, manifestó, no le cuesta adaptarse y trabajar en dichas situaciones tras las emergencias por causas naturales.
A su vez, alabó al sector privado de la alimentación en la isla que le brindó toda la ayuda que necesitó -«fueron líderes»-, y a los que llegó a pedir líneas de crédito a medida que su tarea de dar a comer a los afectados por el huracán se iba ampliando.
«No sabía como les iba a pagar pero supe que lo iba a hacer», reveló, a la vez que no quiso dejar de menos al sector publico que, dijo, es muy «útil».
«Aparecieron muchos personajes generosos, gente procedente de fuera que trabajaba sin mirar el reloj», dijo José Andrés, quien llegó a alabar el papel de una menor de diez años que estuvo liderando a un grupo de personas que hacía miles de sandwiches.
Tras destacar que, evidentemente, no dio de comer a toda la isla como podría desprenderse por el título de su libro, si lo hizo a «unos pocos, cuatro millones».
Por otro lado, advirtió que en caso de que volviera a ser necesario regresaría a la isla para nuevamente ayudar «para que a nadie le falte ni un plato de comida».
«Tomaremos nuevamente el liderazgo si hiciera falta», advirtió.
José Andrés también remarcó que cuando se trabaja «unido, como un puño, todo es posible. Eso fue una de las cosas que aprendí de María».
«No hay que esperar a que te digan que es lo que tienes que hacer», advirtió.
Sobre el papel de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (Fema, por su sigla en inglés) de Estados Unidos, dijo que le faltó liderazgo para ayudar, pero quiso advertir que hay que diferenciar a las personas de las instituciones.
En este sentido, reveló que el día que cayó un contrato de Fema con una empresa de catering en el estado de Georgia, que no llegó entregar ninguna comida a la isla, fue cuando dicho ente concedió uno a su ONG World Central Kitchen.
José Andrés también recalcó la necesidad, tras lo vivido después del huracán María, que Puerto Rico debe ser autosuficiente en la producción de frutas y verduras, de las que importa más del 90%.
«Esa va ser una de mis nuevas metas», concluyó.
De fracaso «épico» califica en su libro la asistencia que Puerto Rico recibió de instituciones estadounidenses después de que María tocase tierra el 20 de septiembre de 2017 como huracán de categoría máxima.
El huracán María causó casi 3,000 muertos y daños millonarios.
José Andrés cuenta en su obra cómo se organizó y funcionó la misión humanitaria de la que fue la cara más visible.