Por Sandra D. Rodríguez Cotto
En Blanco y Negro con Sandra
San Juan, Puerto Rico – Acaparaban las portadas o primeras páginas de periódicos, con fotos a colores y noticias positivas. Los proyectaban como la cara de los inversionistas que habían llegado a levantar la economía de Puerto Rico, y ellos se presentaban como los más cercanos amigos y colaboradores. Así tenían encantados a gran parte del sector empresarial, económico y al Gobierno, anunciando nuevas inversiones y proyectos de lujo como hoteles y viviendas. Pero de un tiempo a esta parte, creció la desconfianza y la fricción, vínculos a casos de corrupción como el que provocó el arresto de la exgobernadora Wanda Vázquez, y de esos y otros problemas, surgieron las acusaciones y el odio.
Ahora el multimillonario inversionista en fondos de capital estadounidense, John Paulson, demandó a su exsocio paquistaní Fahad Ghaffar por la friolera de $189.6 millones, acusándolo de haber cometido fraude, malversación de fondos, enriquecimiento injusto y otras ilegalidades.
La demanda de 74 páginas se radicó ante el Tribunal Federal e incluye 21 causas de acción contra Ghaffar por haber desarrollado fraudes y estafas para desviar el dinero de las empresas Paulson para su propio beneficio. También lo acusan de enriquecer a amigos y familiares.
Además de Ghaffar, Paulson demandó a varios de sus parientes como su esposa Glendaliz Acevedo, su suegro Glen Acevedo, sus hermanos Amir Ghaffar, Saira Ghaffar y Frah Vayani, así como a su asistente personal, Nerissa Aponte. La demanda incluye además a una serie de corporaciones asociadas a Ghaffar y sus familiares.
Entre todos, según la demanda, se creó una “empresa criminal conjunta” bajo la ley federal conocida como “RICO Act” o el “Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act” (Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por Extorsión Criminal, en español).
La demanda incluso alega que Ghaffar representa un riesgo de fuga y que ha planificado huir de Puerto Rico. A Paulson lo representa la reconocida abogada y exfiscal federal María Domínguez.
Ghaffar había sido despedido el pasado 31 de julio de las empresas de Paulson en la isla, y le prohibieron a empleados comunicarse con él. Luego comenzó una campaña de insultos mutuos, y tal y como revelamos en ¡Ey! Boricua el pasado 6 de septiembre, Ghaffar demandó por $50 millones a Paulson alegando que fue víctima de fraude y engaño. La semana pasada Paulson solicitó a la juez federal Camille Vélez que desestimara esa demanda de Ghaffar.
Queda pendiente otro pleito a nivel estatal en el que Ghaffar acusó a Paulson de sacarlo del negocio en un esquema corporativo. Esa otra demanda está ante la sala del juez Anthony Cuevas en el Tribunal de Primera Instancia en San Juan.
Lujo y la famosa boda
Paulson alega en su demanda que Ghaffar tenía un estilo de vida “extravagante” y que junto a su esposa, desviaban fondos para sus negocios o el de sus familiares. Esta fue la conclusión a la que llegaron después de una investigación interna de Ghaffar, quien en el 2013 empezó a trabajar como analista de Paulson y fue escalando hasta ser su más cercano colaborador.
Se alega que la esposa Glendaliz y sus hermanos Amir, Saira y Farah crearon múltiples corporaciones que se convirtieron en los suplidores de bienes y servicios a todas las empresas de Paulson. En el esquema que montaron, inflaban los costos, por lo que recibían mayores comisiones.
Paulson alega que además del desvío de su dinero hacia los parientes de Ghaffar, todos gastaban en viajes a islas exóticas en el Caribe en jets privados, o solían comprar en tiendas de lujo como Chanel y Louis Vuitton.
En otras ocasiones, compraban muebles o pagaban niñeras o se hospedaban en uno de los hoteles de Paulson, el exclusivo St. Regis Bahia Beach Resort, a donde llegaban en limusina. Los Ghaffar después pasaban las facturas de esos gastos extravagantes a los negocios de Paulson.
Fue precisamente en el St, Regis Bahia Beach Resort donde se celebró la boda entre Ghaffar y Acevedo, a un costo de sobre $300,000. A esa boda asistió la exgobernadora Wanda Vázquez, y fue donde se organizó la supuesta conspiración que hoy pesa en su contra nivel federal. Se alega que la mandataria se sentó en la misma mesa con el presidente de Bancrédito International, Julio Herrera Velutini quien se comprometió a apoyarla en su campaña a la gobernación si ella despedía al entonces comisionado de Instituciones Financieras, George Joyner.
Ghaffar no fue acusado junto a Vázquez Garced, Herrera Velutini y el exagente federal Marc Rossini, pero se establece que es el “Individuo C” en el pliego acusatorio. Además, hay que recordar que se le imputó a Ghaffar haberle regalado el lujoso automóvil BMW al exjuez y esposo de la exgobernadora, Jorge Díaz Reverón. Ghaffar lo negó.
Problemas recientes
A principios de septiembre, en este medio dimos a conocer un vídeo que se compartía entre conocidos empresarios, inversionistas de Ley 60 y banqueros que se tituló “El verdadero Fahad”. Era del 2019 donde Ghaffar pateaba mesas, rompe sillas, baila y se reía de modo burlón en el restaurante STK en el Hotel Vanderbilt en el Condado.
El vídeo salió un día después de que Ghaffar demandó a nivel federal a su exjefe Paulson y a sus empresas PRV Holdings por $50 millones. Eso fue reseñado por la prensa internacional, incluyendo medios como Bloomberg y Page Six, entre otros.
Paulson llevaba tiempo buscando distanciarse de quien fue su mano derecha por más de 10 años. El 4 de agosto este medio publicó que Paulson despidió a Ghaffar de manera fulminante y emitió un memorando a todos los empleados de sus distintas empresas, lo cual sacudió a la industria automotriz.
El 7 de agosto continuaron las polémicas públicas cuando Paulson volvió a advertir que ninguno de sus empleados podía contactar a Ghaffar.
En una carta que Paulson mismo circuló entre todos los gerentes ejecutivos de sus negocios, según una copia obtenida por este medio, se reiteró la prohibición de tener contacto con Ghaffar. Esta orden se aplicaba a los gerentes de negocios, como los concesionarios de vehículos AutoGrupo, Benítez GM, Alberic GM y Gómez Hermanos, así como a los hoteles Condado Vanderbilt Hotel, La Concha Resort, Condado Ocean Club y St. Regis Bahia Beach Resort and Golf Course; y a propiedades como American International Plaza, 270 Muñoz Rivera Avenue, Ocean Drive Residences y Vanderbilt Residences.
La comidilla entre los empresarios de las industrias hoteleras y automovilísticas desde entonces han sido las múltiples controversias en las que Ghaffar se ha visto envuelto. Se menciona insistentemente lo ocurrido en una fiesta organizada por el productor Francisco “Paco” López, donde se alega que Ghaffar comenzó a insultar y menospreciar a los puertorriqueños haciendo referencia a sus genitales. Esto desencadenó una pelea en la que Ghaffar recibió un puñetazo en la cara por parte de un empresario puertorriqueño.
Ghaffar mantenía vínculos constantes con otro inversionista llamado Ali Sattar, quien el 4 de agosto de 2021 fue arrestado en estado de embriaguez por chocar un automóvil y la patrulla del coronel José Juan García, Comisionado de Policía Municipal de San Juan. Sattar arrojó un nivel de alcohol en sangre de 0.24% y además no tenía licencia de conducir, según reportó en ese momento los medios Tu Noticia PR y Noticentro 4.