San Juan , 29 de octubre de 2021 – El 21 de septiembre de este año, la Coalición Científica de Puerto Rico presentó los resultados de análisis científicos, llevados a cabo en colaboración con el Departamento de Salud, sobre la efectividad de las diferentes vacunas para combatir el covid-19 en Puerto Rico.
Este es uno de los estudios más completos que existen sobre este tema a nivel global, y el estudio ha sido sometido para evaluación por la comunidad científica internacional y compartido con agencias regulatorias federales para informar políticas públicas en Puerto Rico y en los Estados Unidos.
El grupo de científicos ha continuado examinando los efectos en contagios, hospitalizaciones, y muertes según el tipo de vacuna administrada, grupo demográfico, y tiempo desde la primera dosis, para guiar recomendaciones que continuen protegiendo la salud de los puertorriqueños.
“Compartimos en estos momentos hallazgos importantes que creemos pertinentes en el contexto de los refuerzos a las vacunas anunciados por el FDA y el CDC estas semanas. En una simple oración: la efectividad de la vacunación disminuye con el tiempo, y exhortamos a la población, conforme se aprueben los refuerzos para sus grupos demográficos, acoger la recomendación y administrarse los refuerzos de las vacunas para continuar la protección”, explicó Daniel Colón Ramos, presidente de la Coalición Científica de Puerto Rico.
Puerto Rico tiene uno de los índices de vacunación más altos entre las jurisdicciones de los Estados Unidos y a nivel global, y eso ha protegido la población. No obstante es importante reconocer que hay bolsillos en Puerto Rico donde todavia hay personas no vacunadas.
La Coalición recomienda, en esta nueva etapa, enfocar los esfuerzos de vacunación en los bolsillos geográficos y demográficos con menor número de personas vacunadas, con énfasis especial en las personas con mayor riesgo, como los son las personas mayores de 60 años y personas con condiciones pre-existentes.
Este grupo también hizo énfasis en que uno de los hallazgos principales de este estudio realizado en Puerto Rico es que, si bien es cierto que todas las vacunas protegen contra el COVID-19, la efectividad de la protección varía dependiendo del grupo demográfico y el tiempo desde que se completó la vacunación.
En particular, en estos momentos se observa en este estudio que la vacuna de Johnson & Johnson disminuye de un 60% (en su pico) a 30% cinco meses después de que se administra la primera y única dosis.
El estudio concluye que la vacuna de Johnson & Johnson, aunque protege en el periodo de los primeros meses luego de ser administrada, es significativamente menos efectiva que las otras dos vacunas disponibles (Pfizer y Moderna), sobre todo en la demografía de adultos mayores, que corresponde a una demografía de mayor vulnerabilidad.
Por ende, la Coalición recomienda que las personas que recibieron la vacuna de Johnson and Johnson hace dos meses o más, en vez de recibir un refuerzo de la misma vacuna, que opten por un refuerzo con las vacunas de Moderna o Pfizer, que han evidenciado ser más efectivas por periodos más largos de tiempo. Estudios de combinación de vacunas, o el llamado ‘Mix and Match’ (“vacunación heteróloga” en español), han demostrado un aumento en inmunidad superior al utilizar vacunas mRNA (como Moderna o Pfizer) luego de Johnson and Johnson.
La Coalición tambien enfatiza las recomendaciones del CDC de que personas mayores de 65 años de edad, personas de 50-64 años de edad con condiciones médicas o personas mayores de 18 años que vivan o trabajen en condiciones consideradas “de riesgo” (servicios de salud, escuelas, cárceles y prisiones, o albergues y lugares de cuido prolongado, entre otros) y que hayan completado la serie de vacunación con Pfizer o Moderna hace seis meses o más, reciban sus refuerzos.
Aunque la recomendación principal es que se administren los refuerzos cuando corresponda, antes de recibir los refuerzos, la Coalición recomienda que aquellos que recibieron vacuna Johnson & Johsnon hace más de dos meses, o Pfizer/Moderna hace seis meses, tomen medidas de precaucion necesarias para protegerse, tales como uso de mascarilla, distanciamiento social y lavado de manos (similar a cuando no estaban vacunados).
El hecho de que la efectividad de las vacunas disminuya con el tiempo no implica que las vacunas no sean efectivas. Es un tema común en la vacunación el prescribir refuerzos para aumentar la inmunidad y la protección. Las recomendaciones de los refuerzos de vacunación están basadas en datos científicos fundamentados en la efectividad y tomando en cuenta diferencias entre los tipos de vacunas, y los grupos demográficos.
“Anticipamos que la recomendación de los refuerzos irá cambiando con el tiempo conforme cambie la efectividad de las vacunas según también pase el tiempo, y hay que estar atento a esas recomendaciones basadas en datos. Estaremos emitiendo recomendaciones de parte de la Coalición basadas en nuestros estudios realizados en nuestra población», explicóla Dra. Kenira Thompson, miembro de este grupo de científicos.
«Conforme las agencias regulatorias aprueben los refuerzos a las diferentes vacunas, urgimos a la población que acate las recomendaciones y los refuerzos según nos vaya guiando la ciencia”, añadió .
“Nos preocupa que personas pertenecientes a grupos vulnerables permanezcan bajo la impresión de que están completamente protegidas por haber estado vacunadas, y tomen acciones de mayor riesgo sin conocer que la protección conferida por la vacuna disminuye con el tiempo. Las nuevas metodologías utilizadas en los estudios que hemos realizado nos permiten monitorear estrechamente la efectividad de la vacunación conforme pasa el tiempo y en diferentes grupos», comentó la Dra. Iris Cardona del Departamento de Salud y miembro de la Coalición Científica.
«Continuaremos usando esos análisis en el futuro para, dentro del marco regulatorio, promover los esfuerzos necesarios para mantener a la población protegida y en conocimiento de sus riesgos”, finalizó.