San Juan, 1 de diciembre de 2021 – El Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico celebró hoy miércoles una vista pública sobre la violencia de género en el país con la intención de discutir las causas y las medidas para erradicarlas.
Durante la vista, que se llevó a cabo en la sede de la institución, participaron sobrevivientes de la violencia de género, organizaciones de servicio, familiares de víctimas y agresores, abogadas y abogados, intercesoras, profesionales y especialistas de la conducta y funcionarios que intervienen en casos de violencia.
Los ponentes plantearon sus inquietudes, experiencias y recomendaciones para lograr que el gobierno, las organizaciones no gubernamentales y la sociedad en general atienda y resuelva la crisis social que produce la violencia de género.
Representantes de la Casa Pepiniana de la Cultura, entidad dedicada al desarrollo de actividades culturales, educativas y recreativas, propusieron que se recopile datos y estadísticas sobre la violencia de género en San Sebastián, ya que el Negociado de la Policía solo provee información de casos a nivel regional.
Los ponentes expusieron, además, que es necesario “explicar el tema de manera científica para que las personas entiendan la profundidad y realidad de esta problemática”.
La Fundación Ecológica Educativa, una organización dedicada a promover el arte, la música, el teatro, la danza, la lectura y la conservación del ambiente, sostuvo que es necesario “romper con la indiferencia social” hacia la violencia de género. Paquita Gómez, representante de la entidad, explicó que esto es posible “mediante la modificación del currículo de enseñanza e impactando al núcleo familiar”.
“Enseñamos a nuestros niños a todo, menos a vivir. Tampoco les enseñamos a amar”, dijo otra representante de la Fundación, al exponer que “educamos a nuestros hijos en matemáticas, ciencias y demás materias, pero no les enseñamos a enfrentar el cambio. No les enseñamos qué son las emociones. Y criamos a personas débiles para enfrentar las situaciones”.
El Lcdo. Daniel Nina, que se presentó como “un ciudadano particular”, detalló que “Puerto Rico es el país de Latinoamérica más adelantado en este tema. Lejos de decir que no se ha hecho nada, debemos pensar en qué no se ha hecho bien”.
“Vivir en 2021 en estado de emergencia por la violencia de género significa que o hemos fracasado o no hemos sido del todo exitosos”, expuso, tras explicar que “tenemos sinnúmero de programas gubernamentales y de diversas entidades contra la violencia de género, pero no están siendo exitosos en la medida en que no inciden en la realidad que reflejan las estadísticas”.
“El feminismo se ha erigido como una ideología que no es hegemónica pero sí cuestiona la hegemonía de la otra (el machismo)”, dijo el abogado, y propuso que se desarrollen “programas continuos para transformar la cultura” e “integrar educación continua desde el inicio en todos los niveles y oportunidades”.
El pastor José Manuel Santiago, líder de la iglesia Casa de Adoración Monte Santo, fue enfático al exponer que “la iglesia fomenta la violencia de género espiritualizándola” al decirle a una mujer que “ore para que su marido cambie, que ayune para que su esposo sea mejor”.
En esa línea, Santiago añadió que “la violencia de género se apodera de los tabernáculos”. “La iglesia utiliza los textos bíblicos para justificar la violencia de género” mientras “sufre una falta de información sobre el tema”.
El líder religioso sostuvo que “en la iglesia hay un sistema de jerarquía que supedita y subordina a la mujer, y dentro de esa jerarquía estigmatiza las posiciones y labores que les asigna”.
El pastor propuso que sea política pública que “los ministros estén obligados a tomar un curso sobre violencia de género y que, de no hacerlo, no puedan ejercer su ministerio”.
Una de las ponencias más memorables fue la de Johanna Rosaly, quien abordó el tema de la violencia contra la mujer vieja. La veterana actriz urgió a “apoderarnos de la palabra vieja, quitarle el estigma social y peyorativo”, pues, según declaró, “una mujer vieja es una fuente de riqueza para todos”.
Rosaly definió la violencia de género como una “expresión de poder de una persona que se siente insegura, débil y frágil, y que, en consecuencia, actúa de esa forma para imponerse sobre las personas vulnerables”. “La violencia de género es miedo a la fragilidad propia”, sentenció.
La actriz mencionó los distintos tipos de violencia de las que son víctima las mujeres viejas, a saber: la física, la emocional, la económica y la social. Y explicó que todas se manifiestan a través de la invisibilización a la que son sometidas por el solo hecho de ser viejas.
Rosaly denunció la falta de presencia de las mujeres viejas en los ambientes de poder, en los que, según la actriz, estas “brillan por su ausencia”. “Sufren la marginación social al no tomar en cuenta o descartar sus opiniones”.
La actriz propuso crear un sistema de cuotas que establezca un mínimo requerido de mujeres viejas en las agencias gubernamentales y la asignación de remuneración económica a las que se dedican a ser «cuidadoras de abuelos enfermos», «cuidadoras de hijos incapacitados» y a realizar labores domésticas.
“Hay que vender la idea del valor de la vejez. No verlos como seres frágiles sino como seres sabios”, concluyó.
La vista fue convocada por la Lcda. Mercedes Marrero de Bauermeister, presidenta de la Comisión de la Verdad sobre la Violencia de Género en Puerto Rico del Colegio de Abogados y Abogadas.