Houston (EFE) – El cerrador cubano Aroldis Chapman, de los Yanquis de Nueva York, se encargó de sellar la victoria de la Liga Americana realizando 12 lanzamientos de alta calidad en la 90 edición del Juego de las Estrellas de las Grandes Ligas.
Mientras, el lanzador de los Indios de Cleveland, el venezolano Carlos Carrasco, a quien recientemente se le diagnosticó una leucemia, fue saludado en la quinta entrada durante la campaña «Stand Up to Cancer» de las Grandes Ligas.
El juego que marca la primera mitad del campeonato de las Grandes Ligas, que se llevó a cabo en el «Progressive Field», de los Indios, tuvo como gran protagonista a Chapman y su serpentina mágica.
La Liga Americana se acreditó la victoria con pizarra de 4-3 sobre la Nacional.
El «lanzallamas» de los Yanquis cerró el juego y dio el Clásico de Verano para la Liga Americana, al conservar la ventaja en el macador.
Chapman retiró al receptor J.T. Realmuto, de los Filis de Filadelfia, con una bola rápida de 99.9 millas por hora para comenzar el noveno, y luego sacó al jardinero de Los Angeles Dodgers, Max Muncy, y a su compatriota el receptor Yasmani Grandal, de los Cerveceros de Milwaukee.
El cubano mandó 12 disparos de alto calibre para sellar la victoria de la Americana.
En la quinta entrada del juego hubo una pausa para brindar apoyo a Carrasco, quien ha comenzado la batalla médica contra un tipo de leucemia en la sangre que le fue detectado recientemente.
Desde el 2011, en el Juego de las Estrellas se presenta un momento especial en el cartel del juego para la iniciativa «Stand Up to Cancer», para honrar a una persona que ha sido afectada por la enfermedad.
Este año la persona afectada estuvo cerca de la casa de la comunidad del béisbol, ya que Carrasco dio a conocer públicamente que está siendo tratado para la leucemia.
Los jugadores del All-Star de los Indios y el piloto de ese equipo, Terry Francona, sostuvieron los letreros de «Yo defiendo a Cookie (Galleta)», como apodan a Carrasco.
En medio de todos ellos se encontraba el propio Carrasco, con un letrero que decía «Aquí estoy».
Mientras los compañeros de equipo de Carrasco lo acompañaban, los asistentes al «Progressive Field» coreaban el apodo del jugador: «¡Cookie! ¡Cookie!».
En el juego, por la batería de la Liga Americana, el parador en corto dominicano Jorge Polanco, de los Mellizos de Minnesota, que pegó sencillo en el quinto episodio y empujó la carrera de su compatriota el receptor Gary Sánchez, de los Yanquis.
También estuvieron el bateador emergente venezolano Gleyber Torres, compañero de Sánchez, que pegó 1 de 2; el primera base dominicano Carlos Santana, de los Indios, se fue en blanco en tres viajes a la caja de bateo, y el inicialista cubano José Abreu, de los Medias Blancas tuvo de 0 de 1.
En tanto que por la Liga Nacional, los toletes latinoamericanos fueron el segunda base dominicano Ketel Marte (Arizona), que estuvo con 1 de 2; el receptor Grandal, con 0 de 1 con anotada; el guardabosques venezolano Ronald Acuña Jr. (Bravos), con 0 de 2; el parador en corto puertorriqueño Javier Báez (Cachorros), con 0 de 2, y su compañero, el receptor venezolano Willson Contreras, se fue en blanco en dos oportunidades con el bate.