San Juan (24 de junio de 2021) EFE – El presidente del Banco de Desarrollo Económico (BDE), Luis Alemañy, presentó este jueves el último informe del recién creado Centro de Estudios Económicos del Banco Desarrollo Económico que validó que los aumentos en los precios de combustible están afectando la operación de los comerciantes y la cotidianidad.
Alemañy, recordó que el precio de cualquier bien puede subir cuando aumenta su costo de producción, escasean los inventarios o incrementa su demanda en el mercado.
«El precio de la gasolina es un indicador que en tiempos recientes ha mostrado fluctuaciones, atribuibles a distintos factores», profundizó.
«Sin embargo, el aumento local en el precio de la gasolina responde principalmente al alza en el precio del barril de petróleo, por la reactivación de los sectores económicos que requieren un mayor consumo energético, luego del fuerte deterioro experimentado por la pandemia. Ahora bien, según la producción, abastos y oferta de combustible aumenten para suplir la demanda actual, al mismo tiempo deberá bajar el precio de la gasolina», agregó.
El recién creado Centro de Estudios Económicos del BDE está a cargo de los economistas Gladys Medina y Juan González y es una de las iniciativas que trajo Alemañy para mantener informados a los pequeños y medianos comerciantes como así a los inversionistas con publicaciones semanales en los diferentes medios locales sobre temas económicos y financieros diversos.
«El BDE, buscando atender este tipo de necesidades, ofrece préstamos directos y líneas de crédito rotativo que sirven para cubrir gastos operacionales recurrentes y de capital de trabajo a corto plazo», recordó Alemañy.
La economista Medina explicó que el precio del barril de petróleo cayó a «niveles históricos en abril del 2020. El West Texas Intermediate (WTI); una de las mezclas de petróleo que se produce en Estados Unidos y que se usa como punto de referencia para seguir el estado de los precios del crudo en la Nación, promedió $16.55 el barril durante dicho mes, llegando a registrarse cifras negativas ($-37.63), por debajo de cero, el lunes 20 de abril del pasado año, debido a una fuerte contracción en la demanda de petróleo y sus productos derivados, algo que no había ocurrido antes en la historia».
«Esta caída en la demanda del petróleo, que trajo consigo la pandemia del covid-19, junto a las medidas restrictivas para contenerla, fue mayor a cualquier otra observada con anterioridad. Este deterioro en la demanda provocó, a su vez, una reducción en la disponibilidad de petróleo (menos extracción) y la producción de sus derivados. Pero para mayo del 2021, el WTI promedió $65.17 por barril”, remarcó
El presidente del BDE indicó que tras un año desde el comienzo de la pandemia, y luego de la reducción registrada en el número de contagios, «los esfuerzos de inmunización a la población y la flexibilización de las medidas restrictivas para reavivar la actividad económica, vuelve a intensificarse el consumo de energía y, como consecuencia, aumenta el consumo del petróleo y sus derivados, lo cual coincide con el alza paulatina que puede apreciarse en el precio de la gasolina».
«Este escenario, donde habían mermado las reservas de combustible junto a una baja en la producción, se complicó, a su vez, con un ciberataque, el 7 de mayo, al gasoducto Colonial que ocasionó la interrupción de la transportación de distintos tipos de combustibles durante varios días, desde la costa sur en el Golfo de México a la costa este de los Estados Unidos», explicó.
González argumentó que siendo Puerto Rico «importador del combustible que utiliza, la Isla se ve afectada por cambios en la producción y manejo de los combustibles que consume. No obstante, los mayoristas de gasolina, importadores de productos derivados del petróleo y compañías generadoras de electricidad, incluyendo la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), mantienen abastos que cuidan al consumidor de subidas en precios por imprevistos en la demanda de gasolina y diésel a corto plazo, como apagones provocados por fallas mecánicas en el sistema eléctrico, o por eventos naturales o atmosféricos. Sin embargo, el consumo de combustible sí es muy sensible a este tipo de acontecimientos».
“Es previsible que el precio de algunos artículos y servicios, incluyendo los esenciales: como la gasolina, aumenten según Puerto Rico, Estados Unidos y el resto del mundo, retomen sus actividades comerciales y se restablezcan las cadenas de suministros. Empero, según vaya creciendo la demanda por combustibles, se espera que la producción y oferta de éstos crezca, volviendo a reducirse su precio. Por lo tanto, así como ocurre en los hogares, los pequeños y medianos comerciantes, pueden ver su plan de presupuesto afectado por cambios en el precio del combustible, ya sea como aumentos en el costo de viajes, transportación u operacionales”, expresó el Alemañy.