Caracas (EFE) – El Gobierno de Venezuela condenó este jueves la llegada a Guyana de un buque de guerra británico, un acto que ve como una «provocación hostil» y una «amenaza directa a la paz», en medio de la disputa territorial que mantienen ambos países suramericanos, comprometidos recientemente a rebajar las tensiones.
En un comunicado, el Ejecutivo de Nicolás Maduro ha rechazado de manera categórica la llegada del buque HMS Trent a las costas de Guyana, algo que ya había sido anunciado el jueves de la semana pasada por la cadena británica BBC.
A juicio de Venezuela, la presencia de la nave militar es «extremadamente grave», pues está acompañada de declaraciones de Reino Unido, al que ven como un «despojador» del territorio en disputa, por haber sido Guyana una colonia británica hasta 1966.
«Estas declaraciones han estado igualmente sincronizadas con acciones del Comando Sur de los Estados Unidos, lo que se convierte, a todas luces, en una amenaza directa a la paz y la estabilidad de la región», dice el escrito.
Venezuela también considera que este acto es una violación a los acuerdos suscritos el pasado 14 de diciembre entre Maduro y su homólogo guyanés, Irfaan Ali, en San Vicente y las Granadinas, donde se comprometieron a no amenazarse mutuamente y a evitar incidentes que disparasen la tensión por este litigio.
Por ello, Venezuela, que «se reserva todas las acciones» para «defender la integridad marítima y territorial de la patria», ha pedido a Guyana «tomar acciones inmediatas para el retiro del buque HMS Trent y abstenerse de seguir involucrando potencias militares en la controversia».
Además, ha advertido a la Comunidad del Caribe (Caricom) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que facilitaron la reunión sanvicentina, que estas acciones «son contrarias al espíritu de paz y entendimiento» acordado.
La controversia escaló luego de que Venezuela aprobara el 3 de diciembre, en un referendo unilateral, anexionarse la zona bajo pleito, un área de casi 160,000 kilómetros cuadrados que está bajo control de Guyana y cuya controversia está en manos de la Corte Internacional de Justicia.