Roma, 25 mar (EFE) – Más de 5,000 profesionales del sector sanitario de Italia están infectados actualmente con el nuevo coronavirus, que ha dejado ya más de 6,800 fallecidos en el país.
Así lo ha denunciado en una carta el sindicato médico Anaao Assomed enviada al presidente del Instituto Superior de Salud, Silvio Brusaferro, en la que pide que intervenga de inmediato para garantizar los instrumentos de protección individual de los trabajadores del sector.
La misiva denuncia que en las últimas horas otros dos cirujanos han sido sometidos a intubación en la ciudad de Turín y que en la región de Piamonte hay una veintena de médicos hospitalizados.
El sindicato pide que este instituto y el Ministerio de Sanidad italiano garanticen, bien por circular, bien por decreto, que el personal médico en contacto con casos sospechosos o positivos de COVID-19 usan en todo momento equipos de protección personales y mascarillas sanitarias FFP2 y FFP3, adecuadas para estas circunstancias.
Además, solicita que las fábricas del país se empeñen en la producción de estas mascarillas y que se elimine la burocracia para acelerar su importación.
«Enfermamos haciendo nuestro trabajo», lamenta el sindicato.
Según el último balance oficial de Protección Civil, el coronavirus ha dejado en Italia por el momento 6,820 fallecidos y los enfermos actualmente son 54,030.
El martes, por tercer día consecutivo, descendieron el número de nuevos contagiados respecto al día anterior, pero no de muertos.
La Organización Mundial de la Salud dijo este miércoles que Italia podría alcanzar el pico de la curva de transmisiones «esta semana».
«El descenso en la velocidad de crecimiento de contagios es un factor muy positivo, en algunas regiones creo que estamos cercan del punto de caída de la curva, por lo que el pico podría alcanzarse esta semana y luego caer», ha declarado Ranieri Guerra, asistente del director general de la OMS, en una entrevista a la emisora italiana «Radio Capital».
Además, ha señalado que esta semana y los primeros días de la próxima serán cruciales para comprobar si las medidas de aislamiento impuestas por el Gobierno italiano están dando resultados.
El Ejecutivo ha prohibido todas las actividades productivas no esenciales, ha cerrado escuelas y universidades, lugares de ocio y negocios, excepto los de primera necesidad, y ha limitado los movimientos de las personas a razones laborales, de salud o necesidad.
Además, ha impuesto multas de entre 400 y 3,000 euros a quienes circulen por las calles sin motivo justificado.
La ministra de Transportes, Paola De Micheli, ha firmado un decreto que prolonga hasta el 3 de abril las limitaciones de movilidad de las personas en el territorio italiano por trenes de cercanías y el cierre de algunos aeropuertos italianos, decidido como consecuencia de las masivas cancelaciones.