Por Macarena Soto
Madrid (EFE) – La exposición «Fantasías Disidentes, Chile – México, 1978-1987» quiere reivindicar el activismo LGBT y de género, y en concreto el que decenas de personas trans llevaron a cabo en estos países durante esa década donde aún los derechos del colectivo apenas existían y dejar claro que estas vidas «no fueron en vano».
La galería madrileña Memoria vuelve a la carga con una muestra muy política, con fotografías y dibujos de las reconocidas artistas mexicanas Graciela Iturbide (Ciudad de México, 1942), Yolanda Andrade (Villahermosa, 1950), Terry Holiday (Ciudad de México, 1955) y la chilena Paz Errázuriz (Santiago de Chile, 1944).
El comisario de la exposición y responsable de la galería, Alejandro de Villota cuenta a que esta muestra parte «con dos geografías separadas bastante por miles de kilómetros, en unos años donde los derechos y la libertad de expresión en todos los ámbitos y en el género no estaban defendido y había mucho activismo».
Una muestra que recoge retratos de muchas de estas personas pertenecientes a un colectivo ampliamente golpeado por la incomprensión, la injusticia y también las epidemias como la del VIH que «se llevó a la mayoría» de los fotografiados.
A pesar de ello, «los retratos se hacen de manera positiva y constructiva sin victimizarles, tienen mucha carga personal, existencial, son vidas que han podido acontecer en vano aparentemente, pero no ha sido así», rescata.
La fantasía es en esta ocasión donde se intercalan dibujos y fotografías, «el hilo conductor» de una exposición que quiere rescatar «este acto de disidencia y de victoria» de un colectivo marginado cuyas vidas «tienen un mensaje de que los sueños sirven para realizarse».
SER TRANS EN EL CHILE DE LA DICTADURA
A la prestigiosa fotógrafa chilena Paz Errázuriz no le dio miedo llevar a cabo acciones prohibidas durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), entre las que estaba acompañar a la comunidad trans, considerada altamente subversiva en aquella época.
Con ellas llevó a cabo el proyecto «La manzana de Adán» una serie íntima y personal que mostraba la relación de amistad que más tarde labraría con estas personas.
Este trabajo de Errázuriz, históricamente enfocada a los más marginados por la sociedad, se desarrolló durante cuatro años «muy a pulso y escondido por la censura».
«Mis amigas las fotografiadas corrían peligro, la prostitución estaba prohibida y como travestis eran doblemente perseguidas por los militares, fue un tiempo muy duro para ellas», explica a EFE.
A la fotógrafa le atrajo la idea del proyecto cuando conoció a «dos hermanos travestis prostitutos» con quien cuajó una relación personal, sobre todo con la madre de ellos.
Con todo este contacto no le quedó otra que familiarizarse con el sida, que ha acabado con la vida de 25 millones de personas en todo el mundo.
«De ese grupo todos, menos una persona, murieron de sida, llegó en los 80 con muy poca información, fue un tema muy peligroso para ellas», recuerda la chilena.
LA NOCHE MEXICANA COMO HÁBITAT DE SUPERVIVENCIA
A Terry Holiday «la noche» la salvó. El mundo nocturno, con su oscuridad, pero también con su libertad y su sinceridad, le proporcionó otra realidad en la que mostrarse y ser.
Artista de cabaret, empezó a dibujar muñecas de pequeña porque era lo que soñaba ser.
«Cincuenta años después resulta que son un claro antecedente del fenómeno trans», explica a EFE por teléfono desde Ciudad de México.
Hoy, en la muestra pueden verse desde escenas cabareteras a bocetos de escenarios que Holiday hacía para los espectáculos.
Ahora sus dibujos muestran su pasado pero también su activismo político: «siempre he sido una activista de vida. Con mis hechos, mi presencia, trabajo, esfuerzo y dedicación hago un activismo que no tiene que ver con la política y los partidos».
Lucha con la palabra, con sus espectáculos y con sus dibujos: «las mujeres trans tienen una vida muy difícil, muchas veces viven cuatro en un departamento muy chiquito, cuando las dibujo con comodidad es dar aliento a que la vida puede ser hermosa».